Los dirigentes de la mayoría de los sindicatos, entre ellos la lista Celeste de UEPC, intentan por todos los medios que los trabajadores nos limitemos a trabajar y persiguen en forma macartista a quienes tienen algún tipo de militancia política de izquierda.

Pero, ellos sí hacen política… y mucha.

Sistemáticamente utilizan el lugar que ocupan para apoyar a algún político patronal. E incluso, si les va bien, gracias a los servicios prestados pueden llegar a ocupar algún cargo como lo hizo Grahovac, entre tantos otros.

Ya vimos como, por 1999, la conducción de UEPC nos llamó a votar a De la Sota contra Mestre. Hoy, Nebreda y su séquito se proclaman kirchneristas, al igual que la CTERA que actualmente ocupa cargos en los Ministerios de Educación nacional y de las provincias y cuyos dirigentes integran a los diversos partidos patronales que vienen gobernando la Argentina: Yasky es un reconocido agente K, Maffei es del ARI, etc.

En estas elecciones, la conducción de UEPC se debate entre apoyar al candidato kirchnerista Campana, a Juez o bien a Campana-Schiaretti (el candidato de De la Sota!).

Más allá de la opción que tomen, nuevamente nos llamarán a confiar en los partidos que subordinan nuestros intereses a los de los grandes empresarios para los cuales gobiernan: subsidios y beneficios millonarios para las multinacionales; salarios miserables junto a la destrucción de la educación y la salud pública para el pueblo trabajador.

POR UN GRAN PARTIDO DE TRABAJADORES

A diferencia de lo que nos quieren hacer creer, los docentes de la agrupación DBASE consideramos que tenemos que hacer política, pero de ninguna manera junto a los patrones y a sus gobiernos.
Sostenemos que los trabajadores de la educación, como parte de la clase trabajadora, y junto a los sindicatos, cuerpos de delegados y trabajadores de la industria y los servicios que se reclaman combativos y antiburocráticos, tenemos que levantar una política que represente una verdadera alternativa a la de los dirigentes de la CTERA-UEPC, no sólo en el plano sindical sino también en el terreno político.

Ellos se unen a los responsables de la destrucción de la educación y la salud pública, a los defensores de un sistema basado en la superexplotación de los trabajadores, incluidos los docentes.
Los docentes tenemos que tomar en nuestras manos la gran tarea de poner en pie un partido de la clase trabajadora, que se proponga unir sus filas, hoy tan divididas entre privados y estatales; efectivos, contratados, “en negro” y desocupados, que realmente represente los intereses de la mayoría de la población: los trabajadores y sus familias.

Creemos que la pelea por recuperar nuestro sindicato para transformarlo en un sindicato militante, democrático e independiente de los gobiernos de turno y los partidos patronales, debe ir en simultáneo con la pelea por organizarnos también en el plano político.

Nuestros gremios arrancados de manos de las burocracias y recuperados para los trabajadores, indefectiblemente serán una base firme donde hacer pie para la construcción de este gran partido de la clase trabajadora.