Si a los trabajadores de todo el país les resultó despreciable la actitud de los dirigentes sindicales que salieron a defender a quien es considerado envenenador de las familias de los afiliados con los remedios truchos, a los que lo tenemos a la cabeza de nuestros sindicatos nos causó mucha más bronca aún.

Nuestro gremio Jabonero es parte de las 62 Organizaciones Peronistas que integra la CGT Azul y Blanca.

A cada compañero, que pasó varias luchas en nuestro lugar de trabajo, le resultó extraño ver a estos gremios movilizarse, siendo que nunca quisieron cortar ni una vereda por reclamos de los trabajadores como paritarias por aumento salarial, enfrentar despidos o por mejoras en los convenios y condiciones de trabajo. Por el contrario, cuando se trata de defender a un tipo acusado de algo tan terrible como perjudicar la salud de los trabajadores, hasta llevarlos a la muerte, salieron a cortar calles y rutas por todos lados.

Pero, mientras miraban los noticieros, los compañeros notaron que no había en los cortes ni un solo trabajador real. Decían que todos eran, seguramente, gente paga que siempre tienen los dirigentes para defender sus intereses.
También quedó al desnudo cómo los que siempre dijeron estar confrontados, los que responden a la CGT oficial de Moyano y la Azul y Blanca de Barrionuevo, en este caso se defendieron mutuamente porque se trata de intereses oscuros en los que ambas CGT tienen las manos metidas.

Finalmente quedó atragantado el sabor amargo con sólo imaginarse de dónde salieron los fondos para dejar en libertad a este personaje oscuro de la CGT. Sin tener mucha investigación, se saca la conclusión: al igual que sus sueldos y privilegios, su impunidad también es mantenida con el salario de los trabajadores.