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Malvinas: ¿reclamo de soberanía o presión por una tajada en los negocios?
Por: Gustavo de Biase

25 Feb 2010 |

Desde el lunes 22 de febrero, se encuentra operando la plataforma petrolera Ocean Guardian en aguas del Atlántico Sur, entre100 y 150 km al norte de las Islas Malvinas. Lo mismo ya ocurrió 1998, cuando “la plataforma noruega Borgny Dolphin estuvo casi ocho meses en las Islas, pero la expedición fue un completo fracaso. Ahora, según explicó hace unos días la Directora de Energía malvinense, Phillys Rendell ‘las compañías tienen muchos más datos y creen saber a dónde perforar para ser más exitosas’, eso sumado al aumento que tuvo el precio del crudo en los últimos años: en 1998 el barril se cotizaba a 12 dólares, volvió al archipiélago un lugar más que apetecible para las empresas” (Clarín 22/02/10).

El discurso de la presidenta Cristina Fernández en la reunión del Grupo de Río ampliado que se desarrolló en Cancún, muestra cuál es la política del gobierno argentino: “Hoy se ha instalado una plataforma en clara violación a las resoluciones de las Naciones Unidas. Y recientemente, desde el Foreign Office (Ministerio de Relaciones Exteriores británico) se agitó el fantasma de una acción bélica por parte de la Argentina. Eso es un ejercicio de cinismo. Pocos países han dado más testimonio de su opción por la paz. Nuestras fuerzas armadas sólo participan en operaciones de paz ordenadas por las Naciones Unidas. Estamos en Haití y en Chipre. No estamos ni en Afganistán ni estamos en Irak”, respondió la jefa de Estado. Enseguida explicó que “la única medida que había dispuesto la Argentina, como Estado soberano y sin violar la jurisprudencia internacional, había sido disponer que los buques que quieran transitar entre Malvinas y el territorio continental argentino deban solicitar autorización previa.” (Página/12, 23/02/10).

En este discurso se muestra a las claras, que este gobierno moviliza a sus militares donde se lo solicita el imperialismo vía las Naciones Unidas, ya que mientras los Estados Unidos acompañados por su fiel aliado Gran Bretaña (como en 1982 en la guerra de Malvinas) están centrados en Medio Oriente, gobiernos como el argentino le cubren las espaladas en otros lugares del mundo.

Mientras tanto el gobierno plantea una tibia medida de carácter administrativo ante la avanzada prepotente de los ingleses.
El problema de fondo de Malvinas, la cuestión de “soberanía”, de la que tanto habla el gobierno, difícilmente se solucione con declaraciones del grupo Río ampliado, (que emitió dos declaraciones una sobre la soberanía en Malvinas y otra sobre la explotación de recursos naturales en las mismas) y mucho menos confiando en las mismas Naciones Unidas, al cierre de esta edición el canciller Taiana se reunía con Ban Ki-moon, que vienen votando resoluciones tras resoluciones llamando a negociar a las partes, que terminan siendo sólo un llamado, nunca cumplido por Gran Bretaña, que continúa con la ocupación.

Los “malvineros” K

El gobierno, así como se jacta de ser el gobierno de los derechos humanos, hace lo propio sobre el “tema Malvinas”: homenajean en actos a los ex combatientes, dicen que son” malvineros de alma”, mientras en lo esencial su política tiene bastante de continuidad con la línea de desmalvinización que se viene sucediendo desde el fin de la guerra en 1982.

Poco se ha hecho por los ex combatientes, soldados conscriptos que combatieron al imperialismo, y producto de la política de abandono, la gran mayoría vive en la miseria, con una magra pensión, llegando (según algunas fuentes) a más de 450 suicidados -comparemos este dato con las bajas argentinas durante la guerra fueron 649-, abandonados por el mismo estado que los mandó en forma aventurera a la guerra dirigidos por los cobardes militares asesinos de la dictadura.

“Malvineros” extraños los K, que durante estos últimos años, no han exigido el retiro inmediato de la importante base militar que posee la OTAN en las Islas Malvinas que constituye una amenaza sobre el conjunto del Cono Sur.

“Malvineros” que junto a Repsol YPF, Petrobras y la Pan American Energy (una sociedad de la British Gas), exploran en el Atlántico Sur.
¿La verdadera discusión es sobre “soberanía” o cómo se llevan adelante los negocios con los ingleses?

¿Qué hacer ante este nuevo avasallamiento inglés?

Si realmente se quisiera tener una política seria sobre Malvinas, en lugar de hacer sociedades con los ingleses, habría que tocar a los intereses de estos imperialistas, confiscando los bienes británicos en el país, y de toda empresa que colabore con los usurpadores de las islas. Exigiendo el retiro inmediato de las tropas de la OTAN de Malvinas, así como de toda base imperialista en América Latina, como las bases yanquis que Obama instaló en Colombia.

Medidas de este tipo, acompañadas con la movilización de los trabajadores de nuestro país y del resto de los países hermanos de Latinoamérica, y apelando al mismo tiempo a los trabajadores ingleses, que vienen sufriendo las consecuencias de las crisis económica sobre sus espaldas, podrían realmente cambiar la relación de fuerzas, y comenzar a desterrar la idea surgida e impulsada por la burguesía argentina luego de la derrota de 1982 de que es imposible enfrentar al imperialismo.

 

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