Esta mañana ingresó a la Legislatura provincial el proyecto de ley del bloque PTS-Frente de Izquierda “educación sin injerencia religiosa” cuyo objetivo es “garantizar la educación laica, sin injerencia religiosa, en todas las escuelas públicas” de la provincia. El diputado Eduardo Hernández, integrante de la Comisión de Educación de la Legislatura, informó que “el objetivo de este proyecto, como señala su nombre, es garantizar la laicidad en la educación pública de toda la provincia. Mediante el mismo se propone prohibir el dictado de cualquier práctica, rito, comunicación o concurrencia religiosa dentro o desde las instituciones educativas públicas, así como poseer en su interior insignias ni símbolos religiosos.”

Hernández aseguró que “hoy la ley de educación provincial en su artículo 8º garantiza explícitamente la laicidad en la educación de la provincia, pero esto no se cumple, ya que se da religión en gran cantidad de escuelas públicas, y tantas otras poseen en su interior imágenes o símbolos religiosos, violando este principio de laicidad. Con esta ley queremos garantizar el derecho a la educación pública sin injerencia religiosa, respetando la libertad de culto y de conciencia bajo el entendimiento de que las creencias religiosas son concepciones personales, que pertenecen al ámbito privado.”

Por su parte, la diputada Natalia Morales contó que “el proyecto de ley también se propone avanza en garantizar la aplicación de la Educación Sexual Integral en todas las escuelas, sin le injerencia de la Iglesia como sucede hoy y reconoció la propia directora del programa en una reunión con diputados. Ya vimos como desde la Iglesia Católica se hizo un gran lobby para evitar la aprobación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en el Senado y hoy hacen lo mismo para evitar la aplicación de la ESI en las escuelas. La carta del cura Germán Maccagno, llena de argumentos medievales, misóginos y homofóbicos, atacando el dictamen de una comisión del Congreso a favor de garantizar la ESI en las escuelas públicas es muestra del poder e impunidad de la Iglesia, que quiere imponer sus creencias religiosas a la fuerza desde las propias escuelas públicas. Hay que terminar con este autoritarismo.”

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