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Partido de los Trabajadores Socialistas
Buenos Aires   |  27 de marzo de 2024
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El Partido Laborista
24 Jan 2006 |

Después de la década infame

El último presidente de la llamada década infame fue derrocado en 1943 por sectores nacionalistas del ejército, movimiento en el que el Coronel Juan Perón tendrá un importante papel. En este momento comenzará a expresarse una aguda polarización política y social. Al calor del crecimiento de la industria (descrito en la anterior nota de esta serie), el movimiento obrero venía aumentando sus luchas. Y el nuevo gobierno cambia la política, empezando a mediar en las negociaciones entre sindicatos y empresas y cediendo a las demandas obreras con la intención de cooptar el movimiento. Fue así que Perón, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, fue ganando apoyo en el proletariado.
La política de Perón hacia la clase obrera había atrincherado al conjunto de la oposición contra el gobierno. Los conservadores, la UCR, el Partido Socialista y el Comunista1, exigen elecciones libres y el traspaso del gobierno a la Corte Suprema. Es bajo la presión de estos sectores que Perón es destituido y encarcelado. El 17 de octubre de 1945 los trabajadores –impulsados por algunos dirigentes sindicales como Luis Gay y Cipriano Reyes y con el apoyo de Evita- irrumpirán en la escena política en defensa de Perón derrotando el golpe de Avalos y Vernengo Lima2. A partir de allí se abrirá un antes y un después en la historia política argentina.

La creación del Partido Laborista

Una semana después los principales dirigentes de esa movilización crearon el Partido Laborista, inspirados en el laborismo inglés, que había derrotado al conservador Winston Churchill en elecciones luego de la Segunda Guerra Mundial.
Como vimos en un artículo anterior de esta serie, la ideología predominante en el movimiento obrero era el sindicalismo3, que se planteaba una política negociadora con el Estado y de conciliación de clases. Por otro lado, en los años previos venía profundizándose un proceso de burocratización de las organizaciones sindicales.
Los creadores del PL eran dirigentes sindicales medios de diversos orígenes, fundamentalmente sindicalistas aunque un importante sector rompe con el PS e ingresa al laborismo4, con una fuerte ligazón con los sectores y organismos de base de los sindicatos. La dirección nacional del Partido fue integrada por obreros, con varios años de experiencia sindical, y la mayoría provenientes de los principales gremios del país. El presidente del Partido era Luis Gay, del sindicato de telefónicos, y el vicepresidente y principal responsable del Partido en la provincia de Bs. As. era el legendario Cipriano Reyes, del Sindicato de la Carne.

Un partido basado en los sindicatos

Era un partido de base obrera, constituido por sindicatos y militantes individuales, aunque permitían la afiliación de todo aquel que no tuviese una ideología totalitaria y no haya sido parte de los partidos conservadores. Pero en su Carta Orgánica reservan dos tercios de los puestos dirigentes para el movimiento obrero y aclaran que las listas de candidatos para todos los puestos electivos a los que se presente el partido deben tener la misma proporción. La adhesión de los sindicatos era voluntaria (se necesitaba el consentimiento de más del 50% de los afiliados) y no implicaba la subordinación de los sindicatos al partido5.

El movimiento obrero hace política reformista

El Partido Laborista se construye con el objetivo de impulsar la candidatura de Perón para las elecciones de febrero de 1946. Además querían que los trabajadores intervengan políticamente en defensa de sus intereses, manteniendo la autonomía de los sindicatos, sin ser un apéndice directo del gobierno y conservando un margen mayor de negociación con el gobierno y la patronal. Como plantea Elena Pont, “la gravitación creciente del movimiento sindical, junto con la crisis de los partidos políticos tradicionales y la oposición organizada en contra de la política social desarrollada, hicieron que la clase obrera organizada comprendiera la necesidad de convertirse en eje de un nucleamiento político nacional para la defensa de sus intereses de clase”.6
Pero su concepción era reformista y por eso apoyaban a Perón. Opinaban que los problemas de los trabajadores podían solucionarse dentro del sistema capitalista, si los empresarios obtenían una ganancia normal y pagaban bien a los obreros. Opinaban además que la sed de ganancias ilimitadas era lo que llevaba al atraso a la Argentina y a la miseria al proletariado, lo que los enfrentaba a la oligarquía y a la burguesía ligada al imperialismo.
Los conflictos con Perón

Pero los conflictos con Perón comienzan enseguida. Perón además del PL contaba con el apoyo de un sector disidente de la UCR (La Junta Renovadora). Surge entonces la discusión alrededor de las listas de candidatos. A pesar de que la UCR-JR era una fuerza minoritaria, el Partido Laborista accede a una división igualitaria de los cargos para no enfrentarse con Perón. Pero éste arma distintas maniobras para quitarle a los laboristas muchos de los cargos. Esto lleva a que se presenten en listas separadas en algunos distritos y en casi todos, por los datos que aporta Gay en su libro, el PL gana por una importante mayoría.
Pero las maniobras por los cargos electorales serán sólo un primer episodio que llevará al enfrentamiento político entre los principales dirigentes laboristas y Perón. Cuando ya era presidente, y al ver que el PL no respondía incondicionalmente a sus designios, decreta la disolución de los partidos que lo apoyan para conformar El Partido Único de la Revolución (luego Partido Peronista).

La disolución del Partido Laborista

Esta resolución de Perón es resistida por los principales dirigentes del PL, con el argumento de que esa decisión debía tomarla el Congreso Partidario. Perón intenta cooptar a los dirigentes con cargos públicos. Por ejemplo a Reyes le ofrece la presidencia de la Cámara de Diputados, pero Reyes responde que él “no sirve para tocar la campanilla”. La resistencia de algunos dirigentes no será suficiente ya que Perón luego de varias maniobras coopta a un sector de la dirección que resuelve disolver el partido. Este hecho cuenta con la abierta oposición de Cipriano Reyes, que pagará el desafío a Perón con 7 años de cárcel. Luis Gay y otros dirigentes, sabiendo que la mayoría votaría por la disolución, renuncian a la dirección para no hacer pública su posición y evitar el enfrentamiento.

Algunas Conclusiones

La formación del Partido Laborista fue expresión del peso social que la clase obrera empieza a asumir con los cambios económico-sociales de la década del 30 y de la política desplegada por Perón desde el 43 que implicó importantes conquistas obreras y el crecimiento de sus organizaciones.
Su surgimiento reafirma las posibilidades que se abrían para la clase obrera en esta etapa de profundas transformaciones, de avanzar en constituirse como movimiento obrero independiente, desarrollando sus iniciativas a la autonomía, y en este sentido tiene un carácter progresivo. Basándose en los sindicatos y planteándose la autonomía de las organizaciones obreras, el PL, de desarrollarse, hubiera permitido a la clase obrera hacer una experiencia con la política de conciliación de clases y con sus direcciones burocráticas.
Sin embargo, se trataba de un partido con un programa reformista y nacionalista, y una concepción policlasista, como expresión del peso del sindicalismo en el movimiento obrero, creado incluso para apuntalar la candidatura de Perón. Con estos límites y las condiciones objetivas que están en la base del triunfo de Perón, no pudo evitar ser liquidado por él una vez en el gobierno.
Por último, la liquidación del PL evidencia una característica clave del peronismo: la liquidación de toda tendencia obrera a la autonomía y a la creación de organizaciones y partidos de clase, para mantener el control de los trabajadores y su subordinación a la burguesía.

1 Estos partidos conformarán luego la Unión Democrática, que con el apoyo de Braden (el embajador yanqui), intentará disputarle la presidencia a Perón.
2 Sobre el 17 de octubre se puede ver: “60 años del 17 de octubre: Cuando la clase obrera ganó las calles (y perdió su independencia)” Facundo Aguirre en http://www.pts.org.ar/notas.asp?id=5490. Recomendamos “La vieja guardia sindical y Perón”, Juan Carlos Torre y “Cómo hicimos el 17 de octubre”, Cipriano Reyes.
3 Ver Hernán Aragón, “El sindicalismo” en LVO N° 177.
4 “Gay había sido hasta el golpe del 43 el representante del sindicalismo ‘puro’ (...) Reyes, por su parte, ascendió al primer plano en esta época, gracias a su política claudicante frente a la patronal imperialista de los frigoríficos”. González agrega que “A pesar de su debilidad programática y su dirección conciliadora, no podemos negar que se apoyaba fundamentalmente en el movimiento obrero”. Ernesto González, “Qué fue y qué es el peronismo”, pág 18.
5 La carta orgánica del Partido Laborista puede encontrarse en el libro de Luis Gay, “El Partido Laborista en la Argentina”, Biblos, Bs. As. 1999, pág. 67. Si el sindicato se afiliaba al partido, el trabajador afiliado al sindicato quedaba afiliado al partido excepto que se pronunciara en contra.
6 Susana Elena Pont, “El Partido laborista: Estado y Sindicatos” CEAL, Bs. As. 1984.
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Verticalismo
Una vez disuelto el PL, la carta orgánica del Partido Peronista introdujo el verticalismo que Perón deseaba.
Art 1) El Partido peronista [es una] institución política dispuesta a sacrificar todo a fin de ser útil al general Perón. Art. 16) [Perón] Es el jefe supremo del peronismo [...] En tal carácter puede modificar o anular decisiones de las autoridades partidarias. Art 77) [...] Mantener en toda circunstancia los actos del gobierno peronista como los mejores que pueden producirse. No admitir críticas al respecto.

 

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