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Partido de los Trabajadores Socialistas
    Buenos Aires   |  19 de abril de 2024
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SEMBLANZA
Daniel Bensaïd (1946-2010)
Por: Claudia Cinatti

19 Jan 2010 |

El pasado 12 de enero en París, murió a los 63 años de edad Daniel Bensaïd, dirigente de la Liga Comunista Revolucionaria de Francia (LCR) y del Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional (SUCI), tendencia
dirigida históricamente por Ernest Mandel.

Nuestra corriente ha enviado una nota de condolencia a sus camaradas,
destacando el respeto hacia su actitud militante, aunque sin ocultar
que nos separan profundas diferencias estratégicas y políticas.

Bensaïd inició su militancia política en el movimiento estudiantil en
la década de 1960, fue destacado activista durante el Mayo francés de
1968 y fundador dos años antes de la Juventud Comunista
Revolucionaria, que en 1969 se fusionaría con el Partido Comunista
Internacionalista liderado por Pierre Frank para fundar la Liga
Comunista (luego Liga Comunista Revolucionaria).

Jugó un papel importante tanto en la máxima dirección nacional de la
LCR como en las actividades internacionales del SU (Secretariado Unificado). Como responsable político del trabajo del SU en América Latina, defendió la adaptación de su corriente a la estrategia guerrillera en América Latina, lo que se plasmó en el reconocimiento del PRT-El combatiente, dirigido por Santucho, como sección oficial del SU en Argentina.

Fue uno de los fundadores del grupo Democracia Socialista en Brasil
que se mantuvo como corriente interna del Partido de Trabajadores de
Lula, y luego de gestionar el estado municipal de Porto Alegre por la
vía del presupuesto participativo, terminó integrándose en el gobierno
capitalista de Lula con uno de sus dirigentes, Miguel Rosetto, como
ministro agrario. Esto derivó en la ruptura de la dirigente Heolísa
Helena con la DS y en la fundación del PSOL (Partido Socialismo y
Libertad), un partido amplio con un programa esencialmente
antineoliberal, al que posteriormente Bensaïd y el SU le dieron su
apoyo.

En Europa, junto con la actividad realizada en Francia, jugó un papel
importante en la conformación de su corriente, también llamada LCR,
bajo la España franquista, aunque esta organización prácticamente
desapareció de la escena tras la fusión con el grupo maoísta
Movimiento Comunista, de la que salió muy debilitada.

Además de ser un importante dirigente político, como filósofo marxista
Bensaïd desarrolló una amplia elaboración teórica, plasmada en la
publicación de libros y artículos en los que en pleno auge del
posmodernismo, se propuso un intento de actualización del marxismo
frente a nuevos problemas y cuestionamientos, y en sus últimas obras,
una crítica a las “utopías” políticas –como el autonomismo- surgidas
en los años de la restauración burguesa neoliberal. Sin embargo, lo
sugerente de algunas de sus reflexiones teóricas se combinaron con
concesiones varias en este terreno a los críticos del marxismo y del
trotskismo y, en el plano estratégico, con la fundamentación del
abandono de la “hipótesis estratégica” de la revolución proletaria y
la creación de nuevos partidos amplios “anticapitalistas”,
profundizando la conclusión de que la caída del estalinismo había
cerrado el ciclo abierto por la Revolución de Octubre.

Las consecuencias políticas y estratégicas fueron el abandono
programático por parte de la LCR de la lucha por la dictadura del
proletariado, es decir, de la lucha por la destrucción violenta del
Estado burgués y su reemplazo por un Estado obrero soviético, a favor
de una estrategia de “democracia radical”, centrada en la continuidad
de las instituciones de la democracia burguesa, principalmente el
parlamento y el sufragio universal, que coexistirían con un sistema
de representación soviético.

En los últimos años, Bensaïd fue uno de los impulsores de la formación
de “partidos anticapitalistas amplios” sin delimitación estratégica
entre reforma y revolución ni un contenido de clase determinado, con
el objetivo de construirse no sobre la intervención en la lucha de
clases, sino sobre un espacio electoral a la izquierda del reformismo
clásico, en crisis. Esta política llevó a la disolución de la LCR y a
la fundación del NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) en Francia, que
como explicó su dirigente más conocido Olivier Besancenot, implica
diluir la referencia al trotskismo y a la revolución proletaria.

Nuestra corriente ha polemizado en distintos artículos de la revista
Estrategia Internacional y de la revista Lucha de Clases con las
elaboraciones de Bensaïd y otros dirigentes del SU que han servido de
fundamento a este giro oportunista de la LCR.

A pesar de estas discrepancias fundamentales, es importantes señalar
que a diferencia de otros ex izquierdistas de su generación que
terminaron defendiendo abiertamente el orden burgués, Bensaïd mantuvo
su militancia y la reivindicación del marxismo hasta su muerte. La
lectura crítica de su obra seguirá siendo un aporte para aquellos que
mantenemos el objetivo estratégico de recrear el marxismo
revolucionario.

 

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