¿Qué supondrían si les decimos que más de 200 obreros se juntan en un camping para comerse un asado y jugar al fútbol? Podría ser un hecho más, de esos que las patronales suelen organizar para regimentar el esparcimiento de sus trabajadores y de paso para detectar cualquier foco de insubordinación. Pero esta vez no se trató de eso.

El sábado 12, en la zona norte fabril, pudimos asistir a un acontecimiento novedoso. Las internas de dos gráficas, hermanadas por la lucha, organizan el evento y a éste asisten trabajadores y trabajadoras de otras fábricas de la zona.

Los compañeros de Worcolor festejan un año de haber ganado la interna. Los de Donnelley festejan la reafirmación, a través de las elecciones, de su interna clasista. Pero el festejo es la excusa. De lo que se trata de profundizar los lazos solidarios entre estas dos fábricas y de fortalecerlos con los de otras (Procter & Gamble, Alba, Kraft, Prinpack, etc.). También están las compañeras de la Comisión de Mujeres de Donnelley, que vienen realizando una tarea muy importante entre las trabajadoras de la zona.

Digámoslo con todas las letras: es difícil rastrear hechos similares donde por iniciativa propia esa cantidad de obreros de distintas fábricas intercambian experiencias de lucha, se cuentan anécdotas y comparten un momento de recreación.

Acá no hay patrones ni burocracia. Hay organización obrera surgida desde las bases y eso se respira a cada paso.

Tema de conversación excluyente. Lo dice un obrero de Donnelley: “después del conflicto de mayo, donde logramos las reincorporaciones de los compañeros despedidos, la empresa contrato un nuevo gerente recursos Humanos que retomó una vieja política empresarial: hacernos creer que somos una “ gran familia”. Desde hace años venimos combatiendo esa mentira. Primero boicoteando los campeonatos de fútbol que organizaba la empresa donde participaban gerentes, supervisores, obreros y delegados. Con el tiempo y con la organización de nuevos compañeros, logramos romper esa política de conciliación. Lo mismo hicimos con la fiesta de fin de año. Hace ya más de 4 años que la hacemos nosotros con la participación de 200 compañeros”.

La interna de Worcolor siguió el ejemplo. Por primera vez, 80 compañeros se reúnen a espaldas de sus jefes. Clima de triunfo y de alegría incomparable.
“Es la primera vez que nos juntamos así, en una movida organizada por los trabajadores” dice uno de los compañeros. “Sí, antes teníamos que ir a las que organizaba la empresa, a mezclarnos con los jefes y supervisores que teníamos que aguantarnos en la planta. Eso era hasta 2010”. Es que los obreros de WorldColor tuvieron un año movido: para enfrentar la dictadura patronal se organizaron, eligieron delegados, e iniciaron una serie de peleas para conseguir aumento de salarios, categorías, el pase a planta de los tercerizados. ¨Nos ayudaron mucho los muchachos de Donnelley. Antes teníamos miedo”. Ante las conquistas de los trabajadores, la empresa dejó de organizar las fiestas: no había lugar para mesas compartidas.

El compañero de Donnelley se ríe. “Gran fiesta de la familia…un verdadero fiasco”, nos dice. Habla de la que el mismo día y al mismo horario organiza la patronal para boicotear la de la interna. “No fueron más de 7. Cuando la empresa hace las fiestas, al otro día llena la cartelera con fotos. Esta vez no hubo ninguna”.

Los trabajadores se sienten fuertes. No es para menos y no escatiman en hacérselo ver a sus enemigos de clase. El lunes siguiente, la cartelera de la interna aparece decorada con un cártel en el que puede leerse: “gran fiesta gráfica”.

La experiencia ha educado a los obreros. Y un sector de ellos, busca ir más allá. Junto a los militantes obreros del PTS están abiertos a sacar conclusiones, a educarse en la teoría marxista. Esto lo toman con naturalidad “quién iba a decir hace un año que yo iba a estudiar marxismo” dicen algunos de los gráficos. 

El día está apacible, pero las cabezas son unas calderas. No hay camino recto y las contradicciones son tantas como las presiones que día a día hay que enfrentar. Pero sin duda estamos ante un nuevo movimiento obrero que busca abrirse paso. Los trotskistas buscamos influir en ese camino.