El Gobierno trató de hacer equilibrio ayer en medio de la disputa que mantienen la CGT y la alternativa Central de Trabajadores Argentinos (CTA) por la conformación de la delegación gremial que se sentará a negociar con los empresarios en el Consejo del Salario Mínimo.
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, recibió a las dos organizaciones sindicales por separado. Llevaron pretensiones distintas, casi antagónicas. Anoche, al cabo de esas reuniones, la sensación que se recogía en las dos orillas era la de intentar mecanismos de consensos para que todo el abanico sindical esté en la renegociación salarial. Sin embargo, nadie quería arriesgar cómo sería ese acuerdo. Acaso eso hable de la fragilidad que tendrá el mismo.
Tomada, fiel a su estilo, no hizo declaraciones.
El nudo de la discusión es el siguiente: respaldada por la ley, la CGT no quiere compartir con la CTA la representación de los trabajadores en el Consejo del Salario. Son 16 lugares propuestos por "la central con personería gremial". Otros 16 corresponden a los empresarios privados.
En la CGT aseguran estar dispuestos a aceptar la presencia de la central alternativa, siempre y cuando sus dirigentes lleguen a la mesa de negociación bajo su paraguas. No quieren ver la sigla "CTA" en el elenco de sindicalistas que discutirá la suba salarial.
El mejor panorama para la CGT, según admitían anoche allí, es que el Gobierno intente ampliar de 16 a 20 el número de representantes sindicales en el Consejo del Salario. Así, explicaron, podrían entrar tres delegados de la CTA y uno de la Unión Obrera Metalúrgica. Técnicamente, ese intento vía decreto chocaría con la letra de la Ley 24.013, que creó el Consejo.
Si se logra un consenso, el Consejo del Salario debería ser convocado para el jueves.
El triunvirato que dirige la CGT —Hugo Moyano, Susana Rueda, José Luis Lingieri— entró en segundo término al despacho de Tomada. Se fueron a las 21, sin hacer declaraciones.
Sin embargo, en diálogo con Clarín una fuente de la central aseguró que hoy, al cabo de la reunión de su consejo directivo, la CGT "tendrá un gesto de grandeza" que permitirá la llegada de la CTA a la mesa de discusión.
Pero ese papel, el de hacedor de la llegada de la central alternativa al Consejo del Salario, es justamente el que la CTA no quiere dejarle a la unificada CGT.
La CTA aparece en esta novela, y en especial luego de la reunión con el ministro de Trabajo, decidida a estar "sí o sí" cuando se discuta el tema salarial. Tiene gremios poderosos en sus filas, como ATE, los docentes de CTERA o los empleados judiciales.
Ayer, luego de ver a Tomada, la CTA aseguró que el ministro les garantizó su presencia en el Consejo. Estuvieron, entre otros, su titular, Víctor De Gennaro, Pablo Michelli y Edgardo De Petris (ATE), Víctor Mendibil (Judiciales), Ariel Basteiro (Aeronáuticos), Pedro Wasiesjko (Neumático) y el diputado Claudio Lozano.
La CTA presentó a Tomada un pedido formal para conseguir la personería gremial y poder estar en igualdad de condiciones con la CGT. Dicen que el ministro prometió respuesta rápida.
Con o sin personería, la central de De Gennaro presentará unos 6 nombres para integrar el Consejo del Salario. La aspiración real, "inmodificable" según las fuentes, es que al final queden 4.
Tomada, como adelantó él mismo en un reportaje con Clarín, se fijó la tarea de asegurar los consensos, una misión de artesano que le encargó el Presidente. Como gesto hacia Moyano, a la CTA le pidió que designe dirigentes de sindicatos con personería gremial. Esa lista saldrá de una reunión de la cúpula de la central, pautada para esta tarde.