El jefe del Fondo Monetario Internacional, Rodrigo Rato, admitió ayer que hay buenas posibilidades de que el directorio acepte un pedido de la Argentina para postergar pagos por 1.000 millones de dólares.
Lo planteó al considerar que es "habitual" que los países miembros del FMI hagan este tipo de pedidos respecto de los vencimientos que no son de carácter obligatorio. Pero de inmediato aclaró que la decisión final sobre el tema estará supeditada a los compromisos fiscales que asuma el Gobierno en el proyecto del Presupuesto de 2005.
"La petición del Gobierno argentino es algo normal, habitual por parte de muchos países. Hay muchos precedentes en el contexto de programas con el Fondo. Y el directorio tendrá que decidir si está dispuesta a aceptarla", sostuvo Rato. Sus declaraciones fueron hechas a la agencia española de noticias EFE, en una escala de su gira por el continente africano. Habló en Sudáfrica, a punto de subir a un avión que lo transportaría hasta Burkina Faso.
–¿Usted descarta que la petición de Argentina sea aceptada?– le preguntaron a Rato en Johannesburgo.
–Para nada– respondió, y alentó la idea de que el trámite pasará el filtro del directorio. Aunque todavía no hay fecha oficial para ese pronunciamiento, el gobierno argentino estima que se decidirá en la reunión prevista para el viernes 17 de este mes. La fecha no es casual: el lunes 20 se producirá el primer vencimiento no obligatorio de la serie, por 290 millones de dólares y Argentina quiere tener la certeza de que podrá postergarlo por un año.
De todos modos, el optimismo de Rodrigo Rato quedó matizado por la siguiente aclaración: "En los próximos días el gobierno argentino va a tomar decisiones importantes sobre el Presupuesto. Y esas decisiones van a marcar, indudablemente, cuál es la agenda futura de conversaciones con el Fondo".
La expectativa de Rato está puesta en los detalles del Presupuesto 2005 que el Gobierno debe elevar al Congreso el miércoles 15 de setiembre. La cifra que figure en el proyecto sobre el superávit fiscal primario (el nivel de ahorro del Estado que se destinará a cancelar deuda pública) podría influir de manera decisiva en la votación en el directorio del FMI, apenas dos días después.
El interés de Rato por los detalles del Presupuesto 2005 quedó en evidencia durante su reciente visita a Buenos Aires, el último día de agosto. En reuniones que mantuvo con el presidente Néstor Kirchner y con el ministro de Economía, Roberto Lavagna, el jefe del FMI volvió a la carga con un viejo reclamo: que la pauta de ahorro fiscal sea mayor a los 3 puntos del Producto Bruto Interno que propone el Gobierno. El Fondo aspira a un superávit que oscile entre 4% y 4,5% del PBI, para que el país pueda ofrecer más dinero a los tenedores de bonos en cesación de pagos y así normalizar la relación. Cada punto de diferencia en esta discusión equivale aproximadamente a 4.500 millones de pesos.
"Ni lo sueñe", le dijo entonces Kirchner a Rato al rechazar esa presión ejercida a puertas cerradas en la Casa Rosada. Pero el español se ocupó luego de recalcar en público –en una rueda de prensa– que esa pretensión sigue vigente, pese a la resistencia del Gobierno. Un día después de su visita, Lavagna ratificó que Argentina no se moverá del 3%.
En la misma ocasión, el ministro se apuró a abrir el paraguas sobre el pedido de postergación de vencimientos por un año: "Nunca hay prórrogas automáticas, cualquier cambio en la fecha del vencimiento implica una decisión explícita del Fondo".
En el mejor de los casos, aunque el FMI acepte el pedido de postergación, la Argentina deberá hacer frente a otro cúmulo de vencimientos que no admiten prórrogas: son 1.450 millones de dólares que debe pagar al Fondo en lo que resta del año, sin recibir desembolsos a cambio.