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Internacionales

Venezuela después del lock-out petrolero

Entrevista a Val Lisboa de ER de Brasil y Gustavo Dunga del PTS de Argentina

7 de febrero 2002


El domingo 2 se acaba de levantar el lock-out patronal y burocrático en Venezuela ¿Cuál es la situación actual?

Val Lisboa:
El sabotaje patronal venía declinando desde principio de año. Que lo levantaran significa que la llamada Coordinadora Democrática no alcanzó sus objetivos que eran jugarse a provocar el caos económico y que un sector del ejército dé un golpe de estado o en medio de la crisis provocar la renuncia de Chávez. Aparte en la misma base social de la oposición –sobre todo los sectores de clases medias- podía apreciarse ya signos de desgaste y cansancio.
La falta de apoyo activo de EE.UU. –a diferencia de abril- al proyecto golpista también fue un factor determinante de su debilidad. Esto último, y sobre todo la presión internacional con la conformación del "grupo de amigos de Venezuela" a propuesta de Lula para facilitar la gestión de Gaviria, obligó a la oposición a sentarse en una mesa de diálogo. La discusión ahora en esa mesa es si se hace un referendo revocatorio a mediados de agosto donde Chávez lleva las de ganar o una enmienda constitucional para acortarle el mandato al presidente.

¿Es una victoria rotunda de Chávez?

VL:
En la coyuntura Chávez sale fortalecido políticamente. Algunas encuestas dicen que aumentó sustancialmente su popularidad sobre todo en los sectores juveniles más pobres y medios bajos. Pero lo fundamental radica en que por ahora ha logrado dividir a la oposición y ha llamado a un diálogo a los más moderados de ésta: algunos dirigentes de los viejos partidos del régimen y personalidades como Teodoro Petkoff que dirige el semanario opositor Tal Cual. Por otra parte, aunque por "arriba", ha cerrado provisoriamente la división en el ejército, sacando a los oficiales abiertamente golpistas y buscando un compromiso entre los sectores "institucionalistas" y chavistas de la alta oficialidad de respetar la constitución a cambio de un reparto de cargos entre ministerios y en la jerarquía militar. Sin embargo, este precario equilibrio está plagado de contradicciones.

Entonces ¿qué nuevo escenario se abre en el país?


Gustavo Dunga:
Lo más preocupante es la crisis económica. En cierta medida el lock-out fue efectivo y sus secuelas persistirán en el tiempo. El sabotaje logró paralizar en un alto porcentaje la industria petrolera de la cual dependen el 80 por ciento de los ingresos del país. Esto produjo desabastecimiento de productos de primera necesidad, fuga de capitales y devaluación de la moneda. De 60 millones de dólares diarios que ingresaban a Venezuela, 40 millones se fugaban del país. Hay analistas económicos que hablan de un peligro de default ya que va a ser imposible hacer frente a los compromisos externos a no ser que toquen las reservas del Banco Central. El gobierno ha respondido a esto con medidas de control de cambios y ha creado esperanzas en poder reactivar la producción petrolera y apostar a un aumento del crudo ante un eventual ataque yanqui a Irak.
Por otra parte, ya han comenzado despidos y suspensiones o adelantos de vacaciones de parte de los mismos empresarios que impulsaron el boicot. La burocracia de la CTV, que apoyó a la patronal, ha quedado muy desprestigiada ya que su base empieza a pagar los costos de la crisis. Ante esta situación el ministerio de trabajo ha respondido que los costos deben ser compartidos y ha impuesto algunas multas a sectores empresariales. Es decir Chávez deberá ahora gobernar en el medio de un salto cualitativo en la crisis económica y secuelas de ésta serán pagadas hasta por los mismos que lo han defendido en las calles. Por eso decimos que es un precario equilibrio el que existe hoy en Venezuela.

Hay que ver si los trabajadores y el pueblo aceptarán estos sacrificios...

GD:
Bueno, esta es otra de las contradicciones que se abren en el nuevo escenario político y con la cual deberá lidiar Chávez. Hay que tener en cuenta que en abril hubo una verdadera irrupción espontánea de masas contra el golpe. Centenares de miles salieron a las calles a defender lo que consideraban sus conquistas. Incluso en algunos sectores de la estatal de petróleos PDVSA hubo intentos de continuar con la producción repudiando a los gerentes golpistas. Durante este lock-out tenemos información que muchos trabajadores estaban en contra de parar la producción sobre todo en el industrial estado de Carabobo. Por otra parte en las refinerías de Puerto La Cruz y El Palito, unos compañeros dirigentes obreros que trabajan allí nos decían que actualmente hay control obrero de la producción y mucha desconfianza con el nuevo gerente chavista, el cual debe subordinarse a las asambleas. Hoy en las montadoras de Ford y General Motors hay protestas e inquietud en la base lo mismo que en la empresa Aeropostal. Los empresarios de los medios de comunicación, activos golpistas, han echado trabajadores que han creado "comités de despedidos". Todos estos pequeños síntomas son auspiciosos junto con el desprestigio de la burocracia de la CTV. Tal vez se abra un período de luchas obreras contra los despidos y los cierres de empresas. Por eso cayó muy bien la experiencia de Zanon y Brukman. Nosotros llevamos un video editado por el colectivo argentino Kino-Nuestra Lucha y dimos varias charlas. Una de ellas en la carrera de sociología en la Universidad Central de Venezuela la organizaron los compañeros venezolanos de la Juventud de Izquierda Revolucionaria quienes estuvieron a la vanguardia de la lucha contra el golpismo en la universidad. La experiencia de los compañeros de Zanon y Brukman entraba como "cuchillo en la manteca" en sectores de vanguardia estudiantiles y de trabajadores ya que nos decían que no queda otra que tomar las fábricas y ponerlas producir.

Chávez no se quedará con los brazos cruzados…

VL:
Por supuesto. El régimen de Chávez es respetuoso de la propiedad privada y de los intereses imperialistas. Y ya ha tomado medidas preventivas. Por ejemplo, cayó con mucha simpatía en los sectores populares que la Guardia Nacional irrumpiera en la embotelladora de Coca Cola y distribuyera sus productos. Lo mismo que se apliquen multas a los canales de TV golpistas y les quiten las concesiones. Ahora bien, esto tiene el propósito de cercenar la espontaneidad y creatividad de las masas y evitar que éstas adquieran un curso independiente y de autoorganización. En algunos barrios las amas de casa organizaron la distribución de las garrafas de gas, que es vital para cocinar, que estaban en manos de los acaparadores y muchos estaban sorprendidos ya que se esperaban saqueos. Con estas acciones de la Guardia Nacional, Chávez pretende tener bajo su control al movimiento de masas y mostrar que las FAN son patrióticas y populares y que se puede confiar en ellas. Ahora esto entraña un gran riesgo ya que solapadamente se empieza a militarizar toda la vida social y eso es un peligro para el movimiento de masas en el futuro.
Otra de las contradicciones que nos llamó la atención fue que en la llamada "Toma de Caracas" una manifestación chavista de las más grandes de la historia de Venezuela el 23 de enero, Chávez empieza su discurso llamando a los sectores "democráticos" de la oposición al diálogo. Esto fue recibido con mucha frialdad por las más de un millón de personas congregadas. Ahí tuvo que cambiar su discurso y refiriéndose a los hechos de la Coca Cola dijo que Venezuela no necesitaba de ninguna empresa extranjera ni de ninguna potencia extranjera para sobrevivir, ahí las masas entraron en éxtasis. Es decir que contradictoriamente se ha extendido el antinorteamericanismo en amplios sectores de masas y una gran desconfianza a la negociación con la oposición, lo mismo con las labores del "grupo de amigos" ya que está integrada entre otros por EE.UU. y España que apoyaron el golpe de abril.

¿Qué nos podrían contar de la izquierda venezolana?

GD:
Sería un abuso catalogar de "izquierdistas" a los maoístas de Bandera Roja ya que apoyan a los golpistas con la excusa de que Chávez es neoliberal, incluso atacan a tiros a los universitarios que pretendían retomar las clases y estaban en contra del boicot.
Por otra parte el Partido Comunista apoya totalmente a Chávez. Como es su costumbre ellos están por la colaboración de clases y llaman a la alianza en las calles del pueblo con los militares "patriotas". Aunque no tienen ministros en el gabinete ellos integran el llamado "Comando de la Revolución" que intenta coordinar a los simpatizantes del chavismo.
Aunque más pequeño, el sector que está fuera del chavismo es la Organización de Izquierda Revolucionaria. Muchos de sus dirigentes son ex integrantes del Partido Socialista de los Trabajadores que simpatizaba a escala internacional con la Liga Internacional de los Trabajadores- Cuarta Internacional. El PST venezolano en el año 99 no pudo resistir la oleada del comandante Chávez y sus dirigentes hoy son funcionarios del gobierno o sindicalistas de la Federación Bolivariana de Trabajadores oficialista – que dicho sea de paso brilló por su ausencia en estos últimos acontecimientos -. El PST hizo suya la consigna "Con Chávez manda el pueblo" y sus dirigentes lo disolvieron. Los integrantes de OIR, nos parece, tendrán que sacar las lecciones de esta experiencia que obstaculizó y retrasó la construcción de un partido revolucionario, obrero e internacionalista en Venezuela para levantar una política de independencia de clase y una estrategia política para superar esa gran mediación que es el chavismo.


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