El MST presenta a Mario Cafiero como una “personalidad antimperialista”. Sin embargo, el candidato a senador por la provincia de Buenos Aires tiene antecedentes que muestran lo contrario. No sólo, como representante de los intereses de la Iglesia Católica, es un opositor al derecho al aborto sino que bajo la gobernación de Duhalde fue “Presidente del Ente de Administración y Explotación de la Zona Franca La Plata (1994-1997), Ente Autárquico Provincial y Presidente del Comité Federal de Zonas Francas Argentinas”, el organismo mediante el cual Menem y Duhalde, entre otras cosas, quisieron avanzar en la privatización del Astillero Río Santiago. Fueron años donde los trabajadores del ARS vivieron una fuerte ofensiva, resistieron los despidos a los delegados en 1995 (entre los que estaba José Montes) y sufrieron los despidos de los contratados.
Los lazos de Mario Cafiero con Duhalde fueron históricamente muy estrechos, al punto que entre 1987 y 1991 fue nada menos que Secretario General de la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires. También de la mano del PJ de esa provincia llegó a su primer mandato como diputado nacional, entre 1997 y 2001, donde fue reelecto esta vez por el ARI de Elisa Carrió, con la que comparte el “clericalismo”.
Pero no es sólo esto. De la mano de la Iglesia Católica fue funcional a la política del Ejército bajo la jefatura de Ricardo Brinzoni para crear una “mesa de diálogo” entre los genocidas y los familiares de los desaparecidos. Como consignaba una noticia de la época: “La nueva postura militar incluyó un sondeo informal al arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge Bergoglio, sobre un eventual apoyo de la Iglesia Católica a la ‘mesa de diálogo’. Dicha exploración habría sucedido en mayo pero recién trascendió el lunes 11. En esa oportunidad, el jefe del Ejército, general Ricardo Brinzoni (...) explicó al religioso la propuesta de implementar una mesa de diálogo para intentar armar ‘una versión completa’ sobre la represión ilegal y la acción de la guerrilla. Brinzoni habría dicho que quienes declaren ‘necesitarían de alguna garantía judicial de que no sufrirán represalias’, y del consenso del gobierno y la oposición en el Congreso. Su propuesta estaría inspirada en el proyecto de ley del diputado justicialista Mario Cafiero, quien impulsa la creación de una comisión de notables donde representantes de la Iglesia y otras confesiones puedan recibir confesiones de militares que participaron de la represión ilegal”1. Como puede verse, lejos de la lucha por la “soberanía nacional”, un candidato que supo acompañar lo peor de la política del PJ durante los ’90.

1 Microsemanario, Año 10 Nro. 40, 14 de julio de 2000