“Estamos bien, repartimos volantes en Fiat, nos recibieron muy bien, como esperando que cambien un poco las cosas. Muy diferente a Iveco, donde existe una patota que responde al gremio. Sólo llevamos, sin mentiras ni falacias, un volante contando nuestra situación. Evidentemente cuando no hay argumentos para defender mediante el diálogo, aparecen estas cosas, la violencia de los barrabravas, pero igual pudimos volantear. Dragún nunca estuvo con nosotros cuando lo necesitamos. En el Ministerio no hizo nada bien y así le fue. Porque es obvio que no es querido por los sectores del trabajo.”

¿Cómo cayó la renuncia de Dragún?

“Nos pusimos muy contentos y aprendimos que se pueden lograr cosas con organización, sin creernos nada; opinamos simplemente que dejamos un precedente, somos despedidos porque tenemos un pensamiento diferente al que ellos quieren implantar. Somos trabajadores despedidos pero organizados que le hacemos frente a esta farsa, y eso nos hace sentir muy bien.”