La deuda externa argentina ha sido y es un gran negocio no sólo para los organismos internacionales y el imperialismo, sino también para muchas grandes empresas. Diversas investigaciones del origen de la deuda han demostrado que los más importantes grupos empresarios ‘nacionales’, junto a multinacionales que tienen negocios en el país, lucraron con el endeudamiento. A través de negociados con los seguros de cambios; autopréstamos; préstamos por inversiones que no se efectuaron; sobrefacturación y abultamiento de la deuda, y beneficiados finalmente con la estatización realizada por parte de Domingo Cavallo en 1982.
En definitiva, la deuda fraudulenta que el gobierno de los Kirchner hoy se desvive por honrar, tiene buena parte de su origen en los negocios de los mismos empresarios que hoy siguen ganando millones, y atacando al movimiento obrero.
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