Después de siete días de toma de la facultad, once masivas asambleas docente-estudiantiles y dos movilizaciones, logramos que las autoridades de la facultad de Artes firmaran un acta acuerdo por nuestras reivindicaciones.

Todo comenzó con el suicidio de Jonás Lobo, docente que llevaba 22 años en un cargo interino y tras un concurso armado quedó sin trabajo. Esto desnudó la terrible situación de precariedad laboral de nuestros docentes, persecución por parte de las autoridades y ahogo presupuestario. Para los estudiantes fue “la gota que rebalsó el vaso” y decidimos tomar la facultad, enfrentar a las camarillas de radicales y peronistas que permiten que haya docentes que cobran $ 1.500, mientras los funcionarios de La Cámpora (puestos a dedo) cobran más de $20.000. La universidad de Tucumán recibe millones de la Alumbrera y hacen caja con los fondos del Estado pero nos niegan el derecho a saber qué se hace con el presupuesto. La mayor conquista que obtuvimos, estudiantes y docentes, fue que recuperamos nuestros métodos históricos de lucha: asambleas masivas donde se decide a través del voto. A pesar de las maniobras de las autoridades y del Centro de Estudiantes –conducido por Libres del Sur, que forma parte de la gestión del Decanato- logramos mantener la toma y les impusimos a las autoridades una “Comisión de seguimiento” conformada por estudiantes y docentes mandatados. Se logró el apoyo público del gremio docente ADIUNT, mostrando el aspecto más progresivo de esta lucha que fue la unidad con los docentes, en una provincia que a nivel nacional rankea alto en el trabajo en negro y precario. Recibimos el apoyo de los trabajadores del Ingenio San Juan y de Citrusvil. En una asamblea, un obrero del azúcar nos habló de la importancia de la unidad obrero estudiantil, mostrándonos quiénes son los aliados y quiénes los enemigos del movimiento estudiantil.

Desde la Juventud del PTS apostamos a continuar esta experiencia de lucha sabiendo que partimos de una importante conquista que nos permite fortalecer una perspectiva de independencia política en el movimiento estudiantil, profundizando su organización democrática y ligando su lucha a la de los trabajadores.