Gastón Duffau tenía treinta y tres años y fue visto con vida por última vez en la noche del sábado 23 de febrero en un McDonalds de Ramos Mejía del que salió detenido por personal de la Comisaría Segunda de esa ciudad matancera. En la tarde del domingo su familia recibió un llamado desde la seccional en el que le decían que pasaran a retirar el cuerpo de Gastón, supuestamente fallecido en un accidente de tránsito, de la propia dependencia ya que no había lugar en la morgue judicial.

Las primeras pericias policiales, y hasta ahora las únicas que se le hicieron dicen que ”tenía cinco costillas rotas, además de las dos primeras vértebras cervicales fracturadas, el cráneo roto y el hígado explotado, de una data de entre tres y cinco días compatibles con las de un accidente de tránsito”. Vale aclarar, si hace falta, que una persona con vértebras fracturadas y el hígado estallado no puede andar deambulando ni una hora y ménos que ménos tener ganas de comer. La autopsia se realizó sin testigos en la Departamental de La Matanza “en condiciones irregulares, con un enmendado de la fecha” resumió asombrado el abogado. Mathías Valdez Duffau, primo y abogado de la familia. Las obvias irregularidades llevaron a la suspensión “por veinticinco días” del personal involucrado aunque no implicaron la detención de ninguno de los mismos.

Hasta aquí tenemos un nuevo caso de brutalidad policial en la provincia de Buenos Aires de Scioli y Stornelli. Sin embargo este homicidio alevoso tiene un elemento extra: Gastón es hijo del ex comisario mayor de los noventa de La Matanza Carlos Alberto Duffau y en ese sentido sus hermanos no descartan un ajuste de cuentas. Este elemento habla del enorme nivel de descomposición que presenta la bonaerense, la institución que según Scioli y Kristina debe “preservarnos” de la inseguridad. Pero sea cual sea el motivo de la muerte es más que interesante conocer la opinión de los familiares del muchacho que, obviamente, conocen la institución desde adentro: “Sabemos que en La Matanza no vamos a encontrar ni la verdad ni la justicia porque dichos policías no pueden ser investigados por funcionarios con quienes vienen trabajando a diario desde hace muchos años (…) Ello implica dudar "a priori" de la capacidad del fiscal y de la fiscalía general de La Matanza, porque estamos convencidos que esta investigación requiere una absoluta certeza de imparcialidad así como la total ausencia de vicios y de sospechas de amistad y/o connivencia policial-judicial”.Quienes desde hace años venimos enfrentando el gatillo fácil en los barrios del pueblo trabajador hemos denunciado una y otra vez como se cierra el circulo de represión e impunidad entre policía, poder judicial y los distintos gobiernos de turno así como con cada nueva ola mediática que pone en boga la inseguridad aumentan la cantidad de casos de pibes asesinados en las barriadas del Gran Buenos Aires. En este caso son familiares de los mismos policías los que reafirman nuestras denuncias.

Carla Lacorte