Bajo los elogios de Macri y la plana mayor del PRO, el gobernador de Santa Fé Antonio Bonfatti y su ministro de Seguridad Raúl Lamberto recibieron “a un grupo de instructores del FBI encabezado por Frank Nivar, un agente especial que investigó los carteles de droga mexicanos y colombianos, para capacitar a policías locales”
en tareas de prevención y lucha contra el narcotráfico (La Nación, 24/02), dado su “gran entendimiento” en la materia. El acuerdo fue sellado entre Bonfatti y William Ostick, representante de Asuntos del Hemisferio Sur del Departamento de Estado norteamericano, facilitado tras el restablecimiento de las relaciones con la DEA emprendida por el secretario de Seguridad nacional Sergio Berni. La novedad despuntó cuando es vox populi que la banda de narcotraficantes conocida como Los Monos está plenamente vinculada a la narcopolicía de Rosario, de la cual 13 efectivos resultaron procesados por su responsabilidad en la liberación del territorio y la instalación del terror sobre los menores reclutados para la venta al menudeo.

El derrotero de Colombia demuestra que este rumbo solo sirve para incrementar la violencia social y el poder represivo del Estado: el “asesoramiento” de EE.UU. desencadenó la apoteosis de los grupos narcos y el asesinato de miles de campesinos, obligados a huir de sus pueblos natales. Y de eso, el FBI sí que sabe.