PTS
Partido de los Trabajadores Socialistas
    Buenos Aires   |  29 de marzo de 2024
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SEGUNDA CARTA DEL PTS AL PARTIDO OBRERO (CON COPIA A LOS COMPAÑEROS DE IZQUIERDA SOCIALISTA)
Propuestas concretas para avanzar
15 Mar 2012 |

Compañeros:

En primer lugar, como ustedes dicen, “el Frente de Izquierda, primero”. Ni nosotros ni ninguna de las fuerzas que lo integramos, hemos puesto en cuestión su continuidad. Es más, frente al comienzo del desprestigio del gobierno, el Frente de Izquierda, luego de las elecciones, ha tenido protagonismo no solo participando en cada movilización con columnas conjuntas, sino también mediante la presencia en los medios masivos de comunicación de referentes políticos identificados con el FIT como Christian Castillo y Myriam Bregman, impulsora de las denuncias de espionaje de la Gendarmería, o los compañeros Edgardo Reynoso y el Pollo Sobrero frente al crimen de Once, denunciando la responsabilidad del gobierno y TBA. También otro de nuestros ex-candidatos, Claudio Dellecarbonara, fue el portavoz de una posición independiente ante el lockout patronal y de la UTA, a la que tuvieron que referirse tanto Cristina Kirchner como Mauricio Macri en el conflicto en torno al subterráneo. Asimismo, los compañeros Marcelo Ramal y Néstor Pitrola estuvieron en algunos programas dando su posición sobre importantes temas de la política nacional. La banca del FIT en Neuquén viene cumpliendo un papel muy importante junto a la lucha de las compañeras y los compañeros docentes contra la Ley de Educación provincial. Recientemente en la Legislatura de Córdoba hemos presentado un proyecto de resolución para que ese mismo organismo provincial inste al Congreso Nacional a votar la anulación de la Ley Antiterrorista votada en diciembre pasado, al igual que a principio de año se hizo en la Legislatura neuquina. Más recientemente, hemos conformado el Frente de Izquierda (PTS-PO-IS) en la Universidad Nacional de Rosario para las elecciones de Centro de Estudiantes y Consejo en Humanidades. También hemos conformado una lista común entre el PO y el PTS en Gráficos, y ustedes apoyan la lista impulsada por el PTS en la Alimentación (aunque lamentablemente decidieron apoyar la lista michelista en el SUTNA San Fernando y no la lista Marrón apoyada e integrada por compañeros y activistas del PTS en el Frente de Izquierda, entre otros). Es decir que, de conjunto, somos protagonistas de enormes campañas de agitación política a escala nacional y en importantes gremios y universidades.

En este marco, no solo consideramos que todas las corrientes que componemos el FIT tenemos que defender la continuidad del Frente con todas nuestras fuerzas sino que tiene la mayor importancia avanzar en propuestas concretas para impulsarlo consecuentemente. En este sentido, planteamos dos grupos de iniciativas.

Por un lado, queremos retomar una propuesta que venimos haciendo y que nos parece de vital importancia: profundizar experiencias de intervención unitaria cotidiana en los gremios donde tengamos trabajos comunes, como docentes de Neuquén y ferroviarios del GBA, y organizar y concretar en el corto plazo una Conferencia Sindical de los partidos y compañeros independientes que integramos el FIT. Esta última propuesta es coincidente con lo que señalan ustedes en Prensa Obrera N° 1213: “Llamamos a un desarrollo sistemático del Frente de Izquierda por medio de la agitación política y la organización, para que nos permita convocar a una futura Conferencia sindical en nombre de todas las organizaciones que lo forman”. Creemos que ante la situación actual de ataques del gobierno y crisis de la burocracia sindical que se combina con el desarrollo desde hace años del extendido fenómeno del sindicalismo de base en el movimiento obrero, esta es una tarea fundamental que tenemos que encarar sin demoras.

Por otro lado, nos vemos obligados a insistir en que no solo defendemos con todas nuestras fuerzas la continuidad del FIT, sino que venimos siendo consecuentes impulsores de dar un nuevo salto lanzando una gran revista de la Asamblea de Intelectuales, Docentes y Artistas en apoyo al FIT, la medida más audaz para producir un nuevo impacto en el escenario político nacional que trascienda los marcos del acuerdo electoral y la publicación de declaraciones comunes. Lamentablemente, ustedes vienen poniendo trabas a esta iniciativa que ya habíamos acordado, no solo entre las fuerzas que integramos el FIT sino con los numerosos compañeros y compañeras independientes que integran la Asamblea. Junto con esto, queremos reafirmar la necesidad de impulsar la Asamblea en apoyo al FIT, no solo porque representa un importante fenómeno político surgido gracias a la conformación del Frente que desarrollamos en común con compañeros intelectuales, docentes y artistas independientes (siendo la única asamblea de existencia real con la que cuenta el FIT), sino porque estamos en un momento de importante politización de la intelectualidad, con el desarrollo de todo tipo de agrupamientos.

En segundo lugar, aunque no menos importante, respecto al proceso de constitución de un partido revolucionario unificado de las corrientes que integramos el FIT (y las respectivas corrientes internacionales), nos sorprende el cambio expresado en su carta donde, por primera vez, establecen la condición de fijar fecha a un Congreso de Unificación antes de haber iniciado siquiera un primer intercambio de opiniones sobre todos los problemas que hacen a la constitución de un partido: teoría, programa, métodos, etc. Incluso ustedes hacen referencia a un discurso de Altamira en el acto del FIT en julio del año pasado en La Plata (una de las pocas referencias al tema en toda la campaña electoral que duró al menos 6 meses), pero olvidan citar lo que textualmente dijo: “Si queremos hacer un partido revolucionario es muy sencillo: militemos en común en esta experiencia, fogueémonos en común en esta lucha y organicemos un debate entre nosotros, en su debido momento, con boletines internos, posiciones políticas y programas, y así construimos un partido revolucionario. (…) Un debate organizado va a producir la mejor vanguardia revolucionaria que haya tenido América Latina en los doscientos años de su vida independiente” (PO 1185, destacados nuestros). Luego, en una declaración del Comité Nacional del PO (31/11/11), que ustedes difundieron ampliamente, dicen “Desde el Partido Obrero acogemos positivamente todas las propuestas de debates políticos que sirvan a la clarificación de posiciones y por sobre todo al desarrollo de un programa”. ¿Por qué lo que ayer era un necesario “debate organizado”, similar a lo que estamos proponiendo –aunque no compartimos que el debate deba ser “interno” dejando fuera a miles y miles que pueden interesarse – hoy se transformó en “congreso o nada”? Dicen que al PTS le interesa “discutir por discutir”. Este es un argumento insostenible. Por un lado, el PTS hace lo que dice: ahí están los Frentes de la izquierda del 2005, 2007, 2009 y 2011 (el PO se sumó recién a este último); ahí está nuestro giro al movimiento obrero industrial y de los transportes (son prueba de ello, por nombrar sólo los que tienen elecciones en los próximos meses, las listas encabezadas por primera vez por compañeros del PTS en la Alimentación y Jaboneros, así como la nueva agrupación Bordó en Gráficos, encabezada por las internas de Donnelley y Worldcolor, que hizo frente con la Naranja, o la inserción conquistada en metalmecánicos, Subte, aeronáuticos, neumático, metalúrgicos, ferroviarios, marítimos, textiles, aguas gaseosas, plástico, etc.); ahí está el movimiento estudiantil, donde llevamos a la práctica nuestro programa, formando frentes de izquierda independientes de las corrientes frentepopulistas en casi todas las facultades humanísticas del país. Por otro lado, quizá no lo sepan, pero están apelando a un cliché característico de corrientes populistas al acusarnos de querer “discutir por discutir”. Nadie puede sostener que las organizaciones que conformamos el FIT tenemos el peligro de “discutir” mucho, como si tuviéramos un exceso de debates teórico-políticos y nos faltara actividad práctica.

En la historia hubo decenas de fusiones en el movimiento marxista. Honestamente creemos que corrientes que provenimos de distintas tradiciones y decenas de años de existencia independiente unas de otras, no podemos ir a un Congreso de fusión fijando una fecha y lugar de entrada, antes de abrir el debate o hacer una experiencia común en la lucha de clases, por el solo hecho de haber compartido un frente electoral. Poner por delante las cuestiones organizativas liquida toda discusión y posibilidad real de convencimiento. Es, como diría Altamira, “liquidacionismo sectario” contrario a lograr la “unidad principista”. Las propuestas que señalamos en la carta anterior (blog y/o boletín de debate; páginas en las respectivas prensas; Conferencia Internacional por la Reconstrucción de la Cuarta Internacional) no las “sacamos de la galera” sino que son parte de un método que venimos utilizando desde hace años (explícito en nuestros materiales) para la fusión con otros grupos o corrientes, que en algunos casos nos ha permitido avanzar (como con el grupo RIO de Alemania o agrupaciones y grupos de compañeros provenientes de otras tradiciones políticas en el país) y en otros no (grupo CRI de Francia), clarificando acuerdos y diferencias. Este método, que consiste en impulsar la convergencia, a partir del debate y la práctica común, sin ultimatismo, con las organizaciones que se reivindiquen marxistas revolucionarias con las que coincidamos en las lecciones revolucionarias centrales de los principales acontecimientos de la lucha de clases y los fenómenos políticos (acuerdos estratégicos) para, sobre esta base sólida, conquistar un programa común acabado, no lo inventamos nosotros sino que lo tomamos de la experiencia que impulsara León Trotsky con el “Bloque de los Cuatro” en 1933, en el camino de fundar la Cuarta Internacional.

En tercer lugar está el problema de los temas que deberíamos abordar en la discusión. Aquí la propuesta de PO no es clara: por un lado, en la carta dicen que ponen a consideración una extensa “tesis programática” de la CRCI del 2004, que plantea posiciones sobre una amplísima gama de temas (dicho sea de paso, es falso que dicho documento “ningún sector de la izquierda, incluidos los más discutidores, quiso nunca discutir”, ya que la corriente de la que somos parte, la FT-CI, les entregó una carta el 23/4/04, que publicamos en LVO 136 de ese año, no sólo para “discutir” sino para unificar las reuniones de ambas corrientes que coincidieron ese año en la misma fecha y lugar –Buenos Aires– en pos de buscar los caminos comunes para avanzar en la Reconstrucción de la IV Internacional; ustedes rechazaron “sin discusión” dicha propuesta unitaria). Por otro lado, en la misma carta que nos enviaron proponen 5 puntos generales (que llamativamente no incluyen un tema en el que insisten “hay que actualizar el programa”: la respuesta marxista revolucionaria al proceso de restauración capitalista en los ex estados obreros deformados y degenerados). ¿Qué proponen? Nosotros, en este terreno, adelantamos que nuestras posiciones están expresadas en el Manifiesto Programático de la Fracción Trotskista por la Cuarta Internacional aprobado en la 3ra. Conferencia de la FT-CI en junio de 2005, que fuimos actualizando desde aquel entonces con los documentos publicados en la revista Estrategia Internacional. Es claro que ambos documentos (el que proponen ustedes y el nuestro) son anteriores a la caída de Lehman Brothers y la apertura de una fase más aguda de la crisis, por lo cual merecen ser actualizados.

Como dijo Altamira en el acto de La Plata, y luego reafirmó el Comité Nacional del PO, queremos una “discusión organizada”. Por esto, agregamos a los planteos que formulamos en la carta anterior, señalados arriba, la propuesta de ponerle fecha ya a un seminario de debate, convocado por las organizaciones que integramos el FIT, sobre la construcción de un partido revolucionario unificado y la reconstrucción de la Cuarta Internacional.

Nosotros creemos que en dicho Seminario (o en el medio más adecuado que ustedes y los compañeros de IS, si aceptan, consideren para el debate) podemos precisar las amplias áreas de acuerdos teórico-políticos y programáticos que ya tenemos, pero también importantes cuestiones, no solo de programa sino también de práctica política, que necesitamos clarificar para que la construcción de un partido revolucionario a nivel internacional y nacional no sea “pan para hoy y hambre para mañana”.

Si como ustedes y nosotros sostenemos nos encontramos ante el desarrollo de una crisis histórica del capitalismo, ser consecuentes con esto implica prepararse para grandes acontecimientos de la lucha de clases, guerras y revoluciones, lo cual implica necesariamente coincidir en que nos tenemos que preparar para situaciones donde las campañas electorales y otras medios de acción “pacíficos” no serán la regla. Desde este punto de vista no es concebible seriamente que la constitución de un verdadero partido revolucionario se pueda dar sin discutir desde los grandes problemas estratégico-programáticos (como, por ejemplo, el papel de los soviets y las milicias obreras en la dictadura del proletariado, los problemas de la insurrección y la guerra civil, etc.) hasta el método concreto para avanzar en la reconstrucción/refundación de la IV Internacional, pasando por las diferencias que tengamos en importantes cuestiones políticas (como la organización de los movimientos de desocupados, o la posición frente a las huelgas policiales), en las alianzas (sobre todo en el movimiento estudiantil) y en la práctica política, entre otros.

Más aún, en lo que respecta a Izquierda Socialista hay importantes discusiones por delante para avanzar en la perspectiva de una unificación, no solo nuestras diferentes posiciones programáticas frente a los procesos de Libia y Siria, sino más en general la teoría/programa de la “revolución democrática”, la política que sostienen para países como Venezuela o Brasil que para nosotros está reñida con la independencia de clase por la que luchamos, etc.

Frente a la crisis capitalista actual y los enfrentamientos que nos pone por delante a los revolucionarios, no podemos proponernos fundar un partido común que no cuente con este tipo de definiciones, pues sería incapaz de estar a la altura de las circunstancias históricas actuales.

Por último, consideramos que el seminario que estamos proponiendo debe tener mecanismos para la participación lo más amplia posible en sus debates de los trabajadores y los jóvenes que apostamos a interesar en los grandes problemas estratégicos de la revolución proletaria, mientras desarrollamos la mayor intervención común posible en la lucha de clases y los nuevos instrumentos del FIT, como planteamos al comienzo. Esta apertura en la discusión podría entusiasmar a miles de jóvenes y trabajadores que votaron al FIT, pero hoy no se definen por una militancia activa en un partido revolucionario, a dar pasos en ese sentido. Sería “autorreferencial” restringir la actividad en las masas solo a la agitación, aislando la inseparable (si aprendemos de Lenin) e indispensable propaganda para forjar nuevas camadas de obreros y estudiantes militantes, restringida a las “fronteras” de cada partido. Por esto proponemos y apostamos al debate abierto, que mostrará si somos capaces de crear las condiciones para un gran congreso de unificación principista y no ultimatista.

Saludos revolucionarios

Comité Ejecutivo del PTS - 14 de marzo de 2012

 

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