Es la hora de empuñar el legado
de Sacco y Vanzetti.
Definitiva tarea
que tañe en nuestras conciencias,
desde el campanario
de la única historia
donde es certero el llamado.
Es la hora de confiar la pupila
en la letra perdurable de lo justo,
volver a escribirla
hoy, ayer y mañana
con la avidez de la multitud
que busca desagraviar
lo arbitrario.
Ser leales a la contraseña
que no se olvida,
no pueden arrebatarla
ni borrarla,
tiene latido proverbial
y la trae el viento de los siglos
en grupa de razones
con resonancias
de huelgas, piquetes,
pedradas, llantos,
himno internacional,
palabras clandestinas,
emancipadas.
Cabales acciones
a la luz que evidencia
la cara y seca
del bien que nos congrega
a los Trabajadores.
Es la hora de atizar
nuestra condición
que vigoriza
y salir uno a uno
para ser todos
cuerpo y voz
confortando tormentos.
Ser testigos honrosos
condenando las condenas
del tribunal de la mentira.
Bandera y memoria
en trinchera solidaria
de vuelos por el mundo
con gestos de absolución.
Pura confluencia de la verdad
por los Inocentes Petroleros
del sur argentino
apresados, vejados y condenados
por porfiados descontentos.
Por ser obreros con dignidad.
Por el hito que nos salva del abismo.
El derecho a gravitar.
Esa lucha amedrenta al poder.
Es arboladura que nos sustenta
sin culpas
y en todas direcciones.
La llevamos sobre los hombros
para que no se hunda,
para que no se pierda.
Para que vea el horizonte
y la libertad de cada uno de Ellos.
Nora Bruccoleri
Mendoza - Argentina
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