¿Cuál es su situación actualmente?

Somos delegados de EMFER, la empresa de los Cirigliano; somos los que denunciamos en su momento la quema de papeles, cuando trataban de ocultar desvíos de fondos, entre otras cosas. Hoy tenemos un compañero procesado con una causa penal en el fuero de San Martín, el compañero Julián Radic de la comisión interna. Pero además vienen por todo el cuerpo de delegados, nos están atacando a todos, intentando lograr nuestro desafuero criminalizando la protesta, tanto en EMFER como en TATSA que es de los mismos dueños.

EMFER tiene un rol importante en el transporte ferroviario…

Con todo el vaciamiento que hubo con las privatizaciones, ésta es una de las pocas empresas que quedaron capaces de construir y reparar material rodante ferroviario. Y es el bastión que les quedó a los Cirigliano después de los ’90, cuando Menem les terminó regalando un taller que era de fabricaciones militares.

¿Y qué pasó durante los gobiernos kirchneristas?

La característica de este gobierno es hablar de estatizaciones cuando en realidad no cambian nada, el transporte lo siguen manejando los mismos personajes como Romero, Cirigliano, Roggio, Taselli, lo siguen manejando las mismas patronales. Los mismos que tienen negocios con ellos y los tuvieron con los gobiernos anteriores.

¿Qué medidas están llevando adelante?

Estamos impulsando un petitorio y queremos armar un amicus curiae, porque algo más se está cocinando detrás de estas persecuciones, hay rumores de que la empresa podría volver al Estado, y nosotros al parecer somos una molestia. Varios delegados tienen ideas de izquierda y nos persiguen por eso, tanto la patronal como la justicia, que se apresta a abrirnos causas irrisorias, que no tienen sentido pero siguen su curso, con pruebas que realmente no pueden fundamentar ninguna causa.