PTS
Partido de los Trabajadores Socialistas
    Buenos Aires   |  29 de marzo de 2024
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INFORME Y DEBATE SOBRE LA SITUACIÓN INTERNACIONAL
Un internacionalismo de combate
11 Apr 2013 |

A partir de la actualización del análisis de las principales tendencias de la situación mundial, el Congreso abordó la discusión sobre la orientación internacionalista del PTS y de la Fracción Trotskista – Cuarta Internacional.
La sesión internacional se abrió con dos informes a cargo de Claudia Cinatti y Emilio Albamonte y contó con 27 intervenciones de delegados/as e invitados internacionales, entre ellos los compañeros Vincent Duse de Francia y Javo Ferreyra de Bolivia (ver página 12). A continuación presentamos una síntesis de las principales conclusiones del debate y las resoluciones votadas.

Crisis histórica del sistema capitalista

El informe sobre la situación internacional partió de ratificar las definiciones más generales que viene haciendo nuestra corriente de la etapa abierta con la caída de Lehman Brothers, empezando por el carácter histórico de la crisis del sistema capitalista-imperialista que ya está configurando un escenario de grandes convulsiones sociales y políticas y de crecientes tensiones interestatales, en el marco de la decadencia hegemónica de Estados Unidos, como muestra el reciente conflicto con Corea del Norte.

Esta crisis puso de manifiesto el agotamiento de las contratendencias de la etapa neoliberal (aumento de la explotación, financierización de la economía, privatizaciones, reforzadas por la restauración capitalista y la incorporación de China como reservorio de mano de obra barata) que habían permitido salir de la crisis de los 70 sin una limpieza generalizada de capitales.

Los rescates estatales de 2008-9 a los grandes bancos y corporaciones y otros mecanismos para inyectar dinero en el sistema financiero y bancario (emisión monetaria en Estados Unidos y Japón, préstamos a los grandes bancos a bajo interés, plan de estímulo en China, etc.) evitaron por ahora una depresión como la de los ‘30 pero no permitieron una salida a la crisis. Al contrario, esta política de salvataje a los grandes capitalistas llevó a un endeudamiento estatal insostenible, que los gobiernos capitalistas, ya sean neokeynesianos como el de Obama, o ajustadores como el de Merkel, pretenden hacer pagar a los trabajadores y sectores populares.
Los países centrales siguen siendo el eje de la crisis, aunque hay algunas desigualdades entre los bloques y potencias imperialistas. Mientras que Estados Unidos ha registrado un crecimiento débil (en torno del 2%), el epicentro de la crisis está en la Unión Europea que ya ha tenido que salir al rescate de cinco de sus miembros Irlanda, Grecia, Portugal, el Estado español y Chipre. La política de Alemania, la principal potencia de la UE, es exigir a los países rescatados” la aplicación de durísimos planes de ajuste, lo que termina reforzando las tendencias recesivas de la eurozona. Incluso en Chipre su política se endureció aun más, haciendo pagar a los grandes ahorristas -la gran mayoría rusos- parte del rescate, lo que agitó el fantasma de la corrida bancaria y abrió una crisis cuyas consecuencias económicas y geopolíticas aun están por verse.

Con China creciendo por debajo del 8%, lo más probable es que se mantenga una situación de bajo crecimiento de la economía mundial con tendencias recesivas en la zona euro. En ese marco, los países de América Latina, sobre todo del Cono Sur, se benefician aun de los altos precios de las materias primas pero dependen de las condiciones externas, por lo que un salto en la crisis puede cambiar drásticamente el panorama. Aunque la situación aun no ha planteado guerras comerciales de envergadura, políticas proteccionistas, o lucha abierta entre potencias rivales por la hegemonía mundial, estas tendencias están inscriptas en la dinámica de la crisis, al igual que las políticas imperialistas más agresivas de Estados Unidos que, a pesar de su decadencia, intentará por todos los medios reafirmar su rol como potencia dominante y sacar ventaja frente a sus competidores como Alemania.

Lucha de clases, movimiento obrero e internacionalismo práctico

Además de las condiciones objetivas, el Congreso debatió sobre la práctica internacionalista del PTS y la FT, más específicamente, sobre cómo avanzar en un “internacionalismo de combate”, es decir identificar dónde están los “centros de gravedad” que nos permitan avanzar en la construcción de partidos revolucionarios de la clase obrera y contribuir a poner en pie una Internacional de la Revolución Socialista (la Cuarta Internacional), imprescindibles para los próximos enfrentamientos entre revolución y contrarrevolución.

Partimos de que con la “primavera árabe” y la resistencia de los trabajadores y jóvenes europeos a los planes de ajuste se ha abierto un nuevo ciclo de la lucha de clases, en el que el movimiento obrero tiene una intervención cada vez más destacada. Sin embargo, aun la respuesta de los explotados no está a la altura de la crisis capitalista y el ataque de la clase dominante. Esta situación es producto de que el movimiento obrero internacional arrastra una crisis de sus organizaciones tradicionales (sindicatos y partidos) que se combina con una crisis histórica de dirección revolucionaria.

Las décadas de restauración burguesa y retroceso y la acción de direcciones que colaboraron con la ofensiva del capital (como los partidos comunistas que se hicieron agentes de la restauración capitalista), minaron la confianza de la clase obrera en sus propias fuerzas e implicaron un retroceso en la organización y la capacidad de lucha.
Nuestra política está dirigida a que el proletariado recupere la confianza en sus propias fuerzas y se convierta en sujeto social hegemónico del conjunto de los sectores explotados y oprimidos. Para eso militamos en la clase obrera.

Además de la propaganda revolucionaria, que sigue siendo fundamental, la discusión central del Congreso fue cómo desarrollar un internacionalismo práctico, lo que significa sacar las lecciones programáticas de los principales acontecimientos de la lucha de clases (por ejemplo, del proceso revolucionario en Egipto) y definir dónde están dadas las condiciones para que los marxistas podamos jugar un rol decisivo en la lucha de clases o en fenómenos políticos de la clase obrera, que nos permita entablar un diálogo con los sectores de la vanguardia obrera y juvenil y las corrientes de izquierda.

Contra toda política autoproclamatoria, tenemos claro que ni el PTS es el partido de la revolución en Argentina ni la FT es la organización de la revolución mundial y que estos sólo surgirán como producto de la fusión entre los marxistas con la vanguardia obrera y juvenil. Esta fusión no será producto sólo de discusiones, sino con una práctica común en la lucha de clases que permita poner en pie partidos proletarios de combate y una internacional revolucionaria.

 

Ver online | Ir a www.pts.org.ar



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