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El mito del desendeudamiento K
Por: Pablo Anino

26 Jul 2012 |

El 3 de agosto se efectivizará el último pago de capital del Boden 2012, un bono emitido para compensar a los ahorristas que quedaron en el corrallito de Cavallo y De la Rúa y el corralón de Duhalde. Los analistas financieros aseguran que el 70% de los Boden 2012 está en manos de fondos internacionales. Es decir, fondos buitres que compraron a precios de remate los bonos. En su gran mayoría los ahorristas que recibieron esos bonos tuvieron que venderlos al calor de la crisis a mucho menor valor que el que pagará ahora el gobierno a los especuladores que, además, cobraron intereses todos estos años.

Frente al desgaste del “modelo”, la escasez de dólares, la fuga de capitales y las ganancias que se llevan las empresas al exterior, que condujeron al cepo cambiario, ahora el gobierno pondrá en manos de los especuladores 2.300 millones de dólares para que vuelvan a especular o los fuguen del país. Increíblemente, el Ministro de Economía, Hernán Lorenzino, hizo activar relojitos en distintos monitores del Palacio de Hacienda para seguir la cuenta regresiva hasta el día del pago. No hay nada que festejar.

Negocios como siempre

Los K presentan el pago del Boden como una confirmación del camino del “desendeudamiento” iniciado por Néstor Kirchner. Si lo que se quiere decir es que en 2005 se negoció una quita, esto es una obviedad. Claro que esa quita no afectó a los grandes especuladores que habían comprado los bonos a precios de remate como ocurre en situaciones de catástrofe económica. Para verificarlo veamos hoy a Grecia y España. La “gran” negociación de Lavagna y Néstor Kirchner le reconoció a los “buitres” valores que significaban ganancias del 100 o 200 por ciento, a pesar de la quita. Además, se le agregó el adorno de pagos adicionales en función de la inflación y el crecimiento de la economía.

En esto los K se ubicaron a la derecha de Rodríguez Saá que bajo la presión de la rebelión de 2001 declaró el default impuesto como una medida transitoria para superar la crisis, dado que es de manual que cuando las tasas de interés que pagan los estados superan determinados niveles, el default deviene inevitable, lo mismo que la reestructuración de la deuda con quita. Tanto que ya estaba previsto por el establishment financiero, más allá de las denuncias de la violación a la seguridad jurídica. Lejos de ser un “acto soberano” y de haberles “torcido el brazo” a los bonistas, fue bussiness as usual (negocios como de costumbre) para ellos. Luego en junio de 2010 CFK llevó adelante un nuevo canje para aquellos que no habían entrado en el anterior, buscando el regreso a los “mercados” que no pudo lograr por la crisis mundial. En todo esto se devela el carácter restaurador del kirchnerismo para retomar las condiciones de normalidad burguesa.

Un extraño “desendeudamiento”

Luego de la renegociación y del pago al contado al FMI la deuda retomó su crecimiento. Pasó de 152 mil millones de dólares en 2005 a casi 179 mil millones en 2011. Los K dicen que el “desendeudamiento” se da porque la relación de la deuda con el PBI (Producto Bruto Interno) disminuye desde 2005. Gracias a dilapidar reservas y a usar dinero que debería ir al pago del 82% móvil para los jubilados, educación, salud y un aumento significativo de la asignación universal por hijo, desde 2005 decreció el peso de la deuda en relación al PBI. A fines de 2011 la deuda equivalía al 42% del PBI. A pesar del “desendeudamiento” los K no resisten un archivo si ese número se lo compara con el 39% promedio que tuvo la relación deuda/PBI entre 1994 y 2000, en plena fiesta menemista.

La deuda ¿dejó de ser un problema?

Los K dicen que la deuda dejó de ser un problema para la economía porque un 53% está en manos del propio Estado. Aunque esto da un mejor perfil a la deuda y facilita sus pagos no por eso hace desaparecer su peso sobre el pueblo trabajador. La deuda dejó de ser un problema para los neoliberales, como Alfonso Prat Gay y Martín Redrado (que ayudó a los K a pagar al FMI u$s10 mil millones en 2005), que estuvieron al frente del Banco Central con el kirchnerismo, con quienes Cristina se pelea estos días por cadena nacional. También dejó de ser un problema para los especuladores que cobran puntualmente. El gobierno paga al costo de degradar sus “herramientas” de intervención política en la economía. Por ahora, la Anses, el Pami, el Banco Nación y el Banco Central financian el pago de la deuda, pero habrá que ver qué ocurre frente a una perspectiva de mayor crisis.

Los pagos de intereses y capital de la deuda se llevan anualmente un promedio del 10% del PBI. A la vez, sólo los intereses de la deuda significan alrededor del 10% del presupuesto público. Los pagos de intereses pasaron de alrededor de $ 6 mil millones en 2004 a los $ 45 mil millones en 2012: ¡un 650% de aumento! Se transformó así en un factor muy importante del déficit fiscal. Si la deuda hubiera dejado de ser un límite para el país semi-colonial no se explica porqué desde 2010 el gobierno tuvo que recurrir al Fondo del Bicentenario para sacar planta del Banco Central para hacer cancelaciones.

De lo que se trata es de no pagar la deuda, no de pagarla de forma “sustentable”. Como la industrialización, el crecimiento con equidad, la redistribución del ingreso, el “desendeudamiento” es otro de los mitos K.

 

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