El decreto que creó el régimen de doble indemnización establece que cuando el Indice de desocupación baje del 10% caduca el derecho a cobrar un 50% más por despido. Para las patronales esta restricción mínima, otorgada por el gobierno de Duhalde en plena crisis de 2002, ya terminó porque el último dato disponible fue del 9,8%. Parece que se olvidaron que contando a las personas con planes sociales, la cifra alcanza el 11,1%. El Ministerio de Trabajo todavía no se pronunció sobre si tener en cuenta uno u otro dato. Pero está claro para qué lado viene la mano.

En su reciente viaje a México Kirchner declaró que “daría por concluido en el corto plazo” el régimen de doble indemnización (Revista Fortuna, 10/8/2007). Unos días después en el Consejo de las Américas Cristina Kirchner anunció ante los empresarios que los próximos datos del desempleo serían del 8,2% y del 8,7%. ¡Qué seguridad la de la candidata cuando todavía no se conocen los datos y los trabajadores del INDEC están hace más de un mes de paro! Obviamente es un guiño para los sectores más concentrados de la patronal norteamericana que persiguen “seguridad jurídica” para hacer grandes negocios. Para aclarar, el Jefe de Gabinete Alberto Fernández se encargó de decir al final de la reunión que “hasta ahora hemos gobernado en la emergencia, pero ahora vamos a gobernar con las reglas de la normalidad” (Clarín, 8/8/2007).

La “normalidad” de Fernández corre por una vereda distinta al de los sectores más postergados. Para estos políticos patronales de las coimas es “normal” que un millón setecientos mil personas (contabilizando los que cobran los planes) no tengan siquiera el “derecho” a ser explotados mientras un millón cuatrocientos mil pueden serlo sólo en forma parcial (datos últimos referidos a desocupación y subocupación de la Encuesta Permanente de Hogares que realiza el INDEC).

Actualmente la patronal cuenta con plena libertad para despedir a los que entraron a trabajar a partir de enero de 2004. Para ellos la doble fue eliminada a fines de 2002. Cuando se elimine la doble indemnización podrá despedir a su voluntad y de forma más barata. El Ministro de Trabajo, Carlos Tomada ya tendría la solución de cómo hacerlo: bastaría con que los empresarios le avisen su decisión de realizar el despido.

Mientras esperan este regalo los empresarios no pierden el tiempo y si quieren despedir ahora se la rebuscan de distintas formas. Algunos negocian con el trabajador para pagarle menos que la doble, mientras el asesor de la UIA Daniel Funes de Rioja, propone pagar indemnizaciones simples, y que en todo caso si hay reclamos que se apilen en los tribunales. Mientras, los empresarios levantan ganancias aún mayores al periodo de la convertibilidad.

La caída de las bolsas mundiales anuncia muy probablemente el fin de ciclo de crecimiento económico internacional. Si en nuestro país durante cuatro años de crecimiento económico, sólo una pequeña parte de la clase trabajadora pudimos recuperar lo arrebatado por la devaluación, y ante las primeras manifestaciones de la crisis energética, los patrones ya apelan a las suspensiones e incluso a despidos, imaginémonos cuál puede ser nuestra perspectiva cuando las consecuencias de una probable crisis internacional comiencen a hacerse sentir en la Argentina. La eliminación de la doble indemnización no es más que un pequeño adelanto del futuro que preparan el gobierno de los Kirchner y la patronal. Lo “normal” en el capitalismo es que mientras los negocios van bien, los beneficios se privaticen y cuando van mal se socializan las pérdidas. Por eso tenemos que prepararnos desde ahora para una a lucha de clases más dura y para enfrentar los ataques.