En las fábricas de Rosario las condiciones de explotación son extremas. Un compañero metalúrgico gana $2.200 la quincena y $300 en ticket. En una metalúrgica no hay agua potable ni inodoros. Para escaparse a fumar hay que encerrarse en el baño y sentarse en el suelo al lado de la letrina que suele estar tapada. En una alimenticia las compañeras se desmayan por el calor. En Electrolux, “campeona de la seguridad”, un compañero murió descuartizado por la máquina. A 200 metros uno murió decapitado y en la de enfrente otro aplastado. En estas fábricas, somos todos muy jóvenes. Los “viejos” llegan a 30 años. Nuestros cuerpos parecen de 60.

La UOM es el felpudo de las patronales y van en las listas del PJ. Casi no hay delegados. Donde los hay, son parte del personal jerárquico o trabajadores “seleccionados” por la empresa. No consiguen ninguna conquista. Por ejemplo, en una fábrica donde se producen un par de miles de ventiladores diarios, no hay ventiladores en todas las líneas pese a los 50 grados de térmica. Los delegados ni siquiera consiguen 2 o 3 ventiladores de los que nosotros mismos producimos.
La vida obrera en los barrios no es mejor. Barriadas dominadas por narcos y policías, sin servicios básicos. Todo en una ciudad que creció de manera increíble con sectores enriquecidos que consumen hasta reventar, edificios inteligentes y autos de lujo.

Cuando en Liliana nos comenzamos a organizar, surgió una luz de esperanza para miles de jóvenes de Rosario. Conseguimos el pase a planta permanente, el pago del título secundario, recategorizaciones, transporte, comedor, premios por producción y otros derechos básicos.

Esa lucha nos costó el trabajo a los delegados de la asamblea. Al día de hoy seguimos luchando por nuestra reincorporación. Tenemos 2 fallos de la justicia que nos dan la razón aunque la patronal y la UOM lo desconocen.

Desde 2013 reclamábamos elecciones democráticas para tener delegados. Hoy logramos que haya elecciones para el 30 de abril, pero la UOM trata de hacer fraude. Logramos armar la lista Celeste con más de 130 avales en una fábrica de 500 trabajadores. En el turno noche, para que los dejen tener candidato y avalar a la Celeste, se tuvieron que parar las máquinas 20 minutos. Ahora quieren comprar compañeros, pero no ponen esa plata para mejorar los sueldos o un bondi más por turno y así llegar antes a casa, abrazar a nuestros hijos y descansar aunque sea una hora más. Van a seguir con el intento de fraude. No entregan los padrones. No quieren que el turno noche tenga tiempo de votar y aún no se sabe dónde se contaran los votos. Ya amenazan con suspender las elecciones.

Adentro hay fuerza para frenar estas trampas. Desde nuestro lugar también vamos a pelear por nuestros derechos y el de todos. Para que de una vez por todas haya democracia en Liliana. La luz tiene que mantenerse viva y seguir creciendo. Para empezar a barrer con la Rosario precarizada.