El 1° de mayo lejos de hacer un acto obrero y llamar a pelear contra el impuesto al salario o contra el tope a paritarias que impone el gobierno de Cristina o por aumento de salarios ante la inflación, el jefe de la CGT opositora se fue a Córdoba.

Allá se encontró con el gobernador De La Sota, con Francisco de Narváez y el ex ministro Lavagna para formar un frente político de la derecha peronista. Los que defendieron la devaluación del 2002 que llevó a uno de los mayores saqueos a la clase obrera se vuelven a juntar para presentar la misma fórmula: la devaluación. Sólo falta Duhalde que está muy quemado y no puede aparecer pero seguro que alentará esta “patriada” de sus amigos del peronismo ortodoxo.

Al que se le cae la careta, y los trabajadores deberían tomar cuenta de esto, es a Hugo Moyano. Después del paro y la movilización obrera multitudinaria, como fue la jornada del 20 N por reivindicaciones sentidas por la amplia mayoría de los trabajadores, habló de lanzarse como candidato político con una organización de base obrera, emulando a Lula de Brasil.

Después, se olvidó de la lucha y buscó algún burgués que lo cobijara bajo su ala. Y lo encontró. Mientras Caló de la UOM y los gordos son oficialistas, tanto que todos la llaman la CGT Balcarce por la dirección de la Casa de Gobierno (para no hablar del alcahuete de Yasky de la CTA oficial), Moyano se alía a la oposición patronal, los sojeros y devaluadores de afuera y adentro del viejo PJ. Moyano se decidió. Lo que hizo con los Kirchner durante años, o sea ser garante de la tranquilidad laboral y tener maniatado a los trabajadores detrás de un proyecto político patronal, lo hará ahora desde el frente que acaban de fundar en Córdoba con dirigentes antiobreros como De la Sota, Lavagna o De Narváez. Y pondrá la CGT que él encabeza como sustento de ese frente gorila.

Hay que repudiar este pase de baraja que hace Hugo Moyano. Los sindicatos y la CGT deben ser independientes del gobierno y de toda variante política patronal. Hay que barajar y dar de vuelta. Hay que recuperar la independencia política de los trabajadores, como era en los orígenes la clase obrera. Hay que recuperar los sindicatos para barrer a toda la burocracia sindical que entrega nuestras conquistas y que nos quiere llevar de furgón de cola de distintas variantes empresariales.