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Partido de los Trabajadores Socialistas
Buenos Aires   |  27 de marzo de 2024
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Lenin y la historia del Partido Bolchevique - Primera Conferencia (parte III)
El populismo ruso y el marxismo
01 Jun 2006 | Esta es la tercera entrega de la serie dedicada a la Historia del Partido Bolchevique. Durante el pasado mes de febrero, con una concurrencia de más de quinientos trabajadores y jóvenes estudiantes, se desarrolló el ciclo de cinco conferencias “Lenin y la historia del Partido Bolchevique”, dictadas por Emilio Albamonte y Christian Castillo. En el (...)

Ahora desarrollaremos lo que consideramos un tema central: la polémica entre populistas y marxistas. Los narodniki1 negaban que el proletariado pudiera jugar un rol importante en la próxima revolución rusa. Los populistas –que, en su mayoría, eran estudiantes- acudían al llamado de Herzen, Chernichevski y otros grandes líderes liberales de la burguesía, que proponían ir al campo. Y cientos de jóvenes de clase media se dirigen hacia allí, anhelando despertar la pasión revolucionaria en los campesinos, que los ven con malos ojos; igual que la policía zarista que pronto descubre a los agitadores, debajo de las falsas ropas de pueblerinos pobres.
El populismo no era un movimiento uniforme; se caracterizaba por su gran diversidad que incluía desde un sector definido claramente como anarquista, hasta un sector liberal burgués. Sin embargo, si se observa bien, se advierte que no se trata de dos posiciones tan contrapuestas, porque a los anarquistas bien podría denominárselos “demócratas revolucionarios”: no creían en el socialismo, sino más bien en la Revolución Francesa que encarnaba los ideales de la fraternidad, la igualdad y la libertad. Su teoría se inclinaba por el modelo de una revolución burguesa; claro que no para construir un nuevo estado centralizado como había sido el estado francés, sino un sistema de comunas asociadas. Lo más exacto es decir que se trataba de demócratas pequeñoburgueses. 
Si el populismo de 1870 tuvo un papel muy revolucionario, porque despertó a los campesinos –e incluso a gran parte de la clase obrera- a la vida política; en cambio, el populismo de 1880 formó una corriente que puede ser denominada, con toda justicia, como burguesa liberal. Es decir, hay dos populismos que son totalmente distintos: uno es progresivo; aunque lo caractericemos como demócrata pequeñoburgués, tiene el objetivo de liberar al campesinado, emanciparse de la autocracia. Los narodniki de los ’70 crearon un gran número de organizaciones que entraron al movimiento revolucionario y representaron grandes conquistas para las masas, como Zemlia i Volia (Tierra y Libertad) y Narodnaia Volia (Libertad del Pueblo). Entre estos primeros narodniki hubo importantes figuras que mostraron un gran heroísmo, y aunque no fueron proletarios revolucionarios, fueron grandes demócratas revolucionarios.
La segunda generación de narodniki, por el contrario, jugó un rol directamente reaccionario: buscó componendas con los liberales burgueses y en su seno se encuentran quienes serán los que, más tarde, darán origen al KDT, un partido demócrata constitucional.
Entonces, entre los populistas, había anarquistas que estaban en contra de la lucha política, pero eran revolucionarios que querían voltear a la autocracia. Mientras el otro sector estaba constituido por oportunistas liberales. Sin embargo, cabe aclarar que el ala revolucionaria nunca fue proletaria ni comunista, porque no buscaban la liberación definitiva de la esclavitud asalariada, que es la clave del programa socialista. Justo es decir que llevaban adelante acciones heroicas que les habían permitido ganarse el respeto y la simpatía de las masas: participaban en atentados contra ministros, contra el zar, contra todos esos funcionarios del régimen autocrático tan odiados por un pueblo que se encontraba sumido bajo la bota de la opresión. Sus acciones violentas se amparaban en un clima general de hostilidad y desprecio hacia esos funcionarios, que se revela en este poema de Pushkin: Oh despóticos villanos / los odio a ustedes y vuestra descendencia / veré vuestra ruina y la muerte de vuestros hijos / con la más malvada de las delicias. ¡Qué lejos está la sensibilidad de los intelectuales pequeñoburgueses actuales de los versos de este gran poeta nacional ruso que, en ocasión de la Revolución Decembrista en la cual participó, escribió estas feroces líneas!
Los marxistas, en cambio, no se oponían por principio a la violencia individual de tipo terrorista que practicaban los narodniki, pero decían que el asesinato de tal o cual ministro no cambiaba las cosas, que había que impulsar la sublevación de las masas, organizar millones de personas, y sólo cuando las masas estuvieran organizadas y llegara la hora decisiva, recurrirían al alzamiento armado (algo que, como veremos más adelante, fue un hecho en Rusia en 1905 y llevó a la victoria en 1917). Claro está que la práctica del terrorismo individual, de alguna manera, mezclaba las cartas: daba a los populistas un aura más revolucionaria que a los marxistas.
Pero la clave de la discusión entre marxistas y populistas era el rol de la clase obrera en Rusia. ¿La clase obrera industrial jugará un gran papel en la próxima revolución rusa?
Esta discusión, en última instancia, radica en la cuestión de la hegemonía del proletariado [ver recuadro], es decir, el rol líder del proletariado y su primacía en la revolución social, en relación a las otras clases oprimidas. El padre de esta idea fue Plejanov, quien en el primer congreso de la II° Internacional, en París en 1889, dijo: “La revolución rusa triunfará como una revolución de la clase obrera o no triunfará”. La perspicacia de los marxistas radicó en que –en un tiempo en que el proletariado sólo comenzaba a surgir y cuando aún no reflejaba una gran fuerza en la arena política– planteó que esta clase incipiente podía ser líder en la revolución que se aproximaba, asumiendo incluso el liderazgo del campesinado, numéricamente más poderoso.
Uno de los líderes de la Narodnaia Volia, Lev Tijomirov, impactado por el surgimiento del proletariado en las ciudades –particularmente en San Petersburgo-, se había convencido de que éstos eran muy receptivos a las propaganda revolucionaria y que era necesario contar con ellos. Tijomirov, que se había enfrentado con Plejanov en diversas oportunidades, planteó una fórmula de compromiso, diciendo que no negaba que “los obreros eran muy importantes para la revolución”. Plejanov invirtió los términos y le contestó que los populistas no comprendían el rol histórico de la clase obrera; que lo correcto era decir que “la revolución es importante para los trabajadores”.
Otro padre de la idea de la hegemonía del proletariado fue Lenin. En 1894 escribió su primera gran obra revolucionaria titulada Qué son los ‘Amigos del pueblo’ y cómo luchan contra los socialdemócratas en la que sostiene la idea de que, si bien aun los trabajadores rusos no comprenden el rol hegemónico de la clase obrera –o sólo lo comprenden sectores minoritarios–; se aproxima el tiempo en el que todos los trabajadores avanzados de Rusia lo comprenderán. Y cuando esto suceda, la clase obrera liderará al campesinado detrás de él y llevará a Rusia a la revolución comunista.

Los marxistas legales

Anteriormente señalamos que hubo una gran oleada de luchas obreras en Rusia entre 1895 y 1900, que no fue sólo un ascenso proletario, sino también una lucha política generalizada. Entonces, surgió una tendencia denominada “marxismo legal”.
Los primeros círculos marxistas habían nacido en Rusia en 1883, cuando Plejanov creó el grupo Emancipación del Trabajo; los “marxistas legales” surgieron doce años después, en 1895. La primera corriente estaba dirigida por Plejanov y Lenin, la segunda, por dos economistas que luego terminaron en la reacción, pero que tuvieron gran importancia en las discusiones del marxismo internacional, Struve y Tugan Baranovsky.
Struve escribió un libro titulado Notas Críticas, que estaba dirigido contra el populismo y se centraba en si había o no capitalismo en Rusia. Struve tenía razón cuando, en su crítica a los narodniki, escribió: “Ustedes soñarán en vano con alguna Rusia autosuficiente y con independencia de pequeños propietarios. Salgan del escenario narodniki y miren a vuestro derredor: Rusia se está moviendo hacia delante, fábricas y establecimientos están creciendo y el proletariado urbano está haciendo su aparición. El capitalismo en Rusia es inevitable y Rusia pasará a través de él.” En esto, coincidían los marxistas legales con Lenin y Plejanov. Pero en verdad, la tarea inmediata de la época, consistía en demostrar no sólo que el capitalismo era un sistema superior al esclavismo y a la servidumbre feudal, sino en dar una salida para esta nueva explotación que surgía. Struve y Baranovsky, por el contrario, eran apologistas del capitalismo. Hablaban con palabras poéticas del surgimiento de las fábricas, de la electrificación del país, de los medios de transporte y comunicación y de que esto abría brechas en las paredes del feudalismo.
La tarea de los marxistas, por el contrario, era doble: por un lado, tenían que golpear sobre los narodniki, que no creían que hubiera capitalismo y aseguraban que ese sistema era como un infierno, una plaga, porque quebraba la comuna campesina, enfrentando a ricos y pobres. Frente a esto, los marxistas legales decían “sí, es así, pero es inevitable”. Por eso, los marxistas como Lenin y Plejanov, por un lado, tenían que luchar contra los populistas y, por otra parte, enfrentar a los “marxistas legales” planteando que era necesario organizar a la clase obrera en un partido de trabajadores. ¡Struve resolvió bien la primera tarea, pero se olvidó de la segunda!
En estos combates contra los populistas, los marxistas legales y otras tendencias se fue forjando el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR).2 De esto trataremos en el próximo artículo.

1 Populistas, en ruso.
2 En esa época se llamaba socialdemócrata y después de la Revolución de Octubre de 1917, Lenin decide cambiar “socialdemócrata” por “comunista”. El nombre “socialdemócrata” tenía que ver con que el movimiento obrero era el ala izquierda de las revoluciones burguesas que se hacían contra los gobiernos feudales y las monarquías absolutas. Los obreros encarnaban los ideales, entonces, de la democracia social: aquellos demócratas suficientemente consecuentes que estaban por la resolución, no sólo de los problemas políticos, sino también de los problemas sociales.
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Lenin y la hegemonía del proletariado

“... el gran capitalismo rompe inevitablemente toda ligazón del obrero con la vieja sociedad, con determinado lugar de residencia y con determinado explotador; lo une, lo obliga a pensar y lo sitúa en condiciones que le permiten dar comienzo a la lucha organizada. Por consiguiente, los socialdemócratas [se refiere a los revolucionarios, NdeR] dirigen toda su atención y toda su actividad a la clase de los obreros. Cuando sus representantes de vanguardia asimilen las ideas del socialismo científico, la idea del papel histórico del obrero ruso, cuando estas ideas alcancen una amplia difusión y entre los obreros se creen sólidas organizaciones que trasformen la actual guerra económica esporádica de los obreros en una lucha conciente de clases, entonces el OBRERO ruso, colocándose a la cabeza de todos los elementos democráticos, derribará el absolutismo y conducirá AL PROLETARIADO RUSO (al lado del proletariado de TODOS LOS PAISES), por el camino directo de la lucha política abierta, a la REVOLUCION COMUNISTA VICTORIOSA.” [destacado en el original, NdeR]

Lenin, Qué son los “Amigos del Pueblo” y cómo luchan contra los socialdemócratas, 1894
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GLOSARIO

Chernichevski, Nikolai
(1828-1889) Filósofo y economista ruso, demócrata revolucionario. Desenmascarando el carácter feudal de la reforma campesina de 1861, exigía que se confiscaran las tierras de los grandes terratenientes, que se nacionalizaran y se cedieran en usufructo a las comunidades campesinas.

Herzen, Alexander (1812-1870) Intelectual y revolucionario ruso. Afirmaba que la comunidad campesina tradicional de Rusia (mir) respondía a un modelo socialista. Desde 1852 vivió exiliado en Londres, pero ejerció gran influencia sobre la oposición clandestina al régimen de los zares.

KDT Sigla en ruso de Partido Constitucional Demócrata, un partido burgués fundado en 1905, que apoyó la monarquía constitucional y luego se inclinó hacia una república liberal burguesa.

Plejanov, G. (1857-1918) Pensador y activista del socialismo ruso. Se le considera el introductor en Rusia del pensamiento de Marx y Engels. Nacido en una familia de la pequeña nobleza, se unió a los círculos revolucionarios que luchaban contra el zarismo desde sus tiempos de estudiante. Exiliado en Suiza desde 1880, allí conoció a Lenin y le introdujo en las ideas marxistas; allí fundó también, en 1883, el grupo Emancipación del Trabajo, embrión del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (que contribuiría a fundar en 1894). Al mismo tiempo, desarrolló toda una obra teórica siguiendo las ideas de la socialdemocracia de Europa central y occidental. Cuando en 1903 el partido se escindió entre los bolcheviques de Lenin y los mencheviques de Martov, Plejanov se inclinó por los primeros, para decidirse más tarde por estos últimos.

Pushkin, Aleksandre (1799-1837) Poeta y novelista ruso. Poco antes, en 1817, entró en contacto con un círculo literario que, progresivamente, se fue convirtiendo en un grupo político clandestino. Tomó parte del movimiento de oposición al régimen zarista que fue el germen de la revolución decembrista. Acusado de actividades subversivas, fue obligado a exiliarse.

Struve, Piotr (1870-1944) Ensayista y político ruso, uno de los principales representantes del llamado “marxismo legal”. En 1894 escribió Notas críticas acerca del desarrollo económico de Rusia, criticada por Lenin y Plejanov, en la que se opuso a las tesis marxistas y populistas, solidarizándose con las teorías malthusianas. Tras romper definitivamente con el marxismo y la socialdemocracia rusa, fue miembro del Comité Central del KDT y líder del ala derecha liberal.

Tijomirov, Lev (1850-1922) Escritor y activista populista ruso. En su juventud fue un ardiente defensor del uso de la violencia y el terror contra el régimen zarista. Después de la Revolución de 1917, se convirtió en líder de los periodistas y escritores derechistas.

Tugan-Baranovski, Mijail (1865-1919) Economista e historiador ruso. Fue ministro de Finanzas de Ucrania (1917-1918). Frente a los populistas, afirmaba que era posible el desarrollo del capitalismo en Rusia. También criticó la teoría marxista del valor añadido. En su obra Las crisis industriales en Inglaterra expuso su teoría de las crisis, según la cual éstas son provocadas por la desproporción entre inversión, ahorro y consumo.

 

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