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Partido de los Trabajadores Socialistas
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RÍO NEGRO
"Sólo en la dictadura secuestraron delegados sindicales"
Por: PTS Neuquén

26 Jul 2012 | Sobre la desaparición de Daniel Solano, delegado de la fruta en la localidad rionegrina de Choele-Choel, entrevistamos a Ivana Dal Bianco, abogada del CeProDH-Neuquén y dirigente nacional del PTS

¿Qué piensan desde el CeProDH sobre la desaparición de Solano?

Esta situación es un escándalo. Sólo en la dictadura secuestraron delegados sindicales. Daniel Solano está desaparecido desde hace 8 meses. Hubo una búsqueda intensa reclamando su aparición con vida. Finalmente en estos días la causa pegó un giro importante, en la cual se ordenó la detención de 7 policías de los 22 que están imputados, uno de los cuales tenía a su cargo la investigación de la desaparición. Como trabajador de la fruta, Daniel era delegado en la comisión interna de la empresa Agro Cosecha, que trabaja para la transnacional Expofrut. Las condiciones laborales de esa actividad son de semi esclavitud así como la vivienda no pasa de ser una improvisada barraca precaria, donde conviven hacinados los trabajadores. La mayoría viene de las provincias del norte para emplearse en lo que se llama trabajo de temporada. Daniel vino desde Salta a trabajar como recolector. Desapareció un sábado a la noche del boliche Macuba, del cual fue retirado por policías adicionales del BORA que hacían de seguridad, y después no se lo vio nunca más. Pero dos testigos contaron que a pocos metros del boliche, a eso de las 3 de la madrugada, lo vieron cuando los policías lo golpeaban brutalmente hasta que perdió el sentido y lo subieron a una camioneta. En la mañana se presentaron en la comisaría 8° para hacer la denuncia pero fueron amenazados de muerte si abrían la boca. Las declaraciones en la causa indicarían que fue torturado, asesinado y posiblemente enterrado en una zona de camping conocida como Isla 92.
 
¿Quién más podría estar implicado?

El abogado de la familia sostiene que dos días después de la desaparición, el lunes 7 de noviembre, había sido convocada una huelga en el lugar de trabajo en demanda de $1.000 que adeudaba la empresa a cada trabajador, donde Daniel había despuntado como uno de sus líderes porque estaba harto de las condiciones infrahumanas de trabajo. Sus compañeros dicen que la patronal de Agro Cosecha intentó comprarlo varias veces, por eso hay que buscar la responsabilidad de la empresa, que según muchos comentarios, tenía una relación muy fluida con la policía. No se puede naturalizar esta situación. Es preciso movilizarse en las calles para que vayan presos todos los responsables. Es una vergüenza que la UATRE no haya dicho una sola palabra. 

La policía de Rio Negro tuvo un protagonismo siniestro en la dictadura. En los juicios que estamos llevando adelante en Neuquén por las violaciones a los derechos humanos durante ese período hay varios imputados que eran integrantes de policía de Rio Negro en ese momento, y hasta el momento ninguno está condenado. Conservan la misma impunidad que tuvieron en la dictadura con los sucesivos gobiernos constitucionales. Todavía están impunes los asesinos de Diego Bonefoi, Sergio Cárdenas y Nicolás Carrasco en Bariloche. Las denuncias que señalan a esta policía detrás del triple crimen en Cipolleti y sus vínculos con la trata de personas quedaron archivadas. 

¿Qué pasó con el recurso presentado por el CeProDH contra Jorge Alberto Soza, el jefe de la Policía Federal de Neuquén entre 1975 y 1977?

Pudimos conseguir que Sosa quedara detenido para ser llevado a juicio por su responsabilidad en el genocidio. De no ser por ese recurso, la fiscalía lo hubiese dejado libre, ya que no apeló porque la Cámara Federal de General Roca sobreseyó a Sosa en 17 de los 18 casos que le imputaban y ordenó su libertad. Parece increíble pero es verdad.
En el sótano del edificio de la Policía Federal funcionaba un centro clandestino de detención y torturas desde el cual Soza se movía junto al resto de las fuerzas, de las cuales la gran mayoría de los efectivos continúan impunes. Y esos genocidas de ayer son los represores de hoy que segaron la vida de Teresa Rodríguez y Carlos Fuentealba. Una continuidad que también se expresa en las cárceles con el terror ejercido sobre la Unidad 11 y el asesinato de Cristian Ibazeta, bajo el pleno consentimiento de la policía neuquina.

 

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