La gran mesa del piso 18, acondicionado en forma especial para el evento, fue presidida por el ministro de Trabajo, Carlos Tomada.
La sesión comenzó cerca de las 16: ayer y por primera vez en once años se sentaron frente a frente industriales, banqueros, sindicalistas y hasta el piquetero Luis D"Elía. 
Hubo de todo: chicanas, tensión y un acuerdo que alumbró al final. El jueves próximo se anunciará el monto del aumento del salario mínimo que beneficia a unas 350.000 personas y que abre la puerta a ajustes en toda la escala salarial.
Clarín pudo saber que los industriales se plantaron en 424 pesos. El aumento regirá desde setiembre. El salario mínimo actual es de $ 350.
Los sindicalistas insistían ayer sobre la importancia de que el jueves, el Consejo del Salario fije el aumento; porque, caso contrario, la suba recién empezaría a regir en octubre. 
Fuentes del Ministerio de Trabajo aclararon que si no hay acuerdo la discusión podría prolongarse unos días más, ya que "si hay buena voluntad de las partes" se pueden salvar los obstáculos legales —decreto mediante— para hacer retroactiva al 1° de setiembre la vigencia de la nueva retribución.
La puesta en marcha del Consejo del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo realizada ayer tuvo momentos de solemnidad, pero también de broncas y zancadillas.
Zancadilla, y de aquéllas, fue la que sufrió el miércoles Susana Rueda, una de las triunviras de la CGT, a quien la alianza de los "gordos" (los miembros de los sindicatos grandes) y los combativos de Moyano le birlaron la silla reservada para ella en este organismo, que fue destinada a un representante de los mecánicos del SMATA.
También el miércoles, el piquetero Luis D"Elía se fue mascullando bronca, pero de la sede de la CTA, porque pasó a ser miembro suplente de la delegación de tres miembros de esta central sindical, que está representada por su líder, Víctor de Gennaro, Hugo Yasky y Pedro Wasiejko. D"Elía, que estuvo ayer en el Ministerio de Trabajo, debió ocupar una segunda fila reservada a los suplentes y técnicos.
Aunque figura en la lista de los gordos como titular por los gastronómicos, el senador por Catamarca Luis Barrionuevo faltó a la cita y se sentó en su lugar José Pedraza, de la Unión Ferroviaria.
Pero ayer, la reunión no tuvo puntos que hablaran en forma explícita de cifras.
Sin embargo, en la segunda parte de dicho encuentro el líder de la CTA, Víctor de Gennaro, habló de la necesidad de establecer una "línea de referencia" con la canasta básica para una familia tipo, que según cifras oficiales asciende a 730 pesos.
Pero la CTA se aviene a que el monto del salario sea de 500 pesos, siempre y cuando además se establezcan aumentos en las asignaciones familiares. También De Gennaro reclamó una suba del haber de los planes Jefas y Jefes de Hogar, que ahora es de 150 pesos.
Naldo Brunelli, de la UOM, también aludió a la canasta básica de 730 pesos y a la canasta ampliada, que es de 1.900 pesos, dijo el dirigente metalúrgico.
Hugo Moyano, uno de los triunviros de la CGT, tampoco habló de cifras, aunque llamó la atención acerca de que la desocupación y la miseria que trae aparejada, junto a la inseguridad, son los dos temas que más preocupan a los argentinos.
Y Daniel Funes de Rioja, uno de los representantes de la UIA, dijo que los industriales "no podían determinar" el monto del salario mínimo sin haber hecho un debate serio.