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Partido de los Trabajadores Socialistas
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Una historia de solidaridad de clase
Por: Franco Villalba

02 Sep 2010 |

La infancia de Bruno en el humilde barrio las 70, en Laferrere, tiene al río Matanza siempre vecino de su casa. Como en tantos barrios de este partido donde viven miles de trabajadores con los peores empleos y tantos otros desocupados con sus familias, acá siempre que llovió, se inundó. Cuando tenía la inocencia de un niño, las lluvias de verano que hacían crecer el río lo ponían contento, porque las calles se transformaban en una especie de gran pileta libre, donde podía nadar con todos sus amigos.

Hoy Bruno con 20 años, sigue viviendo allí, con su compañera, con quien tuvieron una beba que nació hace 4 meses. Justo un mes antes de que entre a trabajar por agencia a esta fábrica.

Pero ahora la lluvia y el mismo paisaje de cuando niño ya no causan lo mismo.

Hace unos días, el mismo río que a la altura de González Catán pasa por un barrio privado cerrado donde viven un puñado de familias muy ricas, otra vez estaba a punto de rebalsar por una lluvia leve. Los vecinos de este barrio isla, al parecer, se atemorizaron con sólo pensar que el agua podía arruinar sus coloridos jardines. Y no tuvieron mejor idea que abrir las compuertas que permiten contener el agua. Esto produjo que un caudal imparable arrasara el barrio de Bruno y sus humildes vecinos, inundándolo todo.

En el hogar de Bruno y su familia ingresó un metro y medio de agua, perdiendo lo poco que habían podido obtener con esfuerzo. Muebles, ropa, alimentos, electrodomésticos… todo.

Junto a muchas familias, la suya fue evacuada y hospedada en un colegio del barrio.

La municipalidad acercó ayuda. Entregó colchones, frazadas y ofreció mil pesos por grupo familiar. Los vecinos enfurecen de indignación. El padre de Bruno estalló de bronca al ver la miseria que les ofrecía la intendencia para reconstruir el hogar de su nieta, mucho más que cuando ve la miseria del barrio las 70.

El municipio más poblado del país, con una enorme recaudación impositiva que les permite subsidiar más colegios privados y religiosos que públicos, invierte $1000 para que un hijo de obrero tenga un hogar con estufa. Es que como los mismos que gobiernan La Matanza desde siempre reconocen: “Los que viven de la rotonda de San Justo para el otro lado, ni son considerados personas”.

Cuando el agua bajó, Bruno volvió a su casa, donde sólo barro había para rescatar.

Bruno, viendo que la única solución estaba en sus manos, no faltó a su nuevo trabajo ni en estas condiciones. Día a día, sigue llevando el sueldo a su casa. A la vez, se esfuerza por demostrar a sus jefes que merece quedar efectivo en este trabajo que le agrada, pero sabe que no es seguro, como todos los contratos de agencia.

Al principio opta por ni siquiera contar este gran problema entre sus nuevos compañeros. Pero tremenda preocupación, no puede mantenerla en secreto y lo cuenta...

En seguida, comienza a ponerse en movimiento la solidaridad. Organizado a través de la comisión interna y de todos lados, la ayuda empieza a llegar.

Las carteleras gremiales y todo lugar visible dentro de la fábrica, se empapela de carteles que cuentan su historia y avisan que comienza la campaña de donaciones.

Una gran cantidad de leche, pañales, mercadería se le entrega en las primeras 48 horas. Faltaba mucho para cobrar la quincena, pero igual se inició una colecta de emergencia y una rifa de un MP4 que un pibe del otro turno aportó. Al ver que las cosas no paraban de llegar, propone hacer llegar estas donaciones también, al resto de sus vecinos que lo necesitan tanto como él.

Un compañero que tiene una banda se le ocurre hacer un festival a beneficio, y no tarda en aparecer otro también se ofrece a tocar con la suya. El domingo 5 será el día.

Se le pide ayuda al sindicato que se sustenta económicamente con el aporte obligatorio de todos los obreros jaboneros. Y también se avisa a la empresa a través de la gerencia de RR.HH. Al día de hoy, sólo la ayuda de sus compañeros es la que llegó.

Mucho se le puede aportar, para paliar esta situación. Pero en este momento Bruno lo que más necesita es mantener la fuente de trabajo, con la cual poder volver a sustentar el hogar de su familia.

Todos sus compañeros que, gracias a la reciente lucha que dieron, lograron con gran orgullo pasar a planta permanente a numerosos contratados, hoy personalizan este mismo reclamo en la efectivización del “Enano” Bruno. Ellos saben que sólo confiando en sus propias fuerzas se puede conseguir esta demanda.

 

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