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Partido de los Trabajadores Socialistas
    Buenos Aires   |  15 de abril de 2024
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Historia y significado de las “Tesis de Pulacayo”
30 Oct 2008 |

El gobierno de Villarroel había comenzado a hacer acuerdos cada vez más frecuentes con la Rosca y el imperialismo. Su colgamiento -el 21 de julio de 1946-, después de una insurrección popular, marcó el comienzo de lo que se conocerá como el “sexenio” de la Rosca. La movilización fue canalizada por la oligarquía, que se hizo nuevamente del poder, acompañada por el PIR (los estalinistas serán ministros en los gobiernos rosqueros). Se abrirá desde entonces un período de aguda lucha de clases, que culminará con la revolución del 52.

Los mineros comprenden que el regreso de “la rosca” al poder significaba la destrucción de las organizaciones obreras. Decididos a enfrentarla, buscan aliarse al movimiento estudiantil. El 29 de julio, se creaba el Pacto Minero-Universitario en Oruro, que consistía en que los intelectuales de la Federación Universitaria defenderían a los trabajadores. “Había que defender lo conquistado y decir al gobierno rosquero que los mineros lucharían sin descanso contra él. Los trabajadores lucían guardatajo y cartuchos de dinamita en los cinturones.”1

El hecho tiene significativa importancia porque de este modo la vanguardia obrera lograba arrastrar tras de sí a un sector la pequeño burguesía, cuya dirección había sido el Partido de Izquierda Revolucionaria (PIR), fervientemente defensor del gobierno surgido de la contrarrevolución.

Juan Lechín Oquendo, dirigía la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB). Presionado por la base combativa – y muy a su pesar – se vio obligado a convocar, en noviembre de 1946, un congreso extraordinario donde se discutiría un programa de acción para enfrentar al gobierno.

El mitín se realizó en el departamento de Potosí, en la localidad de Pulacayo. Más precisamente en la bocamina del socavón San León a la impresionante altura de 4.620 mts. sobre el nivel del mar. “En ese incomparable escenario fue lanzado el mensaje boliviano de mayor trascendencia revolucionaria.”2

El programa aprobado en este histórico congreso, pasaría a conocerse como las Tesis de Pulacayo.

Las mismas fueron presentadas por un joven universitario y militante trotskista del POR, llamado Guillermo Lora.

Como miembro de la delegación minera de Siglo XX-Llalagua, Lora fue el encargado de explicar, ante un atento auditorio, los fundamentos políticos e ideológicos de las tesis. Al finalizar su alocución, los mineros irrumpieron en un aplauso aprobando y haciendo suyas estas ideas revolucionarias. Las Tesis fueron un avanzado programa de acción, tendiente a la independencia de clase. Entre algunos de sus puntos sustanciales figuran el salario básico, vital y móvil; semana de 40 horas y escala móvil de salarios; bolsa pro huelga; ocupación de minas; contrato colectivo; independencia sindical; control obrero de las minas y armamento de los trabajadores. El programa era un claro cuestionamiento a la propiedad privada de los capitalistas.

Espantados por lo sucedido, Patiño y los barones del estaño publicaron las Tesis en los principales diarios del país para presionar al gobierno a actuar. Sin embargo, los capitalistas lograron hacer lo que no podían los mineros: propagar con la rapidez de un rayo el programa que los trotskistas bolivianos habían contribuido a crear.

El límite estratégico de las Tesis

Al definir el tipo de revolución que debe realizarse, las Tesis de Pulacayo sostienen que “Mienten aquellos que nos señalan como propugnadores de una inmediata revolución socialista en Bolivia, bien sabemos que para ello no existen condiciones objetivas. Dejamos claramente sentado que la revolución será democrático burguesa por sus objetivos y únicamente un episodio de la revolución proletaria por la clase social que la acaudillará (...) los trabajadores una vez en el poder no podrán detenerse indefinidamente en los límites democráticos burgueses y se verán obligados, cada día en mayor medida, a dar cortes siempre más profundos en el régimen de la propiedad privada...”3

Al respecto, en las tesis fundacionales4 de nuestra organización hermana en Bolivia, la LOR-CI, se critica esta formulación de la mecánica de la teoría de la revolución permanente señalando: “Compárese esto (se refiere a la cita anterior) con la formulación original sobre el trastocamiento de la revolución democrática en socialista tal como la formula Trotsky (...): ‘La dictadura del proletariado, que sube al poder en calidad de caudillo de la revolución democrática, se encuentra inevitable y repentinamente, al triunfar, ante objetivos relacionados con profundas transformaciones del derecho de propiedad burguesa. La revolución democrática se transforma directamente en socialista convirtiéndose con ello en permanente’. Podrá notarse cómo en las Tesis (...) (de Pulacayo NdeR) se confunde que en un país atrasado como Bolivia la revolución combine desde el inicio tareas democráticas y socialistas con la posibilidad de una revolución proletaria no socialista. Sobre esta concepción, (...) el POR sostendrá posteriormente posiciones semi-etapistas sobre el carácter de la revolución boliviana”.

Efectivamente, el error teórico del POR acarrearía graves consecuencias prácticas. Cuando el 9 de abril de 1952 la situación se volvía abiertamente revolucionaria, el POR terminaba adaptándose a la política de la naciente Central Obrera Boliviana (COB) - que en manos de Lechín, perseguía el objetivo de contener la radicalización obrera - y le otorga apoyo crítico al Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), partido nacionalista burgués que terminaría desviando la revolución para derrotarla definitivamente años más tarde.

 

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