¿Qué te parece la propuesta del PTS de construir un gran partido de la clase trabajadora?

Me parece vital. En los últimos años hemos aprendido que por más que muchos utilicen en el discurso la reivindicación y los derechos de los trabajadores, nunca los tienen en cuenta. Entonces, más que nunca, los trabajadores tenemos que tomar en nuestras manos algunas cuestiones como la política.

El panorama gremial nuestro es desastroso. Desde el punto de vista de los trabajadores estamos en un momento histórico de refundación de todo, como a principios de 1900. Tenemos las instituciones vacías de contenido producto del manejo político clientelar, de los lazos de intereses entre los dirigentes gremiales y los partidos políticos que están en el poder. Así que, más que nunca, es el momento de que los trabajadores nos decidamos a tomar en nuestras manos la conducción. Y no sólo de los gremios, ¿por qué no de un partido?

¿Cómo ves que podemos empezar a trabajar en esa construcción?

Lo difícil es que hay muy baja participación. Las oposiciones, como el caso de los partidos de izquierda, están muy divididas. Nosotros mismos tenemos la experiencia en lo gremial de todo lo que cuesta llegar a unificar la oposición. Pero que sea difícil no quiere decir que sea imposible. Tratarlo me parece que es un símbolo de salud porque si no la seguimos peleando, estamos fritos. Hoy todo el mundo tiene en claro que si quiere lograr algo tiene que luchar y eso ya es positivo. Yo misma me asombro, en pequeñas conversaciones con trabajadores de distintos gremios. El otro día estaba en el correo y un empleado me decía más o menos lo mismo. Hay mucha gente que lo piensa pero no tuvo la posibilidad de expresarlo, no encontró el espacio. Yo creo que hay mucha más gente de la que pensamos, nada más que hay que tratar de revertir este descreimiento. Y remar mucho.