La derrota electoral en Impresores, importante gráfica del parque industrial de Pilar (PIP), impone sacar las conclusiones necesarias si lo que se pretende es que los trabajadores "retomen el rumbo combativo" (PO 03/04). La realidad es que el golpe al activismo de Impresores ya había sucedido con la derrota del conflicto por el despido de un importante activista de la Naranja, y la consiguiente sangría de retiros voluntarios entre los cuales se encontraban varios activistas de la lucha culminada en octubre.

Lo que fue derrotado en esta elección es la cerrada política de la Naranja, que impidió que en su momento esta lucha se unificara a la lucha mas emblemática del PIP, como era la de Kromberg, y se rodeara del apoyo y la solidaridad activa de cientos de trabajadores. Así, la política del Partido Obrero y la Naranja, más preocupados por evitar la influencia de otras organizaciones que del desarrollo de una lucha coordinada que rompiera el aislamiento y enfrentara con mayor fuerza una patronal muy dura (que llegó a meter la policía a la planta para romper una asamblea obrera), terminó por desmoralizar y dejar sin perspectivas a trabajadores que dieron sobradas muestras de lucha, con paros, bloqueos y corte de ruta. Pero la dirección de la Naranja y el PO, en su autoproclamación sectaria, se negaron una y mil veces a las propuestas de coordinación de esta lucha hechas por la Bordó.

No realizó, por ejemplo, una gran campaña junto a las organizaciones obreras, organismos de derechos humanos y partidos de izquierda contra la invasión de la policía a la planta. Realizó un corte de Panamericana sin convocar organizaciones, salvo las afines al PO, es decir aquellas que integran la Naranja. La misma política de autoaislamiento que repitieron con el SUTNA frente al paro del 10A.

Miguel Bravetti compara la lucha de Impresores a la ocupación de Atlántida. Si en algo se comparan estas luchas es que ambas fueron derrotas, y en la falta de una justa orientación para vencer por parte del Partido Obrero. Lo opuesto a Kromberg, donde si bien no se pudo reincorporar a los despedidos se detuvo el ataque y aún hoy permanecen decenas de activistas, como resultado de la enorme lucha que dieron las valientes mujeres de lila y el resto de los trabajadores, recurriendo a acciones coordinadas y amplias campañas democráticas. Bravetti decía en octubre que los trabajadores de Impresores se inscriben indiscutidamente en la vanguardia nacional de los trabajadores. Pero esta vanguardia nacional tardó 6 meses en volver a aparecer en su prensa.

Compañeros del PO: no realizar los balances adecuados sobre lo actuado solo prepara nuevas frustraciones para los trabajadores de Impresores.