"La victoria electoral y las expectativas que generó provocaron una oleada de rebeliones fabriles que por primera vez inundaron el cinturón industrial del Gran Buenos Aires... Así, a pesar de una política social de consenso y conciliación a nivel político, en términos sociales el período vio una agudización del conflicto de clase”.1
Desde la misma asunción del gobierno de Cámpora, se desarrolla una oleada de conflictos laborales, huelgas y ocupaciones de lugares de trabajo en demanda por condiciones de trabajo, la reincorporación de activistas despedidos, por el control de los ritmos de producción y los períodos de descanso.
Bajo gobierno de Perón, comienzan a aumentar los conflictos por demandas salariales, las medidas tomadas por los obreros van desde el quite de colaboración hasta la huelga y la ocupación como en el caso de Terrabusi o Molinos de Avellaneda, Tensa, Fate, Good Year, Astilleros Río Santiago.
Desde mediados de 1974 las luchas contra el Pacto Social, da lugar a importantes procesos por fábrica, con el surgimiento de comisiones internas independientes de la burocracia.
“Proliferaron las tomas de fábrica, las huelgas por tiempo indeterminado, las ocupaciones con mantenimiento de rehenes, la demanda de elecciones libres dentro de los sindicatos y el reconocimiento oficial a las comisiones internas y cuerpos de delegados surgidos de la lucha de las bases contra las conducciones sindicales.” 2
La integración de la burocracia sindical al Pacto Social y su acción como garante de su aplicación en las plantas, avalando la declaración de ilegalidad de las huelgas, respaldando la intervención del Ministerio de Trabajo, boicoteando las acciones de los trabajadores o recurriendo al matonaje liso y llano contra los activistas, profundizó el desgaste de los viejos dirigentes sindicales.
Este proceso da lugar al desarrollo de capas obreras de vanguardia a nivel nacional particularmente en Gran Buenos Aires: crece el activismo obrero y sindical y se despliegan duras batallas con métodos combativos contra los sindicatos y los delegados vendidos, contra la patronal y el Ministerio de Trabajo. Estos elementos dan a estas luchas el carácter de verdaderas “rebeliones antiburocráticas”.

1Resistencia e integración. El peronismo y la clase trabajadora argentina, 1946-1976, Bs. As., Sudamericana, 1990.
2 Pozzi y Schneider, Los setentistas. Izquierda y clase obrera, 1969-1976, Bs. As., Eudeba, 2000.