Compañeras de varias organizaciones fuimos hostigadas por grupos de varones en nuestras escuelas, en la calle y en los micros.
El pacto por la reforma reaccionaria del Código Civil, así como la designación del clerical Capitanich, además del acuerdo de la comisión organizadora con el gobernador Gioja, no hicieron más que envalentonar a los grupos “anti-derechos”, mal llamado “pro-vida”, y otros sectores fundamentalistas y reaccionarios que atacaron a las que luchamos por nuestros derechos. ¡Basta de violencia contra las mujeres! ¡Fuera la Iglesia y las instituciones que nos oprimen de nuestros Encuentros Nacionales de Mujeres!
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