Lenin, UNA de las figuras más polémicas del siglo XX, dirigente de la revolución de Octubre y constructor del partido bolchevique, sigue siendo el espectro de la revolución y por ello es odiado por todos los reaccionarios. Si el stalinismo quiso convertir su figura en un ícono, falsificando la historia, uniéndolo a Stalin y denigrando a otros dirigentes bolcheviques como Trotsky, los escritores liberales de la actualidad, como Robert Service o Richard Pipes, intentan mostrar a Lenin como una figura autoritaria y ambiciosa, que tendría continuidad en el totalitarismo de Stalin. Trotsky escribió los textos que componen este libro, enfrentando el avance de la burocracia stalinista en el partido y el aparato del Estado que amenazaba la revolución socialista. Contra toda tergiversación, nos muestra a un Lenin real y desmitificado, producto de las condiciones de su época si, pero que a su vez concentra una personalidad excepcional. Una vida en la cual sus esfuerzos personales tuvieron el propósito de llevar a la acción las ideas del marxismo en la primera revolución en la que la clase trabajadora conquistó el poder.
En la actualidad, ante la crisis de la sociedad capitalista, su obra y sus enseñanzas necesitan ser “desmomificadas”, rescatadas y recreadas por las nuevas generaciones.
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