PTS
Partido de los Trabajadores Socialistas
Buenos Aires   |  27 de marzo de 2024
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Pitrola ratifica su error
Por: Guillo Pistonesi

12 Feb 2015 |

Pitrola responde acá, algo enardecido, a una crítica política que se le hiciera por participar de una conferencia del PRO en el Congreso y apoyar "cuatro puntos" que rubricaron los partidos de la oposición -todos históricos encubridores de la masacre de la AMIA-.
Como Pitrola no es miembro de la Comisión de Legislación Penal (Nicolás del Caño sí lo es), tal vez no se enteró de que aquella reunión no se trató de una de dicha Comisión, sino que se trataba de una conferencia de prensa del PRO y de la Coalición Cívica, encabezada por Patricia Bullrich, quien fue acompañada por varios de sus pares de bloque e incluso por senadores como Pinedo, De ˜ángelis y Michetti (y presencias "estelares" como la de Graciela Ocaña, legisladora de la Ciudad).
Pitrola dice no haber firmado los cuatro puntos de la oposición derechista. Pero reconoce haberlos apoyado. Qué más da.
Del Caño sí participó la semana siguiente de la reunión de la Comisión en la que estaba convocado Berni, no para reparar error alguno, sino sencillamente porque es miembro de esa comisión. Allí Del Caño no solo fustigó la política gubernamental, sino que criticó duramente a la oposición. En primer lugar al PRO, cuyo líder Macri está procesado por escuchas ilegales y por haber promovido al "Fino" Palacios (procesado por encubrimiento del atentado) al frente de la Metropolitana. Del Caño recordó allí que el jefe de campaña de Sergio Massa, Juan José Alvarez, fue un conspicuo agente secreto de la SIDE durante la dictadura. También cómo la Alianza utilizó la SIDE para organizar las coimas en el Senado para que se aprobara la flexibilización laboral antiobrera. ¿Qué dijo Pitrola sobre la oposición de derecha, encubridora de los servicios y del atentado a la AMIA? Ni media palabra.

La "pasión" por una comisión investigadora independiente

Pitrola critica una supuesta "pasión" del PTS por una "comisión investigadora independiente" y afirma que en veintiún años el PTS jamás repudió el atentado a la AMIA. Le sugerimos a Pitrola que vaya al archivo y busque el periódico del PTS del 20 de julio de 1994, "Rebelión de los Trabajadores", cuya tapa tiene como único título el repudio al brutal atentado. El PO es el que debe explicar una orientación política cuyo eje excluyente está en la propia actividad parlamentaria.
La novedosa explicación para rechazar una comisión investigadora independiente —una política que el PO levantó en innumerables causas (como el asesinato de Paulina Lebbos, las inundaciones de La Plata y también para esclarecer el atentado a la AMIA durante muchos años) y que es tradición en el socialismo revolucionario— es que "ninguna comisión podría ser efectiva sin los recursos del Estado, que es el que está en cuestión".

El PTS levanta esta consigna como parte de una agitación que busca deslegitimar justamente al Estado cuestionado ante las masas explotadas y oprimidas que tienen la ilusión de que no hay otro camino que las instituciones del propio Estado para "hacer justicia". La necesidad de una comisión investigadora independiente con plenos poderes y compuesta por familiares y personalidades no comprometidas con la impunidad y el encubrimiento, como levanta el PTS, es la muestra más cabal de que el propio Estado y sus instituciones son totalmente incapaces de esclarecer el atentado, su "conexión local" y un increíble encubrimiento por parte del mismo Estado. Sería como exigirle al asesino que investigue su propio crimen. Son las propias masas, las propias víctimas de los agravios del Estado burgués (en este caso, los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA, acompañados por los organismos de derechos humanos independientes del Estado) las que deben autoorganizarse para lograr una elemental verdad sobre lo acontecido y poner en el banquillo de los acusados a todo un increíble entramado de servicios de inteligencia nacionales y extranjeros ligados a lo más podrido de la política burguesa. Como toda política transicional, no habría forma de imponerla si no es a través de la movilización extraparlamentaria, cuestión que hace que los "recursos del Estado" imprescindibles para su funcionamiento, al igual que sus "plenos poderes", se transformen en banderas de lucha contra el propio Estado y sus instituciones. Es una forma entonces de aprovechar esta crisis política y la entrada a la luz pública de toda la mugre de los "sótanos del Estado" (los servicios de inteligencia) para plantear una política que tenga la orientación de demostrar, con una política transicional, que son los explotados y oprimidos y sus órganos de lucha los que pueden ser la base fundamental de un nuevo Estado, de un Estado obrero.
Por el contrario, como dijimos, el PO optó por una política parlamentarista. Si la crisis política es tan profunda, ¿cómo se puede pretender que una salida de los trabajadores pase por una mera interpelación pública a ministros, según lo dispone el artículo 71 de la Constitución Nacional, como fundamentan su proyecto parlamentario, a lo que hay que sumarle "quinientas mesas en todo el país"?
"(La) acción parlamentaria, que consiste sobre todo en usar la tribuna parlamentaria con fines de agitación revolucionaria, en denunciar las maniobras del adversario, en agrupar alrededor de ciertas ideas a las masas que, sobre todo en los países atrasados, consideran a la tribuna parlamentaria con grandes ilusiones democráticas, debe ser totalmente subordinada a los objetivos y a las tareas de la lucha extraparlamentaria de las masas" (Tesis sobre parlamentarismo de la Tercera Internacional, 1920). La orientación política del PO va en un sentido contrario.

Límites y grandeza del FIT

No es la primera vez que ante un hecho político nacional las distintas fuerzas del FIT tenemos políticas distintas. Sin embargo, desde el PTS seguimos defendiendo al Frente de Izquierda como una importante conquista, ya que se trata de una reconocida coalición política nacional que defiende la independencia política de los trabajadores, con un programa de demandas transicionales y por un gobierno de los trabajadores, frente al derrumbe de la centroizquierda opositora y de la izquierda que se mimetizó con ella (como el MST y el PCR).
Las campañas electorales del 2011 y 2013 empezaron a demostrar toda la potencialidad del FIT y de su agitación anticapitalista y por la independencia política de los trabajadores. Importantes franjas del movimiento obrero tomaron como propias las campañas, algo que no se veía hace muchas décadas. Sin esconder las diferencias, el PTS aspira a fortalecer esta gran herramienta política en el año electoral que ha comenzado y cuya primera prueba serán las elecciones a intendente del 22 de febrero en la ciudad de Mendoza.

 

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