Desde que empezó el conflicto de la Línea 60 nos preocupamos por acercar nuestra solidaridad y apoyar la pelea que están dando. Además de los actuales despidos, sumando los que se produjeron en los últimos años son más de 100. Con estos ataques la empresa DOTA tiene como objetivo desarmar la organización de los trabajadores y la pelea por sus derechos.

Tanto DOTA, como la empresa anterior (Monsa) son los mismos grupos económicos que se benefician con los subsidios que reciben de los distintos gobiernos: nacional, provincial y de la Ciudad de Buenos Aires.

Todos ellos dejan pasar los ataques permanentes de estas empresas. Por esto nos hicimos presentes un grupo de delegados y trabajadores de la Agrupación Bordo, que impulsa el PTS junto a compañeros independientes del subte, además junto a delegados telefónicos como Carlos Artacho, Mariela Pozzi, delegados del Hospital Garrahan como Bárbara Acevedo, compañeros docentes, los diputados nacionales Myriam Bregman y Nicolás del Caño que además de estar presentes, donaron 10 mil pesos de sus bancas para el fondo de lucha y apoyamos las distintas medidas que llevan adelante los trabajadores. Como parte de la solidaridad obrera, varios delegados que somos parte de la directiva, en la línea B, llevamos adelante una apertura de molinetes durante la mañana como forma concreta de apoyo, y los de la 60 aprovecharon para volantear y contar el conflicto que atraviesan a los usuarios del subte, donde tuvieron muy buena recepción.

Luego acompañamos la movilización que organizaron de Congreso al Ministerio de Transporte donde manifestaron sus reclamos y denunciaron el abandono de la empresa en las cabeceras, haciendo un lock-out patronal para desmoralizarlos. También plantearon la necesidad de estatizar el servicio bajo la administración de los trabajadores y usuarios de la línea 60, planteo que nosotros en el subte venimos haciendo históricamente, como forma de resolver el problema del transporte público a nivel general. Porque lo usamos los trabajadores, los que viajamos todos los días, y esa es la única forma de ponerlo al servicio del pueblo trabajador, con un funcionamiento efectivo, con objetivos sociales y no empresariales, como sucede en la actualidad con los trenes, los colectivos y el subte.

Creemos que para desarmar la complicidad entre gobiernos y empresarios que hacen negocios con el tiempo de los que viajamos, es muy importante apoyar la lucha de los trabajadores de la Línea 60. Seguiremos acompañando la lucha de los compañeros por la reincorporación de todos los despedidos, pero también para avanzar de conjunto en concretar la estatización del transporte para ponerlo al servicio de los trabajadores.