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Partido de los Trabajadores Socialistas
    Buenos Aires   |  29 de marzo de 2024
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CÓRDOBA-METALMECÁNICOS
El PO critica la lucha del movimiento obrero (desde la platea)
Por: PTS Córdoba

24 Dec 2008 | El Partido Obrero de Córdoba pública en el último número de su prensa (PO N°1068) una crítica a nuestra política durante el conflicto metalmecánico.

El eje de su crítica es que “el PTS se adapta a la burocracia”, y esto porque afirmamos que la reincorporación de los contratados de Gestamp, en calidad de suspendidos, fue un “importante paso”.

El Partido Obrero no tiene ninguna influencia en la lucha de los metalmecánicos de Córdoba, por lo tanto sus dichos no tienen consecuencia alguna en el desarrollo de los acontecimientos y es evidente que no tienen idea de lo que pasa dentro de las fábricas, excepto por lo que (des)informan los diarios. Esto es determinante a la hora de analizar su (des)ubicación, desde el comienzo del conflicto, en este sector clave de la clase obrera de nuestra provincia. Estuvo tan perdido en este proceso que el día en que se hizo el piquete más contundente en las puertas de Gestamp, cortando toda la ruta y las entradas, del Partido Obrero sólo participaron dos militantes porque los demás estaban haciendo “un acto del PO” en el mismo momento, con una docena de personas en las puertas de Volkswagen “contra las suspensiones y despidos”. Esto habla por sí sólo de la confusión del PO en esta lucha y de su política de aparato que no los conduce a ningún lado.

Partiendo de esta constatación, polemizamos con la ignorancia del PO sobre el significado profundo de la lucha de los metalmecánicos en general y los de Gestamp en particular. Y aprovechamos para responder a todo lo que han escrito, donde sobran los errores, las inexactitudes y no faltan unos cuantos disparates.

Como bien reconoce el PO en su prensa del 11/12/08 (PO n° 1067) la línea de la burocracia con respecto al despido de contratados o “eventuales” era dejarlos pasar sin mover un dedo, argumentando junto a la patronal, que los despedidos eran “eventuales” a quienes se les “caía el contrato”, por lo tanto no había despidos. Así ocurrió en Renault donde echaron a más de 300 compañeros y la burocracia no hizo absolutamente nada. ¿Por qué en Gestamp, luego en Iveco y finalmente en VW no fue así y hubo resistencia?

Justamente, un sector de los despedidos de Gestamp se plantó contra los despidos, no sólo contra la patronal, el gobierno y el aparato del SMATA, sino hasta contra los propios delegados que le dieron la espalda. Los compañeros de la agrupación 29 de Mayo (de la que participamos) y nuestro partido nos jugamos con todo en esta lucha (mientras el PO hacía actos “folklóricos” consigo mismo). Este valiente grupo de trabajadores estaba despedido y con la propuesta de que “firmen su propia renuncia” como era “natural” entre contratados y eventuales en todo el país. Sin embargo, se mantuvieron firmes, realizaron piquetes durante una semana, bloquearon las entradas y se ganaron la simpatía en primer lugar de los efectivos (aunque estos no tomaron medidas de apoyo) y también de la población a través de los medios de comunicación. Detrás de ellos vinieron los de Iveco y VW.

Hoy están suspendidos con un 60% del salario por el acuerdo que firmó SMATA, por supuesto sin llamar a asamblea para consultar a la base. Cualquiera que no tenga la cabeza embotada por el faccionalismo, considera esto como un paso adelante, aunque no sea el objetivo último de los trabajadores de Gestamp, que es volver a trabajar y repartir las horas de trabajo sin reducción salarial. Pero el PO hace un balance particular de los trabajadores que comenzaron a cambiar la historia con su lucha por los contratados, a quienes ahora se empieza a considerar trabajadores tan iguales como los otros, que impusieron que el SMATA baje a discutir su reincorporación, que pasaron de una situación de despido directo, a la de suspendidos y que comenzaron a forjar la unidad de contratados y efectivos, incluso entre distintas fábricas; el PO les dice que todo eso no es nada y que “la suspensión es el primer paso al despido”. Si el PO no participó de la lucha, podía desconocer todos estos hechos, pero también podía enterarse leyendo La Verdad Obrera, ya que todas las semanas informamos el conflicto en las voces de sus protagonistas.

Pero el PO demuestra no tener idea no sólo de la lucha de Gestamp, sino mucho menos, de la de Iveco y VW.

Aquí también los delegados combativos y los compañeros de la agrupación 29 de Mayo dieron duras peleas: en VW para que se vote en la asamblea general la movilización unitaria que finalmente se impuso el lunes 1°/12 en la histórica marcha que unió a las tres fábricas (cuando el PO hace la crónica de esta asamblea de VW yerra hasta en el día en que se realizó!!, afirma que fue el viernes en la fábrica, mientras fue el sábado en la sede de SMATA, ni siquiera como “periodistas” se preocupan por “chequear las fuentes”). En Iveco se batalló duramente, junto a la base combativa, para que se movilicen efectivamente los trabajadores, fueron los delegados combativos quienes organizaron la primera caravana de cerca de 500 compañeros (el PO “informa” que hubo 200!!) que terminó uniéndose a los compañeros de VW y Gestamp en las puertas del Ministerio. Aquí hubo una pelea para que aquella se realice y para llegar rápido al Ministerio, ya que la burocracia maniobraba para demorar todo y que no se produzca el histórico encuentro.

También organizaron las dos caravanas siguientes, así como el “aguante” a los compañeros de Gestamp, en otro hecho inédito en los últimos años en Córdoba (y en el país): compañeros efectivos de una fábrica que se movilizan en defensa de contratados de otra.

La dirección de SMATA, no sólo no hizo nada en estas acciones, sino que incluso las boicoteó en común con la empresa, que convocaba a trabajar a los más activistas, llamaba a cobrar a esa misma hora a todo el mundo y hasta maniobró con la entrega de los “bolsones de fin de año” para boicotear las asambleas, jugando al extremo con las necesidades de los trabajadores, que este año tienen un salario reducido por suspensiones.

Este breve relato de los hechos, que el PO simplemente ignora, demuestra por sí mismo los combates centrales que dimos entre los metalmecánicos en el camino de forjar una alternativa combativa y militante a la actual conducción entreguista.

Finalmente el PO miente cuando afirma que “el PTS no luchó por el reparto de las horas trabajo al 100%”, esto está planteado en todos los materiales no sólo del PTS, sino de la Agrupación 29 de Mayo y hasta en el mismo reportaje que el PO cita para criticarnos (ver LVO 307)

Ahora, esta pelea estratégica por el reparto de las horas de trabajo, no nos impide ver los avances reales que van logrando los trabajadores, no sólo contra la patronal y el gobierno, sino también y centralmente contra la burocracia sindical. Para lograr ese objetivo, así como para prepararse para los duros ataques que se van a venir, producto de la crisis mundial que van a querer descargar sobre los trabajadores, hay que sacar a esta burocracia y construir una alternativa clasista que parta de saber discernir cuándo se dan avances de los trabajadores y cuándo hay retrocesos o derrotas; es el ABC de la política en el movimiento obrero. En eso están los mecánicos del PTS y la Agrupación 29 de Mayo.

La lucha es una derrota, el proyecto de ley y las firmas ¿“un importante paso”?

El PO que actúa de “asesor” de Liliana Olivero (IS) en la Legislatura, lanzó una campaña de firmas para el proyecto de ley de la diputada que plantea “prohibir las suspensiones y despidos”. Dan cifras y porcentajes de los que ya firmaron. Pero la realidad es que el proyecto, que puede ser una herramienta válida, no se discutió con los principales afectados por las suspensiones y despidos, los trabajadores metalmecánicos que ya estaban luchando contra ellos. El PO minimiza la lucha de los trabajadores, en las que no tienen ninguna influencia, y sobrevalora un proyecto de la legisladora a la que asesoran, afirmando que gracias a esta “presión”, Augusto Varas de la UOM presentó uno similar. Y afirman que el objetivo de este mes es llegar a las 10.000 firmas.

Es decir no utilizaron la “tribuna parlamentaria” de Olivero para organizar un movimiento que empiece por los principales afectados. De esta manera, la campaña se reduce a un planteo superestructural (y electoralista). ¿O acaso creen el PO y Olivero que un proyecto de este tipo puede imponerse a las empresas que dirigen la provincia, sin la movilización activa de la clase trabajadora? La política del PO se “adapta” al parlamentarismo burgués creyendo que con muchas firmas logrará que la legislatura vote un proyecto contra sus verdaderos patrones: los grandes empresarios.

¿Triunfo o derrota?

Pero el PO está más perdido aún de lo que se desprende de todo lo anterior. El mismo día que afirman algo en su prensa, dicen todo lo contrario en el volante que repartieron en la movilización de IVECO (todo un récord en las historia de las contradicciones!!). A las pruebas nos remitimos:

En PO n° 1068 se afirma: "Que los suspendidos sean contratados no cambia el carácter del golpe anti-obrero. La suspensión de más de 600 trabajadores, con salarios del 75% de la canasta alimentaria no puede ser caracterizado como un triunfo, salvo para quienes no quieren luchar contra los despidos sino arreglar con las patronales". (El resaltado es nuestro)

Y en el volante que repartieron en la puerta del Ministerio, el mismo día (si leyó bien, el mismo día!), dicen: "Los trabajadores de Iveco tienen razón: Que paguen el 75%." (es decir que las suspensiones se paguen al 75% NdR) Donde la frase “Que paguen el 75%” es título en grande. ¿Qué pasó, el autor de la nota no se comunicó con el autor del volante? ¿O el PO en su afán faccionalista, hacia un conflicto en el que no tienen nada que ver, dice una cosa en la prensa y otra en los volantes que reparten entre los obreros? ¿El PO les dice a los obreros que luchen por algo que, si logran, no puede ser calificado de un paso adelante o un triunfo? Es decir, les dicen que luchen ¿por una derrota?

La realidad es que tienen una desorientación sorprendente. Aunque quizá no tan sorprendente para una corriente a la cual no se le conoce en los últimos años, participación alguna en conflicto obrero serio o mínimamente significativo en Córdoba.

Obviamente, si los trabajadores de Iveco logran el 75% para los contratados, será un “paso importante” para mantener la unidad que lograron hasta ahora y prepararse para el ataque que se viene. Justamente por eso, el SMATA no quiere firmar un acuerdo de ese tipo, así como tampoco puede firmar lo mismo que en Gestamp, porque la base encabezada por los delegados combativos los saca a las patadas. Por eso, pateó la cuestión para más adelante y la conciliación sigue hasta el 14 de enero. En Gestamp, las condiciones eran completamente distintas, con la fábrica dividida por la acción de la burocracia y con los delegados actuando a favor de la patronal y metiendo miedo y donde existía un decidido (pero aislado) núcleo de trabajadores que la peleó desde afuera. En el camino de la lucha por su reincorporación, por la unidad de la fábrica, entre contratados y efectivos y por la unidad de todas las fábricas, lo que lograron es un gran paso. Ni más, ni menos.

Pero el principal error del PO es que “entiende” el conflicto en clave absolutamente sindicalista. El razonamiento del PO es más o menos así: “en Gestamp, el 60% es una derrota; en Iveco, el 75% es un triunfo”. Esto, más allá de las condiciones en que la vanguardia obrera da sus peleas que, como entiende cualquier simple observador, son completamente distintas en Gestamp que en Iveco. Vistos “en sí mismos”, en los conflictos por fábrica - que es como quiere verlos la burocracia - hubo rebaja salarial y suspensiones en todas y se evitaron despidos contra los intereses burocrático-patronales.

Lo central es que lo que se logró fue a pesar y contra la dirección actual y sobre todo, se mantiene la unidad dentro de las fábricas y con tendencias a la unidad entre las distintas fábricas a partir de la defensa de los contratados contra las divisiones de la burocracia. Esto es un cambio histórico contra el “sentido común” impuesto por las patronales y la burocracia en relación a los contratados. Hay que mantener y convertir en organización la unidad que tuvo su máxima expresión aquel lunes 1° de diciembre. Y con mayor razón aún ante el inevitable agravamiento de la crisis mundial y sus repercusiones en la rama automotriz en todo el mundo, ya que estarán planteadas luchas superiores del proletariado en general y del cordobés en particular. A eso apostamos.

Aunque para la cabeza del centrista que sólo razona en términos de “sumas y restas”, esta lección central sea difícil de entender. Igualmente, lo importante es que se está haciendo carne en muchos obreros, que les pueden dar cátedra de lucha a algunos que se hacen llamar dirigentes marxistas.

La estrecha comprensión sindicalista, deriva en una caracterización derrotista, ya que no les reconoce a los trabajadores los pasos que van dando en su lucha, que deben ser puntos de apoyo para avanzar[1]. Y esto determina la práctica pasiva del PO ante el conflicto. Esto lo expresó claramente un militante del PO en la reunión de preparación de la marcha del 19 de diciembre, frente a todos los representantes de las organizaciones de izquierda, mientras nosotros batallamos para que hablen los compañeros de Gestamp (así como otros representantes de luchas), afirmó: “lo que uds. pretenden es que hable un desocupado del PTS”, porque nuestro partido tiene dirigentes entre los jóvenes obreros, que estaban entre los posibles oradores. El PO ya “decretó” la derrota del conflicto y condenó a los compañeros en lucha de Gestamp con el rótulo de “desocupados”, eso es exactamente lo que más quiere la burocracia, especialmente con este grupo de jóvenes obreros que se animó a darle pelea y a denunciarla públicamente por no defender a sus bases.

En esto coincide la “caracterización” de los derrotistas y los intereses de la burocracia. Entonces ¿quién se adapta a quién?

Sacar las lecciones de estas primeras luchas, en el marco de los ataques más duros que se vienen, es una forma de prepararse para enfrentarlos y estamos lejos de pensar que el panorama es fácil, justamente por eso hay que hacer un análisis objetivo, es decir marxista, de la relación de fuerzas actual. Al PO le convendría sacarse la anteojera sectaria, dejar de poner por delante los intereses de su pequeño aparato (tarea en la que tampoco le va muy bien) y analizar seriamente la situación del movimiento obrero, empezando por conocer lo que verdaderamente pasa, si logra hacer esto tiene alguna posibilidad de no quedar - aún más- por fuera de los combates centrales de los que seguramente será protagonista la clase obrera de Córdoba en el próximo período.


 

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