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12 de octubre
A propósito del Día Nacional de España. Raza y Espíritu de una Raza: el cine como instrumento y espejo del franquismo
Por: Cynthia Lub

12 Oct 2013 |

Estamos próximos a otro 12 de Octubre, el “Día Nacional de España” antes llamado “Día de la Hispanidad”, de la Raza o del Descubrimiento de América, entre otros términos que dan cuenta del carácter históricamente imperialista del Estado español. Veremos en diversos actos institucionales el realzamiento de los valores patrióticos y militares tras un completo calendario de actos del Gobierno: honores militares a los Reyes, desfiles militares terrestres y aéreos y tal como anuncian “homenaje a los que dieron su vida por España”, mientras continúan impunes los ex-militares franquistas responsables de las torturas y desapariciones.

A propósito de esta fecha, en este artículo analizaremos cómo la cultura e historiografía del franquismo, esta vez través del cine, se proponía transmitir los valores más reaccionarios del régimen de los “vencedores”: los valores de la patria, de la tradición católica, conquistadora e imperial. Desempolvando la cinemateca española, nos encontramos con un famoso film que analizaremos críticamente: Raza (1940), diez años más tarde llamado Espíritu de una Raza (1950), realizado, narrado y escrito nada más y nada menos que por Francisco Franco.

El guión ha sido inspirado en el libro “Raza. Anecdotario para el guión de una película”1, que escribió Franco con el seudónimo Jaime de Andrade, editado en el año 1942 y vuelto a editar en el año 1997 por Editorial Planeta con un Prólogo de Ricardo de la Cierva, ex ministro de cultura de la UCD. Si bien el guión y la película son obras de ficción, se logra una especie de documental de reconstrucción histórica guiada por Franco para así construir su imagen.

La cinematografía bajo el franquismo

El film fue dirigido por José Luis Sáenz de Heredia (Madrid, 1911- 1992), uno de los intelectuales alineados al Régimen franquista y director de la Escuela Oficial de Cine. Fue primo hermano del fundador de la falange José Antonio Primo de Rivera y estuvo alistado en el Ejército de Tierra luchando en la guerra como alférez de Artillería. Cuando finalizó la guerra trabajó en el Departamento Nacional de Cinematografía supervisando documentales. Realizó el documental Franco, ese hombre (1964) conmemorando los llamados “25 Años de Paz” y fue un influyente director del cine español como se puede ver en toda su filmografía, calificado por los teóricos como el “director del Régimen”2

Para el Régimen franquista el cine debía servir como “arma política”, tal como propuso Dionisio Ridruejo, otro reconocido falangista y jefe del Servicio Nacional de Propaganda desde 1938 al frente del Departamento Nacional de Cinematografía;3 a través del cual nació el famoso NO- DO: Noticiarios y Documentales Cinematográficos, creado en 1942. Entre los films realizados en este contexto: Frente de Madrid, El crucero Baleares, Escuadrilla, Porque te vi llorar, Rojo y Negro, Boda en el infierno, entre otros.

Raza se estrenó en Alemania, Italia, Portugal y Argentina. El periódico La Vanguardia, del 6 de enero de 1942 decía: “Esta noche, en el Palacio de la Música de Madrid se ha estrenado, en sesión de gala, la película Raza. Jerarquías de Estado, del Ejército y del Partido asistieron a dicho estreno, así como un gran número de personalidades. La cita es realmente magnífica y con ella el cine español da un paso gigantesco en su historia. Tres momentos cruciales de la Historia de España constituyen el fondo temático de la película Raza (la Guerra de Cuba en 1898, el inicio de la Guerra Civil en julio de 1936 y su final en abril de 1939). El ocaso de nuestra patria, a lo largo de medio siglo, y su resurgimiento bajo la espada invencible del Caudillo está recogido y plasmado en imágenes de un modo portentoso en este filme. La proyección fue seguida con un vivísimo interés por el selecto público asistente al acto. Un gran éxito, en fin, como ninguna otra película había conseguido en Madrid”.

Una autobiografía idealizada

En este film podemos observar una autobiografía del mismo Francisco Franco narrada a través de la historia de una familia identificable con la que hubiese querido tener el caudillo, desde el colapso imperial de España en 1898 hasta la guerra civil. El personaje principal en el libro es la figura de la madre, doña Isabel de Andrade. Sola, con tres hijos y una hija que criar -como la hermana de Franco, Pilar Bahamonde. En contraste con la vida real, en la novela el padre del protagonista es un héroe naval y doña Isabel enviuda cuando lo matan en la guerra de Cuba. Toda una historia muy diferente a la realidad.

Haciendo una breve sinopsis argumental, el film comienza con las imágenes de la familia Churruca, con la madre, Isabel de Churruca (Rosina Mendía), y sus hijos esperando al padre de la familia, el capitán Pedro de Churruca (Julio Rey de las Heras). Tras el encuentro, el padre ya en su hogar hablará a los tres hijos varones y la niña, de las grandes personalidades guerreras de la historia.

Al año siguiente Pedro de Churruca se va a combatir a Cuba en la guerra entre España y Estados Unidos. La viuda Isabel quedará a cargo de la educación de sus hijos asentados en Madrid; quienes años más tarde seguirán caminos muy diferentes al calor de los acontecimientos políticos. Isabelita (Blanca de Silos) se casa con un militar, Luis Echeverría (Raúl Cancio); Jaime (Luis Arroyo) entra en un convento en Barcelona donde será asesinado por “los rojos”; Pedro (José Nieto) sigue la carrera política como abogado y diputado siendo la “oveja negra” de la familia; y José (Alfredo Mayo) la carrera militar. Tras la guerra civil en 1936, se produce la desintegración familiar. Las vicisitudes personales durante la guerra llevará a grandes crisis en el seno de la familia, posiciones dubitativas deserciones y muertes.

Varios historiadores plantean que es una autobiografía bastante idealizada ya que su verdadera familia lejos estaba del modelo que muestra en el film. El padre de Franco era un funcionario naval adicto al alcohol quien en 1907, tras la separación de su madre, se había alejado de la familia. También en el caso de su hermano “anticlerical e izquierdista”, Ramón Franco -representado en Pedro-, Francisco Franco necesitaba revertir en Raza este punto oscuro de su familia. El film concluye con la muerte redentora del hermano republicano, Pedro, ejecutado al retornar a su tradición familiar y pasarse al bando fascista.

A través de este film, el séptimo arte nos traslada con su lente empañado de ideología franquista al año 1939 con el Desfile de la Victoria. En un recuerdo que hace homenaje a su estirpe, Isabel habla a su hijo de los almogávares para reivindicar el imponente ejército militar, tal como lo había hecho su padre cuando era pequeña. Su hijo le pregunta: ¿Cómo se llama esto que estamos viendo madre?: esto se llama “raza” hijo mío”.

El drama familiar como trasfondo de una escuela de historiografía franquista

“Vais a vivir escenas de una generación; episodios inéditos de la Cruzada española, presididos por la nobleza y la espiritualidad características de nuestra raza. Una familia hidalga es el centro de esta obra, imagen fiel de las familias españolas que han resistido los más duros embates del materialismo. Sacrificios sublimes, hechos heroicos, rasgos de generosidad y actos de elevada nobleza desfilarán ante vuestros ojos. Nada artificioso encontraréis. Cada episodio arrancará de vuestros labios varios nombres…¡Muchos!…Que así es España y así es la raza”.4

El trasfondo autobiográfico del libro y guión del film es una clara la reivindicación histórica de Franco. La dramática historia familiar está constituida por la propia dinámica política de la época y por tanto, si bien actúa de hilo conductor, acompaña toda una serie de símbolos e ideas fundamentales de Franco. Los dramas por encuentros y desencuentros de una familia en tiempos de guerra son un recurso a través del cual cada personaje representa un rol político, mientras transmite claros valores ideológicos con el fin de propagandizar la ideología de “los vencedores”.
Para ello recurre a los hechos históricos sobre los que necesita sustentar su obra militar y política, como continuidad de “los mejores guerreros” en una suerte de varias anacronías históricas: Franco es continuidad del rey godo Recaredo -que como cuenta en su libro unificó la Iglesia católica y el Estado-, de los almogávares, de los conquistadores, de Carlomagno, El Cid, y de Napoleón: “se consideraba así mismo, como ellos, un guerrero de Dios contra los infieles que habían destruido la fe y la cultura de la nación”5 Mientras tanto, el argumento histórico más importante del film será la guerra civil: una guerra contra “los rojos” como continuidad de la lucha “histórica y heroica” que habían llevado a cabo los almogávares contra “los bárbaros.” O el “célebre caudillo de los almogávares” Roger de Flor. Así como los grandes conquistadores como Cristóbal Colón, Vasco Núñez de Balboa, Hernán Cortés, Francisco Pizarro, entre otros. Así se transmitía en esta época tan oscura el “espíritu de una raza”... imperialista, tradicionalista y patriótica.

Espíritu de una Raza: “El general Franco censuró al Caudillo”

Así titulaba el periódico de EL PAIS un análisis del año 1996 sobre la segunda versión del film de 19506. La relación de España con una nueva realidad internacional de posguerra había provocado un cambio en algunos contenidos del film, reestrenándose diez años después bajo el título Espíritu de una raza. Con el argumento de que la película sufría desperfectos técnicos de sonido y que por tanto necesitaba una resincronización, el caudillo mandó a censurar algunas partes.
Las copias de la primera versión se destruyeron y durante años se habían dado por perdidas, hasta que en 1993 la Filmoteca Española adquirió una copia que provenía de un cine ambulante. Poco después, se localizó en la Cinemateca de Berlín otra copia de la primera versión; lo que dio paso a la restauración que se presentó por primera vez en el año 2002 por la Filmoteca Española con ambas versiones en DVD junto a la segunda edición.7

El primer film Raza dura 106 minutos, y Espíritu de una raza dura 96 minutos. Los 10 minutos eliminados son los diálogos referentes a las reivindicaciones de las ideas y símbolos de la falange, además de que se atemperaron las críticas a los Estados Unidos. Si bien el grito ¡Viva España! y la reivindicación de Franco se mantuvieron, se sacaron otros símbolos fascistas, las notas de “Cara al Sol” en la música, canciones como una jota dedicada a la Falange en una trinchera, así como las críticas al antiamericanismo e intensificándose la idea “anticomunista”.

Ante la caída de Hitler y Mussollini y Franco necesitaba hacer un giro táctico para acomodarse en las relaciones internacionales. Cuando se estrenó Raza, tras la Segunda Guerra Mundial Franco creyó en la victoria de Hitler. España en un principio se declaró neutral, pero tras la caída de Francia- junio de 1940- se declaró “no beligerante”, lo que tuvo como punto culminante el envío de voluntarios, la División Azul, al frente soviético. El Gobierno español acordó volver a la neutralidad en octubre de 1943, cuando la potencia militar alemana comenzó a debilitarse. España terminó sufriendo un aislamiento internacional luego de la derrota de los países nazi- fascistas. Y en la Conferencia de Potsdam en 1945, el Reino Unido, la Unión Soviética y los Estados Unidos decidieron la no inclusión de España en la ONU. En 1946, la ONU acordó el aislamiento diplomático de España y la retirada de los embajadores en Madrid. Pero como decíamos, Espíritu de una Raza tuvo lugar durante el apogeo de la Guerra Fría. Estados Unidos cambió de actitud hacia el régimen de Franco y en 1949 visitó España concediéndole un préstamo de 25 millones de dólares. En 1950 la ONU levantó su condena al Régimen, lo que después conllevaría el ingreso paulatino en organismos internacionales, hasta culminar en la entrada a la ONU con pleno derecho en el año 1955.

El odio y miedo a la revolución

“La revolución roja, que en la mayoría de las provincias avanza arrolladora, arrastrando desbordada a los mismos que habían pensado dirigirla, tiene en Catalunya facetas más perversas. En medio de la vesania antirreligiosa, que destruye templos y ciega vidas de santísimos varones, se elige, con perversa premeditación, los religiosos a que conviene perdonar la vida”.8

Tanto en Raza como en Espíritu de Raza, el odio y el miedo a la revolución contra la que Franco luchó hasta acabar con ella, siguió intacto. Jaime se va como fraile a Cadafell en Catalunya a un asilo de niños enfermos. Isabel se va a Bilbao, a unirse a su esposo Luis. La lente de la cámara nos traslada ahora al frente republicano y una voz de radio habla de rumores de un alzamiento de tropas de Marruecos bajo las órdenes de Franco. Su discurso se teñirá de odio a los comunistas, tal como se lo exigía su deseo de ser parte del Plan Marshall: era odio a la revolución representadas en las “milicias rojas”, “las turbas armadas” que llamaban a los jefes militares para “ganar el tiempo que necesita para desencadenar la sangrienta revolución que tienen preparada.”

El film nos traslada a Catalunya donde la dinámica de la revolución era imparable. Era la Catalunya revolucionaria, la rosa de foc. Para Franco eran las “cuadrillas de criminales”, “ladrones”, “marimachos”, “con cárceles clandestinas y checas que siembran el terror en la Ciudad condal. Y allí estaba Jaime Churruca, el más pequeño de los hermanos, en el convento de Callafell cuidando a niños enfermos. Era un bondadoso fraile con voz suave y muy querido por los niños por su incansable labor de caridad. Hasta que llegan los salvajes milicianos, especie de bestias insensibles que en nada les importaban los niños y se llevan a los frailes para ejecutarlos. La cámara es acompañada por una voz en off hablando de la “la barbarie roja”, sobre la cual es de destacar que se refiere directamente a los anarquistas. Muy diferente a cómo muestra a los republicanos, más moderados e incluso dubitativos, representados en Pedro: un republicano que vuelve al bando fascista. Tampoco las mujeres se salvan de la cosmovisión franquista: la mujer espía fascista es mucho más valiente que las milicianas brutas y despiadadas; todo lo contrario al heroísmo que éstas mujeres mostraron combatiendo al frente en la guerra civil. Éstas chocaban además con el imagen de mujer que el Régimen promovía de “ángel del hogar”, que la madre y hermana de la familia Churruca representaban.
Después nos llevará a Bilbao que se encontraba bajo la “afluencia de las fuerzas rojas” y donde “la gente encerrada en sus domicilios, espera el momento de la liberación”. Allí entrarán las tropas nacionales y como cuenta en su libro: la orden de Prieto, el cabecilla rojo de Bilbao, queda desbaratada”. José e Isabelita se encuentran. Las imágenes de documentales superpuestos de la entrada de las tropas nacionales en Madrid conducen hasta el desfile militar de la victoria franquista, donde interviene José Churruca. En Raza, el Himno de la Falange se deja oír triunfal para ellos, aunque oscuro y tétrico para el pueblo y la revolución.

Raza, el reflejo de un Régimen
Tanto Raza como Espíritu de una Raza muestran, bajo diferentes contextos, la ideología sobre la que se asentó lo que fue la derrota de la revolución española y los resultados de la guerra civil. Una derrota que se mantuvo en el tiempo, con una larga dictadura de tres décadas y media. No es casual entonces que este film haya tenido tantas versiones, debates, reediciones, que exceden al terreno del cine y que están inmersas en la historiografía de esta etapa histórica. Raza cumplirá un enorme rol a la hora de transmitir valores, tradicionalistas e imperiales y toda una cosmovisión del pensamiento franquista. Valores transmitidos a través de la familia Churruca, espejo -aunque distorsionado- de la vida de Franco, a modo de una idealizada autobiografía en la que “sus demonios familiares” serán reemplazados por una familia que Franco no había tenido y hubiese deseado.

 

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