En momentos en que la enorme lucha de Terrabusi ha impactado en todo el país, y los trabajadores del subte nos encontramos en plena pelea por el reconocimiento de nuestro sindicato, la convocatoria de los compañeros ceramistas de Neuquén es muy oportuna. Porque es necesario comenzar a debatir el camino que debemos adoptar las nuevas organizaciones del movimiento obrero en la etapa que abrió la lucha de Kraft.

En mi opinión, tenemos un doble desafío. Por una parte, debemos trabajar incansablemente por un reagrupamiento lo más amplio posible que busque contener a todas las organizaciones antiburocráticas, comisiones internas y cuerpo de delegados de base. Ni la CGT ni la CTA van a ayudar a que se desarrolle este nuevo proceso obrero, sino, como lo demostraron, lo van a enfrentar o desconocer. Un ámbito de coordinación que nuclee a las organizaciones de base del Subte, de Terrabusi y las grandes fábricas de la alimentación en manos de la oposición a Daer como Stani, Pepsico, Arcor de Salto, de las industrias gráficas, de los ferroviarios de Haedo y la oposición de Roca a Pedraza, de los estatales como las juntas internas de ATE-INDEC y el Garrahan, de las seccionales docentes que quedaron en manos de la oposición como el Suteba La Plata, entre tantas otras. El frente único de las organizaciones recuperadas de manos de la burocracia es imprescindible para una defensa común de los ataques de las empresas y la burocracia sindical sostenida por el gobierno y su Ministerio de Trabajo.

En segundo lugar, los compañeros de Zanon nos proponen lanzar una corriente que actúe en todos los sindicatos, tanto de la CGT como de la CTA, con un programa para que la clase trabajadora levante la mirada mas allá de la lucha sindical y defienda su independencia de clase en el terreno político. No hay clasismo posible que se limite al lugar de trabajo o al gremio, y después vaya detrás de intereses ajenos a los trabajadores, ya sea apoyando a la Mesa de Enlace de las patronales del campo, o mediante la conciliación con el gobierno de los Kirchner, como hacen las direcciones de los sindicatos de la CGT y la CTA. La propuesta ceramista de una corriente con la más absoluta independencia de todas las fracciones capitalistas, es lo que nos va a permitir afrontar las duras y grandes luchas obreras que asoman con Terrabusi y que se van a multiplicar.

Por último, los compañeros de Zanon, así como fueron la avanzada en la ocupación de fábrica y la gestión obrera, plantean ahora abrir el debate sobre la construcción de un movimiento por una herramienta política de los trabajadores, un partido de la clase obrera basado en sus propias organizaciones de lucha.

Esperemos que esta primera reunión convocada por Zanon este 17 de octubre en el Hotel Bauen sirva para dar los primeros pasos en estos desafíos que tenemos planteados.