El miércoles 4 de diciembre juraron, por primera vez en la historia, tres diputados trotskistas en el Congreso Nacional. El hecho fue lo único distinto de la jornada, en comparación con las juras habituales que se realizan cada dos años. En la jura de la Cámara de Diputados las de Nicolás del Caño, Néstor Pitrola y Pablo López fueron las únicas voces independientes de los poderes constituidos.

El puñado de compañeros del Frente de Izquierda (PTS, PO, e IS) que pudimos ingresar al recinto contrastaba con la numerosa barra de aplaudidores de los partidos tradicionales. Las vallas y controles de la entrada, la burocrática acreditación para los “invitados”, la tropa policial volcada al evento, las restricciones a la prensa y los lugares asignados no son para proteger a los “representantes del pueblo” sino a una casta de políticos profesionales vestidos para lo ocasión. Cualquier trabajador que no pertenezca al lugar seguramente tendría la misma sensación.

Por eso las voces de los tres diputados del FIT, ahí adentro, fueron muy importantes. Porque sin forzar mucho la imaginación ahí adentro uno puede creer que está en una fiesta, una entrega de premios o un espectáculo donde abundan los trajes y los vestidos largos. Mazza, Insaurralde, Cabandié, Carrió, De Narváez, Alfonsín, Cobos, Del Sel, De Mendiguren, Solá… todos y todas se conocen, se saludan, porque “son parte” de “algo especial”, de algo exclusivo. Hasta los chispazos y los “no saludos” parecen problemas de familia.

Aunque el número se sepa de antemano, impacta ver en el recinto a esa reducida cantidad de “representantes” para 40 millones de habitantes del país. Ese puñado de políticos (poco más de 250) reafirma, por un lado, la fuerza de los capitalistas al concentrar la defensa de sus intereses en estas instituciones y, por contraste, reafirma la fuerza y el poder que tiene la clase obrera si se decide a ejercer su democracia.

Por Mariano Ferreyra, por la clase obrera y por el socialismo, juraron Pitrola y López del Partido Obrero. Por la clase obrera internacional y los pueblos oprimidos del mundo, por Mariano Ferreyra y Julio López, por los 30.000 desaparecidos y los asesinados por la Triple A , juró Del Caño. Con cada uno de ellos los compañeros del Frente de Izquierda aplaudimos y agitamos. Esas juras contrastaron de lleno con la fidelidad a Dios, la Constitución, los Santos Evangelios y hasta al Papa Francisco que se escucharon, o con las alusiones hipócritas a los desaparecidos por parte de algunos legisladores, y hasta con alguno que sólo juró por “Néstor”.

Al inicio de la sesión, mientras Del Caño levantaba una pancarta contra el fraude en Córdoba, Pitrola dejó planteada la denuncia del robo de la banca a Liliana Olivero del FIT en esa provincia y, por lo tanto, lo viciado de la asunción de esas bancas. Así lo manifestamos cuando le tocó jurar a Diego Mestre, gritando bien fuerte “¡fraude!” frente a un recinto incómodo.

Y al final, cuando se votó la presidencia y vicepresidencias de la cámara, la bancada del FIT se abstuvo, fundamentando contra la representación que se arrogan los partidos y políticos del ajuste, garantes del sistema que combatimos. Por eso ellos estaban expectantes e intrigados por cómo jurarían los trotskistas. Y por eso a Nico del Caño le cortaron el micrófono cuando argumentaba el porqué de la abstención a esa votación.

Ellos saben que los diputados del FIT no quieren ser “invitados” a su fiesta. Nuestras organizaciones (y desde el PTS somos muy claros) priorizan la lucha extraparlamentaria para defender los intereses de los trabajadores. A esta institución ajena, el Congreso, la vemos como una tribuna para alentarlas.

Del otro lado de las vallas, afuera, una concentración de compañeros hizo el aguante, movilizados para el apoyo mientras desde TVPTS y Enfoque Rojo transmitimos online entrevistas, imágenes y los juramentos de la izquierda. Queda claro que los tres diputados trotskistas traerán la nota discordante al Congreso y que por eso los intereses de los trabajadores no pasaran desapercibidos.