En una asamblea de casi 70, el Centro de Estudiantes de Humanidades de la UNS que dirigimos junto al PO volvió a definirse por una política independiente del gobierno y la oposición patronal.

La importante conquista que significa el juicio a los militares es producto de la movilización y la lucha que durante más de 30 años venimos llevando las organizaciones de DDHH, los partidos de izquierda, y los familiares entre otros.

No alcanza sólo con 19. Mientras de forma veloz y eficiente se aplica la Ley Antiterrorista para seguir judicializando y reprimiendo a los que salimos a luchar, la justicia es lenta y terriblemente burocrática para meter en cana a los genocidas. Mientras hay más de 5 mil procesados por luchar, apenas si llegan a mil los milicos presos por el genocidio, y siguen “juntándola en pala” los empresarios golpistas como Blaquier, o los Rocca, entre muchos otros.

El gobierno quiere apropiarse de las banderas de los derechos humanos en todo el país para lavarle la cara a las FFAA. Ellos, junto con la oposición patronal, quieren relegitimar el poder de fuego contra el pueblo para que cuando reprimen como el fin de semana pasado en Salta no se arme una pueblada, para que cuando maten como lo hicieron con Fuentealba, con Mariano Ferreyra, con los Qom en Formosa, con los trabajadores del Indoamericano no salga la gente a la calle a repudiar el accionar represivo. Y quieren lavarle la cara a las fuerzas armadas porque necesitan reprimir para imponer los ajustes contra los trabajadores y el pueblo, y que los empresarios sigan llevándose millones a pesar de la crisis internacional.

¡Esta fue la voz de la asamblea de humanidades! En Bahía va a haber dos actos el día de la sentencia: Uno de los kirchneristas en el cual toda voz crítica al gobierno es silenciada.

El otro, el de la comisión de apoyo a los juicios junto a organizaciones sociales y políticas que permite que las diversas voces se expresen (libertad de oradores), pero que acepta que los radicales convoquen (los impulsores del golpe, y luego de las leyes de “obediencia debida” y “punto final”, los responsables de los 40 muertos del 19 y 20, etc.).
La asamblea decidió por la independencia política del gobierno y la oposición patronal, por ser parte del acto de la comisión de apoyo a los juicios pero con las banderas del Encuentro Memoria Verdad y Justicia. Es decir, que asistiremos al acto de la comisión, pero con voz propia y repudiando a todos los impulsores del genocidio y garantes de la impunidad durante años.

Los militantes de La Cámpora y la JP que fueron a la asamblea para que la bandera del CEHum estuviera en el acto kirchnerista se fueron derrotados. El primer golpe fue la foto con la bandera de Mariano Ferreyra como parte de la campaña por justicia, el segundo fue el masivo repudio a la represión del kirchnerista Urtubey en Salta, y el remate final fue que perdieron con el 80% de la asamblea en contra.
Pese a las diferencias, la mayoría nos pusimos de acuerdo en una cosa: es necesario que el CEHum sea un espacio de militancia para que todos aquellos que quieren la cárcel a todos los genocidas. Por eso, votamos impulsar un Comité Contra la Represión y la Impunidad que nuclee a todos aquellos que quieran llevar adelante iniciativas como escrachar a fachos como Montezanti que nos da clases en derecho y es camarista federal, organizar un festival para expresar también desde el arte y la cultura la pelea por justicia, hacer serigrafía sobre remeras y banderas para movilizar el día de la sentencia y todo lo que se nos ocurra para meter en cana a todos los genocidas!

Clara Di Dio presidenta del CEHum y militante de la JPTS.