PTS
Partido de los Trabajadores Socialistas
Buenos Aires   |  25 de abril de 2024
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Acuerdos y desacuerdos en el FIT
Por: Fredy Lizarrague , Guillo Pistonesi

13 Jun 2013 |

El FIT es un frente electoral basado en un acuerdo político general expresado en las bases programáticas del 2011 que (actualizadas) expresan una clara delimitación de todas las variantes patronales o de colaboración de clases (tanto del gobierno, de las derechas como de las distintas centroizquierdas). El FIT es la única opción política electoral nacional que postula la independencia política de los trabajadores. Durante estos dos años, las corrientes que integramos el FIT nos hemos pronunciado en común respecto a importantes acontecimientos políticos nacionales (como el paro del 20N). Sin embargo, somos partidos separados porque tenemos importantes diferencias políticas y de estrategia que no se han reducido en este tiempo, como las hemos expresado públicamente (por ejemplo, con la posición de IS de apoyo al conflicto de los gendarmes y prefectos, o con la estrategia electoralista de PO - ver “Respuesta a la ‘Carta a la Convención del PTS’ enviada por el CE del PO el 2/6/13”), pero no consideramos que las que han surgido sean de una magnitud tal que impliquen una ruptura con los principios básicos del acuerdo (como sería una traición a una gran lucha, el acuerdo directo con una variante patronal, etc.). De nuestra parte, hemos propuesto sistemáticamente al PO y su corriente internacional (CRCI), encarar una discusión organizada y profunda en pos de avanzar lo más posible (a pesar de las diferencias de estrategia de construcción de partido que hemos manifestado) en un camino de coordinación y eventual fusión tanto nacional como internacional. A la vez, buscamos con nuestros aliados del FIT todas las vías posibles de intervención común tanto en la política nacional como en el movimiento obrero y estudiantil.

En relación a estas elecciones, surgieron diferencias respecto a quienes encabezarían las listas de candidatos, a partir de las distintas apreciaciones sobre el peso real de cada organización. Existían dos posibilidades de resolver esta cuestión. Una era un acuerdo entre los integrantes del Frente que respete una distribución lo más equitativa posible, en el marco de poner en las candidaturas más visibles y expectables a los mejores compañeros y compañeras para cumplir esa función. Otra era utilizar el mecanismo de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) donde los que quieran votar por el FIT opten por alguna de las listas de candidatos, lo cual a su vez podía permitir que más trabajadores y jóvenes voten por nuestras listas ayudando a superar el piso proscriptivo en cada provincia para pasar a las elecciones generales de Octubre.

La variante del acuerdo permitía “combinar” candidatos de distintos partidos cuando se eligen varias categorías (como hicimos por ejemplo en Capital: PO encabeza a diputados, el PTS a senadores), cuestión que era muy difícil de lograr con las PASO ya que no se votan candidatos individuales sino listas sábana (todas las categorías en boletas pegadas), por lo cual para “combinar” tiene que haber cortes de boletas masivos, algo que no podíamos predecir si sucedería ya que nunca utilizamos este método novedoso. Pero aquella variante, la del acuerdo, limita la decisión a las direcciones de los partidos e impide resolver las diferencias cuando no hay acuerdo posible.

Nosotros propusimos todo el tiempo resolver las divergencias que iban surgiendo por el mecanismo de las PASO, a pesar de su carácter limitado. El último desacuerdo fue que consideramos que, dado que el PO optó por postular a Jorge Altamira como candidato a diputado por Capital, Christian Castillo era el mejor candidato a diputado por Provincia, lo que hubiera sido una excelente combinación para Capital y Provincia, ya que se trata de los principales referentes del FIT. Como el PO no acordaba con esto y a la vez proponía encabezar en casi todas las provincias, propusimos ir a las PASO en Provincia y en todos los distritos donde no hubiera acuerdo. IS se opuso todo el tiempo a la utilización de las PASO (sin proponer ningún mecanismo alternativo, lo cual significa que alguien tiene que “capitular” o romper el FIT ¡vaya solución!). El PO dijo que era un “recurso legal” del PTS, pero que si íbamos a las PASO debía ser en todos los distritos (no sólo donde hubiera diferencias en quiénes debían encabezar). Aceptamos este “reto” pero PO siempre se negó a poner a prueba la real influencia de cada organización y sus referentes en cada provincia. Todos sus militantes “hicieron campaña” para no ir a las PASO, defendiendo como “mecanismo unitario” la presión para que el PTS aceptara lo que pretendía imponer el PO. Pero fue tal el temor de PO de refrendar en las urnas lo que pretendían en la mesa de negociación recurriendo a las PASO, que terminaron aceptando, luego de interminables reuniones, el acuerdo “compensatorio” que propusimos luego de nuestra Convención Nacional del 8/6: que el PTS encabece las listas de diputados nacionales de Santa Fe, Neuquén, Jujuy y Mendoza, que vaya segundo luego de Liliana Olivero (IS) en Córdoba, y que se modifique el tiempo de rotación de los cargos que se obtuvieren en la Provincia de Buenos Aires, estableciendo una igualdad entre PO y PTS, encabezando PO la lista de diputados nacionales y el PTS las principales de diputados provinciales.

Este acuerdo nacional establece una “compensación” más que lógica a nuestro partido a cambio de las candidaturas a diputados nacionales de Capital y Provincia, y legislador de la Ciudad, que ocupará el PO, una de las cuales le correspondía a nuestro partido, que son las “expectables” junto con la de diputados provinciales en la PBA que encabeza el PTS (con rotación en todas las que salgan).

Las PASO

El sistema electoral que rige en nuestro país es antidemocrático por naturaleza, como cualquier sistema burgués. La Justicia Electoral regula toda la vida de los partidos con múltiples (y crecientes) controles y exigencias (de afiliados, contables, etc.), impone pisos arbitrarios y proscriptivos como el 1,5% de los votantes para pasar las PASO y el 3% del padrón electoral (cerca del 5% de los votos) para acceder a un diputado nacional, obliga a los partidos sacar más del 2% de los votos para mantener sus personerías, cede espacios gratuitos que son “gotas” en comparación con los aparatos mediáticos (y programas comprados) tanto del gobierno (que además utiliza fondos públicos para publicitar sus “obras”) como de la oposición (sobre todo la “Corpo” de Clarín). Todo esto lo denunciamos sistemáticamente. Pero, a pesar de esto, utilizamos la tribuna electoral para difundir nuestras ideas en las campañas electorales y para pelear por obtener bancas que sean tribunas para impulsar la movilización y organización de los trabajadores y la juventud en una perspectiva revolucionaria. Las PASO pueden ser utilizadas también dentro de estos límites.

Aunque en esta oportunidad hayamos alcanzado un acuerdo, reivindicamos haber propuesto utilizar este recurso que hubiera permitido que los votantes del FIT incidan en las decisiones, sobre todo cuando hay diferencias tan notorias de apreciación entre las fuerzas que lo integramos. Es preferible un mecanismo democrático limitado que una imposición de aparato que defiende una realidad que sólo existe en las cabezas de sus dirigentes. Por otra parte, durante décadas nuestros partidos se presentaron separados bajo el “arbitrio” de la Justicia burguesa. Las PASO permiten, como una opción posible, que las fuerzas de la izquierda obrera que tenemos un programa común, podamos dirimir esta diferencia de criterios en cuanto a las candidaturas, en un marco de unidad.

Los jueces y el Consejo de la Magistratura

Acordamos también una lista nacional de candidatos académicos y abogados para el Consejo de la Magistratura, si es que esta elección finalmente se realiza (ya que fue declarada inconstitucional por la jueza electoral y ahora debe resolver la apelación del gobierno la Corte Suprema). Pero surgió aquí otra importante diferencia que aún está “vigente”: el PTS dejó sentado que nos oponemos por principios de clase a la presentación de jueces en la lista del FIT. No se trata de una “elección popular de los jueces” (como hemos propuesto históricamente) sino de una “elección popular” donde sólo pueden ser candidatos los actuales jueces de jurisdicción nacional, que son una casta de 700 en todo el país surgidos de componendas entre peronistas y radicales, incluso aún hoy siguen en funciones varios que fueron designados por la dictadura videlista. Los jueces son funcionarios encargados de hacer cumplir la Constitución Nacional y defender el Estado burgués, por lo cual deben ordenar encarcelar o reprimir cuando hiciera falta (si es que no son directamente corruptos), según un marco legal basado en la defensa irrestricta de la propiedad privada de los medios de producción y de cambio. Son elegidos por el Poder Ejecutivo (con acuerdo del Senado) a partir de una terna propuesta por el Consejo de la Magistratura. Tanto PO (que dice luchar por elevar a la clase obrera a la conciencia “socialista”) como IS, no están de acuerdo con definir esto como un problema de principios. ¡Qué paradoja! Corrientes que llegaron a decir que iba en contra de los principios apelar a un mecanismo como las PASO que permite una participación democrática (con todas las limitaciones que imponen los mecanismos del régimen), no opinan que sí es un problema de principios armar una lista de 6 jueces para “completar” una lista de un frente que se reivindica de independencia de clase, algo así como llevar generales o comisarios en nuestras listas. Pero sí aceptaron que en el acta figure que el PTS no acuerda con presentar lista en esta categoría y nadie puede presentar otra lista que no sea de común acuerdo.

La claridad en las diferencias permite luchar mejor en común en la campaña electoral

Muchas sectas que se reivindican revolucionarias pronosticaron la ruptura del FIT cada vez que surgió una diferencia política entre sus integrantes. Nosotros, por el contrario, creemos que es una maduración de la izquierda obrera y socialista poder mantener el FIT como un polo político de independencia de clase en la escena nacional (siempre que no se rompan los límites señalados al comienzo de esta nota) apostando a la ruptura de la clase obrera con todas las variantes patronales, a la vez que discutimos públicamente y sin diplomacia las diferencias políticas que tenemos. Esto permite criticar, aprender y que los militantes y simpatizantes de todas las corrientes que se reivindican clasistas (estén o no en el FIT) puedan evaluar el programa, la estrategia y la práctica política de cada organización. Sin esto, sería un acuerdo centrista.

Como venimos insistiendo, la campaña electoral será una gran oportunidad para invitar a miles de trabajadores y jóvenes que sean parte de la batalla por convencer a centenares de miles para que apoyen con su voto un programa y candidatos que defienden la independencia política de los trabajadores, su organización y su lucha, que denuncia este régimen y su casta de políticos al servicio de los patrones, del cual nacen a cada paso los corruptos que no son “ovejas negras” sino la consecuencia lógica de un sistema que tiene como fin el enriquecimiento sin límites.

Tenemos el primer desafío de superar el piso proscriptivo de las PASO en todas las provincias del país, para poder pelear en octubre por diputados del FIT en el Congreso Nacional, legislaturas y concejos deliberantes.

 

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