En agosto de este año y luego de tres años de recesión económica, colapsaba el sistema financiero, se instauraba el “corralito a la uruguaya” y caían cuatro bancos, renunciaba el ministro de economía y en los barrios periféricos de Montevideo los pobres se levantaban en reclamo del derecho básico al alimento. Espaldarazo del FMI mediante y el sostén del Frente Amplio, el hambreador Batlle, evitó que estallara la catástrofe. Pero los acelerados ritmos de la crisis económica, que ya se encuentra en una franca depresión, no hicieron más que agudizar la crisis política: la semana pasada se produce la ruptura de la coalición de gobierno y el partido Nacional (Blanco) retira a sus ministros del gabinete. En este marco, el Frente Amplio, que gobierna la Intendencia Municipal de Montevideo, embistió con todos los métodos imaginables contra la huelga de los trabajadores municipales. Al cierre de esta edición –mientras nos llegaba este relato de un compañero uruguayo- la dirección sindical levantaba la huelga sin aceptar la propuesta de la Intendencia.

El 24 de octubre y ante la presencia de 6000 trabajadores municipales de Montevideo, la asamblea de la Asociación de Empleados y Obreros Municipales (ADEOM) declaró la huelga por tiempo indeterminado en reclamo del cumplimiento del convenio salarial (que implica una actualización de sueldo del 100% del Indice de Precios al Consumo), acordado en el 2001 con el gobierno frenteamplista de la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM). Ante la inaceptable disyuntiva del Frente Amplio de contemplar los intereses de los trabajadores o respaldar su gestión de gobierno, el patrón opta por rebajar el salario de los empleados municipales, utilizando así la fuerza laboral como variable de ajuste.
Cabe destacar que la huelga tuvo un alto acatamiento, con asambleas multitudinarias de miles de trabajadores, ocupaciones de reparticiones y piquetes de huelga en los accesos del palacio municipal que impedían el acceso a una minoría de carneros y funcionarios. La lucha de los trabajadores también cuestionó el plan de gobierno de la IMM exigiendo la remunicipalización de los servicios privatizados. Uno de los gremios más fuertes daba inicio al conflicto la misma semana que Lula era electo presidente de Brasil y Tabaré Vázquez empezaba a soñar con la presidencia en nuestro país.
Un primer intento de negociación del intendente Mariano Arana, que implicaba un aumento miserable y en cómodas cuotas y hasta la sugerencia de que ADEOM organice un sistema de compras colectivo que “sirva para paliar el costo de la canasta familiar”, no sólo fue rechazado sino que hizo que profundizar la lucha.
Ya el segundo día de huelga con piquetes, el FA no tuvo peor idea que dejar a disposición del ministerio del interior la “colaboración” de la policía para controlar a los trabajadores y recurrió a la justicia para perseguir a los dirigentes gremiales. Asimismo, dispuso de un servicio privado de recolección de residuos que ya tenía previsto antes de iniciado el conflicto para romper la huelga. Desde los medios de comunicación se largó una fuerte campaña que condenaba la “violencia” de los piquetes, con el objeto de asustar a las capas medias creando un descontento general hacia los trabajadores, condenándolos y aislándolos y opinando que la situación del país exige que “los municipales sean tolerantes y reprogramen sus haberes”.
Un nuevo planteo de la IMM que consiste en otorgar una partida única de mil pesos por funcionario y en incorporar al salario básico, a partir de marzo y abril de 2003, el incremento del 20% generado desde octubre pasado, pero condicionando ese aumento a determinados índices de recaudación de la comuna, fue presentado el jueves 30 al ejecutivo de ADEOM. Ante el temor de un avance en la radicalización de la lucha la mayoría del ejecutivo sindical (integrado por militantes del FA) decidió aceptar la propuesta como “base de negociación” y convocó a asamblea para el viernes 31. La asamblea que tenía como objetivo organizar la retirada se suspendió por falta de garantías hasta hoy (lunes 4) debido a un enfrentamiento entre el sector moderado y el radical. En estos momentos se está llevando a cabo la asamblea de ADEOM donde presionados por el sector moderado del sindicato se decida el levantamiento de la huelga.