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Partido de los Trabajadores Socialistas
    Buenos Aires   |  27 de marzo de 2024
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Recesión y ajuste, fase superior del “modelo”
Por: Pablo Anino

11 Sep 2014 |

El ajuste y la recesión avanzan en la economía argentina. En el acumulado hasta julio, los datos del Indec indican que la industria se retrotrajo 2,8%. Estimaciones privadas, como las de la consultora FIEL, hablan de una caída aún mayor. La peor situación se vive en las automotrices con miles de suspensiones y cientos de despidos. En el frenazo, si bien asisten causas estructurales como el atraso del aparato productivo y la dependencia del imperialismo (como se hace evidente en la necesidad de que ingresen los dólares que imprime la Reserva Federal de los Estados Unidos), también actúa la política del gobierno que con la brusca devaluación de enero y la suba de tasas de interés, impuso el enfriamiento. En la recesión local también incide la situación de Brasil donde hay una caída en la industria, la economía se desaceleró y podría terminar en estancamiento o zona negativa este año.

Ahora el gobierno intenta tardíamente reactivar la demanda gestionando con los bancos un regreso a las ventas en 12 cuotas. Pero los techos a los aumentos salariales en paritarias y los tarifazos actúan en el sentido opuesto: tienen como consecuencia lógica la caída en el consumo del pueblo trabajador. No solo tiene ese efecto. Además, el tarifazo en las facturas de gas generó un gran descontento entre los usuarios.

Pagadores seriales

Este miércoles 10 en el Congreso se votó la Ley de Pago Soberano que deja en evidencia los enormes esfuerzos que hace el kirchnerismo para seguir siendo “pagadores seriales” y su afán de mantener contentos a los especuladores. Semanas atrás, se supo, a través del diario oficialista Página 12, quiénes son los beneficiarios de esa ley: George Soros, David Martínez Guzmán y Kyle Bass son algunos de los multimillonarios que acompañan al gobierno en la “patriada” contra los buitres que no entraron al canje. Los especuladores que sí entraron al canje haciendo ganancias del 300% están esperando la ley para que se les regularicen los pagos. Entre los tenedores de bonos que se beneficiarán del “pago soberano”, también está la banca que actúa en el país: Macro, Francés, Galicia, etc., tienen importantes tenencias de bonos en sus carteras. El J.P. Morgan (la “gloriosa JP”) y el Citibank, también esperan que les llegue el “pago soberano”.

No obstante, todos estos acaudalados capitalistas esperan una resolución favorable, no es para nada seguro que la ley resuelva la crisis abierta por el juez neoyorquino Thomas Griesa. Es que muchos fondos de inversión que tienen bonos argentinos no están autorizados a operar por fuera de la jurisdicción de los Estados Unidos. Además, Griesa ordenó a los bancos que no colaboren en permitir que Argentina haga efectivo el pago de los bonos en Buenos Aires. En esa encrucijada el gobierno cayó por la aceptación de la jurisdicción extranjera en los canjes de 2005 y 2010. Ahora paga las consecuencias de esa sesión de soberanía. La semana pasada se introdujeron cambios a la ley en función de dialogar con la oposición. Se incluyó a Francia como sede de pagos atendiendo a lo planteado por los seguidores de Sergio Massa, cuya bancada de todos modos votó en contra. Además, quienes quieran no solo cambiar la sede de pago, sino también canjear los bonos, podría optar entre la jurisdicción argentina o la francesa. A la falsa disyuntiva entre “patria o buitres”, que como queda en evidencia no es cierta porque buitres hay a ambos lados en esta disputa, el oficialismo tendrá que enhebrar nuevas teorías sobre imperialismos malos (Estados Unidos) y buenos (Francia), para tratar de encubrir discursivamente su sumisión a las potencias económicas.

Aliados no tan alternativos

Frente a la escasez creciente de dólares, el oficialismo apuró el swap (intercambio) de monedas con China para tratar de fortalecer las Reservas del Banco Central. Con ese objetivo viajó Juan Carlos Fábrega a Basilea, donde se encontró con quienes dirigen la banca china. Allí se destrabó el swap por u$s11.000 millones, pero el primer desembolsó que se hará durante este año será solo de u$s800 millones. Es muy poco para enfrentar la creciente presión sobre el dólar. Como se ve, hasta las vías de endeudamiento “heterodoxo”, como pretendió denominarla el oficialismo, presenta reparos a la hora de dar dólares a un gobierno que enfrenta turbulencias económicas. En el mismo sentido, los acuerdos sellados con el país asiático para el financiamiento de represas y la reconstrucción del Belgrano Carga, requieren que Argentina esté en buenas relaciones con el FMI y no se encuentre en default. Rápidamente quedó demostrado que la vía China como alternativa a los Estados Unidos, no es tal cosa. Axel Kicillof y Julio de Vido pasaron varios días en China para tratar de destrabar los desembolsos. No está claro que lo hayan logrado sin eludir los condicionamientos fondomonetaristas del aliado chino. Finalmente, Cristina Kirchner viajará en noviembre a China para ver de asegurarse las inversiones y el swap. Por otro lado, el gobierno de Brasil habría rechazado hacer un préstamo para fortalecer las reservas del Banco Central argentino. La burguesía carioca recela de los préstamos chinos porque opina que puede dañar su industria. La “unidad latinoamericana” de ambos gobiernos burgueses tampoco pasa por el mejor momento.

Más presión sobre el dólar

Como otra forma de sopesar la escasez de dólares, la semana pasada el Banco Central ordenó a los bancos reducir sus activos en dólares para tratar de incrementar la oferta de la divisa verde. El viernes 5 la Gendarmería hizo operativos contra los “arbolitos” que venden ilegalmente dólares en la calle Florida. Son todas iniciativas de contragolpe que, no obstante, no logran contener nada. Por canales oficiales las compras del “dólar ahorro” se aceleró fuertemente siendo una vía de fuga legal del sistema. Otro tanto ocurre con el “dólar bolsa” o el “contado con liqui”. La imaginación de los especuladores financieros creó estos mecanismos para secar de dólares el país. A esas maniobras se suman las multinacionales que exportan granos que están reteniendo ventas a la espera de una devaluación. Aunque el gobierno esté buscando evitarlo, no está descartado que termine cediendo a las presiones con nuevos saltos devaluatorios.

Pero aun cerrando todos esos grifos por los cuales se van los dólares, el gobierno no podrá evitar la escasez de divisas. Es que no ataca las causas estructurales. La industria automotriz al requerir de autopartes importadas actúa como una aspiradora de divisas: “el déficit comercial de autopartes se incrementó de 1200 millones de dólares en 2004 a 8100 millones de dólares en 2013” (Página 12, 8/9/2014). Es una muestra que la industrialización que pregona el kirchnerismo no es tal. Las terminales que actúan en el país son armadurías en las cuales la mayoría de las partes de los autos fabricados son importadas. En la industria electrónica el carácter de armaduría es más profundo. Otra aspiradora de dólares son las importaciones energéticas. En este rubro el déficit es producto de la errática política del kirchnerismo que permitió por años el saqueo de Repsol (y ahora habilita el de Chevron y otras petroleras imperialistas como socias de YPF). Las importaciones energéticas generan un déficit de u$s6.000 millones anuales. A los déficits de la industria y al energético, hay que sumar el drenaje de la deuda que se llevará en promedio u$s12.000 millones por año de aquí en adelante y las ganancias que las empresas extranjeras (que representan más de tres cuartos del valor agregado de las 500 grandes empresas), envían a sus casas centrales.

Cambalache decisionista

Este lunes Cristina Fernández de Kirchner se reunió con las automotrices (esas que “encanutan” y hacen maniobras para hacerse de dólares), para buscar la extensión por 90 días del Pro.Cre.Auto que vence el 24/9. Dos días más tarde continuaron las negociaciones con las terminales a través de Axel Kicillof y Débora Giorgi que enrostraron el boicot de los concesionarios al plan oficial. El gobierno no les aplica ninguna sanción, por el contrario seguirá financiando su negocio con el Pro.Cre.Auto y permitirá que suban más los precios. El miércoles el oficialismo votó la Ley de Pago Soberano en la Cámara de Diputados. Pero tanto decisionismo no hace más que develar la impotencia oficial para resolver los grandes problemas de la economía. La Ley de Abastecimiento será una prueba más de esa impotencia. Las empresas hablan de sus temores porque rechazan aunque sea un tibio control a sus negocios como lo será la nueva ley, que incluso en muchos aspectos retrocede en rigurosidad en relación a la ley vigente. El ministro de Economía que venía a planificar la economía y regular los negocios de las empresas, se trasformó en una pieza clave del cambalache decisionista; donde el arsenal de medidas económicas que el oficialismo anuncia una tras otra no impide que la economía se siga deteriorando.

 

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