El viernes 10 a la noche la vereda del local del PTS de Pacheco rebosaba de bolsos, mochilas, termos y sobre todo ansiedad de los 54 compañeros que esperábamos el micro para iniciar el viaje a Zanon, allá lejos, en Neuquen para apoyar la gesta obrera que cumplió 7 años. Se atrasó la salida porque un piquete de chóferes de la 203 y 365 cortaron un par de horas la Panamericana. Demorados pero contentos, partimos.
La idea había surgido tiempo atrás de un militante del PTS, delegado de la zona norte. “Vayamos a Zanon, a llevar el apoyo y a aprender”. Y ese fue el espíritu del viaje. La mayoría del micro eran delegados y activistas de fábricas de la zona norte del Gran Buenos Aires, éramos minoría los militantes del PTS, y sólo unos pocos conocían Zanon. Obreros de las grandes fábricas de la alimentación, gráficos de Donneley (ex Atlántida), metalúrgicos de Emfer, Tatsa, CAT, Siderar, mecánicos de terminales automotrices y autopartistas, una delegación de la Agrupación Universitaria Avanzada, que está en un comité de enlace con el PTS, entre otros. El más veterano era Calu, delegado de Emfer y el más joven, Ezequiel, de 14 años, secundario, hijo de un gráfico. Pudimos también compartir con dirigentes despedidos de Pirelli y Mafissa sus experiencias de los duros conflictos.

De movida se armaron charlas en los pasillos, y al rato vimos la película No Retornable, una de las tantas producciones independientes sobre la heroica lucha ceramista. Siguieron los comentarios, las preguntas, el intercambio de ideas: sobre la realidad mundial con la crisis financiera en curso, hasta la cotidianeidad de cada laburo. Hasta que el cansancio ganó. La mateada mañanera sólo comenzó cuando cruzamos el largo desierto pampeano y pudimos reabastecer los termos. A esta altura la confraternización era notable.

“Viva la lucha de Zanon, que viva el control obrero”

Cantando, bajamos del micro. Era mediodía del sábado cuando llegamos a Zanon. Nos esperaba una delegación de dirigentes ceramistas encabezados por Alejandro López, secretario general del SOECN y Raúl Godoy, secretario adjunto. Los celulares y cámaras de fotos querían captar todo, hasta los pequeños detalles. Realizamos una recorrida completa con Alejandro López de guía, viendo los distintos pasos en la fabricación de los cerámicos (pisos y revestimientos) a la vez que en cada sector sus trabajadores ampliaban la explicación. Hay varias líneas a plena producción. Zanon, hoy Fa.sin.pat, es enorme. Son 7 manzanas cubiertas.

El asombro de los que no la conocían y la admiración de todos por ver como funciona una fábrica manejada por sus propios trabajadores, sin patrones. Sin jefes, sin capataces, sin alcahuetes. Pudiendo fumar y tomar mate, y sobre todo hablar entre ellos. Libres en su lugar de trabajo. Aunque afuera tengan que competir en el mercado capitalista, sin subsidios, sin prestamos ni créditos. Mostrando en concreto que los trabajadores podemos poner a producir las fábricas sin necesidad de patrones. Como dice Celia Martínez de Brukman “si los trabajadores podemos dirigir una fábrica, podemos dirigir el país”.

Uno de los delegados contaba que antes de venir, hablando con un amigo, este le decía: “¿una fábrica sin patrones? ¿y eso funciona? No creo. Andá y fijate, porque para mi hay algún curro, en algún lado debe estar la trampa”. Y riéndose afirmaba : “Ahora le voy a contar que no hay nada raro. Que los trabajadores de Zanon lo hicieron posible. Es impresionante”.

Después de la recorrida por atomizadores, molinos, prensas, esmaltado y hornos se improvisó una asamblea con los trabajadores a la salida. Ahí leímos una carta que preparamos en el viaje donde decimos que apoyábamos la gestión obrera y la expropiación de Zanon ante las maniobras y ataques del gobierno, la patronal y la justicia. Este fue el primer objetivo del viaje.

La otra gran motivación era conocer en vivo esa extraordinaria experiencia que trasciende la gesta de poner a producir una fábrica de esas dimensiones y que logró aumentar casi al doble sus trabajadores. Zanon es un ejemplo de lucha y organización. Aunque debieron organizarse como cooperativa Fasinpat, no adoptaron los “métodos de trabajo” cooperativistas, o sea burgueses, sino que se mantienen independientes del estado y de sus instituciones. Todos ganan lo mismo. La decisión no recae en un consejo de administración sino que sigue siendo la asamblea de fábrica, hay además elección democrática y revocabilidad de los coordinadores de producción, y también de los dirigentes sindicales. El SOECN es un ejemplo de sindicato clasista, el único de la industria a nivel nacional y que posee un estatuto acorde a esa definición. Zanon es un ejemplo de trascendencia nacional e internacional. Ante la crisis mundial del capitalismo y la catástrofe que nos amenaza el ejemplo vivo de Zanon, que supo enfrentar el colapso argentino del 2001, muestra un camino alternativo, de insubordinarse ante los despidos y cierres que se van a producir. Conocer a fondo esto fue el segundo objetivo del viaje.

Y por último el rol que cumplió el PTS en toda esta gesta que lleva mas de 10 años, si contamos desde que fue recuperada la Comisión Interna allá por 1998. Raúl Godoy y otros dirigentes del PTS explicaron la importancia que le dio el partido volcando recursos humanos y logísticos para el éxito de esta lucha enorme. Ya han pasado 7 años desde que los obreros de Zanon ocuparon la planta. El PTS desde el comienzo es parte de la conducción de este proceso. Luchando sin sectarismos, convenciendo y nunca imponiendo, defendiendo sus ideas y convicciones con firmeza pero sin ultimátums. Estamos orgullosos del papel que nos tocó jugar. Esa historia de la que somos y nos sentimos parte es la que también pudimos mostrarle a los dirigentes y activistas obreros con los que compartimos el viaje. El domingo al mediodía en un “asado de trabajo” que realizamos en la sede del SOECN pudimos debatir sobre este aspecto y la actitud ante la crisis actual. Charlamos de la importancia de desarrollar agrupaciones obreras clasistas en los establecimientos y gremios donde estamos, y también del partido revolucionario que precisa la clase obrera, y que esa necesidad es urgente, para hoy, y por eso el PTS se plantea como principal tarea luchar por construir ese gran partido marxista que pelee por la revolución obrera y socialista en Argentina y el mundo. Porque la solución no puede ser hacer 2, 3 o muchos Zanon, sino arrancarle el poder a la burguesía.

El regreso fue en un clima de camaradería. Como concluyó Leonardo Norniella, delegado de Pepsico, sobre la actividad: “Mejor imposible”. El Turco, uno de los organizadores asentía y por fin podía relajarse.