El modelo industrial del kirchnerismo pocas veces puede estar tan bien expuesto como aquí, en Tierra del Fuego, gobernada por todas las variantes patronales que tiene el régimen para someter a nuestra clase trabajadora: la gobernación es del localista Partido Social Patagónico y las intendencias de sus tres municipios se las reparten entre radicales y peronistas; un régimen que también sostiene el Movimiento Popular Fueguino y, como no podía ser de otra manera, la burocracia sindical de la UOM, alineada al gobierno “nacional y popular”. Todos tienen algo en común: expropiar al obrero de su salud, de sus sueños y de su futuro.
En esta pequeña provincia es tan grande la explotación que ni los encantadores paisajes pueden ocultarla. En Río Grande hay un gran parque industrial al que, año tras año, llegan familias del norte del país, buscando una mejor existencia que se les niega en sus provincias. Y lo que encuentran es una vida absorbida por la vorágine de la fábrica, con jornadas de hasta 14 horas. No hay tiempo ni para respirar: si quieren desayunar más vale que lleguen 30 minutos antes del horario de entrada, porque si no, les quitan la ración diaria que dicta el convenio colectivo. ¡Y con sólo dos apercibimientos por llegar tarde, te despiden! ¡Qué decir de esta UOM que se jacta de su combatividad, pero que no combate la tercerización y que el 70% de los trabajadores están bajo contratos de 3 meses a 1 año y medio hasta que los echan!

Cristina alardea de los altos salarios de estos pagos, pero no habla de la especulación inmobiliaria y el alto costo de la canasta familiar, que hasta el INDEC señala que ronda los 8 mil pesos. Los terrenos están sobrevaluados y en manos de pocas empresas, un alquiler promedio ronda los 5 mil pesos. Esto hace que muchos trabajadores, para poder ahorrar y enviar dinero a sus familias, vivan hacinados compartiendo un cuarto con otras 3 o 4 personas, llegando a cohabitar con otras 20 personas en una misma casa.

Este “modelo industrial” cuenta con varias fábricas como BGH, Phillips, Electro-Fueguina y otras llamadas “de primera línea”... ¡de explotación! Hace más de un mes hubo un incendio en una de estas fábricas y, casi como una burla, el gobierno agradecía que el siniestro haya sucedido de noche, porque si lo mismo hubiera pasado durante la jornada laboral, se hubieran perdido muchísimas vidas obreras, ya que no se contaba con un sistema de seguridad ni un sistema de salud adecuado para semejante catástrofe. En Río Grande, sólo hay un hospital que carece de insumos y falta de personal.

Para terminar, no puede dejar de señalarse, con estupor, la gran cantidad de cabarets que hay en toda la provincia, en los que se explota a mujeres jóvenes, reclutadas engañosamente (y quizás, muchas de ellas, secuestradas) en otras provincias y países vecinos.

¡Cuánto odio da este “otro lado” de la hermosa y turística Tierra del Fuego! Para acabar con este “modelo” de explotación es necesario organizar una verdadera alternativa política para esta provincia de nieves eternas y lagos cristalinos, la que sólo puede brindar un partido de trabajadores sin patrones.