La piba parece una más de tantas argentinas, tiene 32 años pero parece menos, la belleza promedio de cualquier porteña de clase media, se sienta frente a un escritorio de la redacción de InfoBAN, enciende un cigarrillo y comienza a desgranar su historia, que por lo alucinantemente terrorífica genera una situación que parece irreal, estamos hablando con una chica que vivió, junto a su entorno, a sus dos entornos, circunstancias que por su dramatismo pueden escapar del entendimiento y la comprensión de personas promedio, los que en general no participan de los problemas de otros. Este es su testimonio:

¿Cómo te llamás?

María Victoria Moyano Artigas.

¿Cuándo recuperaste tu identidad?

El 31 de diciembre de 1987, tenía 9 años.

¿En qué circunstancias se produce la desaparición de tus padres?

Mis padres comenzaron su militancia política en el Uruguay, y como la dictadura allá comenzó antes, vinieron a la Argentina a continuar su militancia. Fueron secuestrados en el año 1977, en el marco del Plan Cóndor, por la patota de Camps, y recorrieron todo el circuito de Camps como detenidos desaparecidos, Brigada de San Justo, Pozo de Quilmes, Pozo de Banfield.

¿Cómo se produce la búsqueda y cómo te encuentran?

Me buscaron las dos familias, de papá y de mamá, producto de la suerte, ya que otra pareja de militantes que estuvieron presos, ella en la misma celda que mamá, y él con papá, salieron libres y desde Canadá denunciaron que mamá estaba embarazada, mis abuelas no sabían porque cuando cae mamá estaba embarazada de dos meses, las dos familias comienzan a buscarme y el 30 de diciembre del 87 me dan el resultado de los estudios de ADN, y el 31, en el despacho del Juez en los Tribunales de Morón me reencuentro con mi familia biológica, estaban mis dos abuelas, una tía, Estela de Carlotto, Chicha Mariani, hicieron como una fiestita.

¿Fuiste apropiada por una familia de represores?

No directamente, quien me saca del Pozo de Banfield es el jefe del mismo, que me entrega a su hermano y su esposa, que tenían un hijo biológico y no podían volver a tener, y querían una nena. El era un empresario de muy buena posición, pero murió cuando yo tenía un año, por lo que el represor tuvo una participación muy fuerte durante toda mi niñez.

¿Era una familia muy “facha”?

Era una familia de doble apellido, del interior, con campos y una muy buena posición; si me preguntás si eran como el apropiador de Victoria Leguizamón, que tomaba mate con el arma arriba de la mesa y se la pasaba dando discursos nazis, no, era una familia típica de clase media alta que quería prepararme para que me case bien, con un médico o un diplomático, pero la que se decía mi mamá era más abierta, por ejemplo no quería mandarnos a colegios privados.

¿Seguiste viéndola después de tu restitución a tu familia biológica?

La seguí viendo durante un tiempo porque el Juzgado me obligaba, pero era una relación muy conflictiva porque yo le reprochaba permanentemente.

¿Qué excusas te daba?

Ella me había dado pistas de que yo era adoptada, aunque fui anotada como propia, y alguna vez me dijo que podría ser hija de desaparecidos, porque yo insistía en que quería conocer a mi verdadera mamá, y a mi papá, ella decía que si yo en determinado momento quería buscarlos, me iba a ayudar, pero que no iba a partir de ella la iniciativa porque pensaba que yo era su hija.

¿Cómo era la “vibra” con ella, ya que no se puede pedir racionalización a los 9 años?

Aunque te parezca mentira, adaptada a la edad, fue un proceso muy racional, yo tenía una determinación muy fuerte de conocer mi verdadera identidad y se lo planteaba constantemente.

¿Cómo fue el reencuentro con tu familia biológica?

Ese mismo día de fin de año del 87 me fui a vivir con una de mis abuelas.

¿Qué pensás, como nieta restituida, del caso Felipe y Marcela?

Yo veo que el gobierno tiene un doble discurso alrededor del tema de los Derechos Humanos, y del tema de los hijos apropiados en particular, porque si bien es cierto que se reabrieron las causas, para terminar con la impunidad se deben abrir los archivos de los servicios de inteligencia y de las Fuerzas Armadas, para que podamos saber en que destino cumplían funciones los personajes de segunda línea, que fueron muy importantes en el esquema de la represión ilegal, y por lo tanto resultan fundamentales para conocer el destino de los 400 nietos que falta recuperar, así como lo que pasó con los desaparecidos.
El gobierno hace una utilización política de los Derechos Humanos, pero se niega a ir a fondo, en 35 años de lucha hay solamente 200 condenados, los procesados son siempre los mismos.

¿No te parece que este berenjenal mediático que es el caso perjudica a la lucha por la memoria, la verdad y la justicia?

Sin dudas que la perjudica, acá el gobierno utilizó el caso de Marcela y Felipe como un elemento más en su guerra con Clarín, y este, que es aliado a sectores que participaron de la dictadura, o la reivindican, pretende destruir a los Organismos, por eso aparece también el tema Schoklender. Vos fijate que nunca se avanzó en la responsabilidad civil en crímenes de lesa humanidad y específicamente en el robo de hijos de desaparecidos y su apropiación por parte de militares genocidas o allegados, ¡la Mercedes Benz donó un equipo de neonatología a Campo de Mayo! Eso nunca se investigó.

¿Pero la culpa de lo que supuestamente hizo Schoklender la tiene el gobierno?

El gobierno cooptó a varios Organismos, sea con plata o con poder político, la culpa es de los que se dejaron cooptar, otros organismos, otros nietos restituidos y otros militantes por los Derechos Humanos pensamos que jamás hay que perder la independencia, de los partidos del sistema pero fundamentalmente del Estado, porque fue el Estado el que generó el robo de bebés y la desaparición de nuestros padres, y es el mismo Estado que hoy persigue a los pibes en los barrios pobres, el mismo que tiene a la Policía de gatillo fácil.

¿Concretamente afirmás que Hebe de Bonafini se equivocó?

Al aliarse y alinearse con el gobierno se equivocó.

¿Cómo se fue dando tu incorporación a la militancia política?

Yo provengo de una familia de militantes, mis viejos, mis tíos, mis abuelos se transformaron en militantes cuando empezaron a buscarme, por lo tanto desde los 9 años participé de una familia muy politizada, muy sensible a los problemas sociales, ya de chiquita me pareció que mi responsabilidad era dar testimonio de lo que me había pasado, a los 14 o 15 me fui dando cuenta que para solucionar los problemas que nos conmueven hay que dar una batalla política, más allá del tema de los Derechos Humanos, ingresé al PTS desde hace más de 10 años, y hoy soy candidata del Frente de Izquierda.

¿Y qué hacés aparte de la militancia?

Soy trabajadora estatal y estudio abogacía.

|| Fuente: (InfoBAN)