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EDITORIAL

MASSA, INSAURRALDE, BINNER

Candidatos de la precarización y el ajuste salarial

“Sepamos bien a quién vamos a votar el 27 de octubre, no volvamos a equivocarnos”, arengó Hugo Moyano desde el palco el 8 de julio. Confirmaba lo que ya habíamos denunciado: aquel no era un acto de lucha sino un apoyo a la oposición patronal, y en particular a una de las variantes de la derecha peronista, la de De Narváez.

Ruth Werner

11 de julio 2013

Candidatos de la precarización y el ajuste salarial

“Sepamos bien a quién vamos a votar el 27 de octubre, no volvamos a equivocarnos”, arengó Hugo Moyano desde el palco el 8 de julio. Confirmaba lo que ya habíamos denunciado: aquel no era un acto de lucha sino un apoyo a la oposición patronal, y en particular a una de las variantes de la derecha peronista, la de De Narváez. Moyano y el canillita Omar Plaíni son candidatos en la lista del empresario.

La división del peronismo profundizó la fractura de la burocracia sindical, que se desperdigó en las distintas listas peronistas. Sergio Massa se jacta de tener candidatos de varias centrales. Entre ellos Héctor Daer de Sanidad, referente de los “gordos”, los amigos de Menem que entregaron las conquistas obreras en los ’90. También están Osvaldo Lobato de la UOM, Hugo Alonso de UPCN y hasta Fabián Alesandrini de la CTA oficialista y Carlos Acuña de la CGT de Barrionuevo. Mientras, Oscar Romero de SMATA va con el Frente Para la Victoria. Todos se posicionan de cara a la sucesión en el peronismo. ¿Y los intereses de los trabajadores? Bien, gracias.

Nos sobran motivos

El impuesto a las “ganancias” esta vez se comió parte del aguinaldo y de lo conseguido en paritarias, por eso la bronca de los camioneros se manifestó fuerte en el paro. Pero a este impuesto no se lo derrota con una medida de fuerza sectorial. Se necesita un plan de lucha de todos los trabajadores. Moyano no lo va a hacer. Ya lo demostró después del parazo del 20 de noviembre, que no tuvo continuidad.
A los trabajadores nos sobran motivos para luchar. Y no sólo contra el impuesto. Son millones los precarizados y el 40% está en negro. ¿Qué podemos esperar de De Narváez, que financió la campaña de Menem en 2003? Nada. Tampoco de Massa, la gran esperanza para la mayoría de las patronales y el grupo Clarín. Junto a él va De Mendiguren de la UIA que quiere una devaluación para licuar el salario, y como si fuera poco, los del PRO van en muchos puestos de concejales en la provincia de Buenos Aires. Tampoco defenderán nuestros intereses Margarita Stolbizer y el FAP de Binner. Santa Fe es una muestra de este “progresismo”: uno de cada diez jóvenes está desocupado y uno de cada tres, precarizado. Y la narcopolicía se encarga de mantener al “socialismo” disparando contra la juventud.
Martín Insaurralde, el candidato del FPV en la provincia de Buenos Aires, representa todas las políticas antiobreras del gobierno. Su modelo es el clientelismo del PJ (igual que Massa y De Narváez). Ahora ató su suerte al acompañamiento de Scioli, quien tiempo atrás fuera declarado por el kirchnerismo “duro” enemigo número uno por derechista. El mismo discurso de CFK el Día de la Independencia negando la existencia del Proyecto X y criticando el espionaje de la CIA habla de la hipocresía oficial. Mientras sirven a EE.UU. con la ocupación militar de Haití, utilizan los mismos métodos de la CIA para espiar a los luchadores. 
 
Coordinación y un programa con todos nuestros reclamos

Coyunturalmente la economía se recuperó gracias al precio de la soja y al repunte de las ventas automotrices. Pero las contradicciones acumuladas abren grietas que estallarán más tarde o más temprano (pág. 3). El “nunca menos” se acabó y lo esperable son futuros ataques a los trabajadores después de las elecciones.
Hay que prepararse desde ahora. Aunque no hay lucha de clases generalizada, día a día surgen ejemplos de un nuevo estado de ánimo en sectores obreros. En la metalúrgica Liliana de Rosario dan clase de cómo luchar contra los despidos: se organizaron en asamblea, votaron delegados y pararon hasta conseguir la reincorporación. La semana pasada los trabajadores de EMFER cortaron General Paz en defensa de su aguinaldo, desafiaron a los gendarmes y el mismo Berni no se atrevió a bajar del helicóptero. En FATE, toda la planta se paró ante el despido de un activista, lo que no pasaba desde 2008. En La Matanza los trabajadores de Alicorp se preparan con un acampe para enfrentar los despidos. Ya habíamos visto la lucha en Lear por el despido de activistas, la gran pelea de las obreras de Kromberg que paralizaron el parque industrial de Pilar y el paro de gráficos en AGR por aumento salarial. Sean permanentes, contratados, sindicalizados o no, los ejemplos recorren distintos gremios.

En su acto Moyano hizo gala de un gorilismo típico de Jorge Lanata y los voceros de Clarín cuando afirmó que los planes sociales eran “planes descansar”. Los precarizados, en negro, desocupados, no pueden sentirse contenidos por una burocracia que los expulsó de los sindicatos y jamás levantó sus reclamos. Lo que dice el dirigente de la CGT es la otra cara de la política oficial. CFK busca enfrentar a los trabajadores más pobres acusando a los que más ganan de ser “privilegiados” que deben ser “solidarios” y pagar “ganancias”. Moyano busca dividir a los que están en blanco de los que menos tienen, acusándolos de vagos. Se demuestra que todas las alas del peronismo son garantes del “modelo” de los ‘90 que fragmentó a la clase trabajadora. Ni Moyano ni CFK ni la oposición patronal van a atacar los intereses de los empresarios, para que sean ellos quienes paguen impuestos progresivos sobre sus rentas y ganancias.

El PTS se propone en primer lugar impulsar la solidaridad con todos los conflictos y la coordinación de las comisiones internas combativas, los luchadores y los movimientos sociales independientes del gobierno para que las luchas triunfen y gestar una alternativa a la burocracia. El encuentro obrero del 29 de junio en la zona norte del Gran Buenos Aires, convocado por la Comisión Interna de Kraft en defensa de los contratados fue un paso adelante que mostró la voluntad para multiplicar esta iniciativa. En Alicorp también se alienta esta perspectiva. En todos los reagrupamientos hay que levantar un programa que ataque los intereses de los capitalistas y una las demandas de toda la nación oprimida.

En la campaña electoral llamamos a impulsar una alternativa de independencia política de los trabajadores. Sería un gran avance conquistar legisladores del Frente de Izquierda que denuncien al régimen político desde el mismo parlamento e impulsen la movilización y la organización independiente de los trabajadores y el pueblo pobre. Así lo está haciendo el diputado ceramista neuquino Raúl Godoy exigiendo que los diputados y funcionarios cobren lo mismo que un trabajador. El FIT se propone luchar por abolir el impuesto al salario y restituir las asignaciones familiares, por el salario acorde a la canasta familiar indexado según verdadera inflación, por el pase a planta y el fin del trabajo en negro y la precarización laboral. Plantearemos además que la lucha por nuestros reclamos es parte de las movilizaciones que recorren Latinoamérica: los millones de trabajadores y jóvenes que en Brasil se rebelan contra los negociados en el transporte y los políticos capitalistas corruptos, los trabajadores bolivianos en defensa de su jubilación, y los combativos estudiantes y trabajadores de Chile que se levantan por la educación pública y contra la herencia pinochetista.

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