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Partido de los Trabajadores Socialistas
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Venezuela: devaluación, inflación y crisis energética
Por: Milton D’León

21 Jan 2010 |

En el marco de la profunda recesión y alta inflación que vive Venezuela, el gobierno de Hugo Chávez anunció la devaluación de su moneda, el bolívar, y un plan de racionamiento energético que impacta en la economía y repercute directamente sobre el pueblo. La devaluación de Chávez establece un sistema de cambio “dual” con un “dólar oficial” que aumenta de 2,15 a 2,60 bolívares (devaluación del 20,9%) y crea un “dólar petrolero” a 4,30 bolívares. Con estas medidas, el gobierno venezolano –lejos de su retórica “socialista”- responde a la crisis económica con medidas típicamente capitalistas como la devaluación. Como demuestra la experiencia de trabajadoras y trabajadores en Argentina, la depreciación de la moneda trae consigo la inflación, ataca fuertemente el bolsillo de las mayorías obreras y populares y sólo benefician a los empresarios que abaratan costos y engordan sus bolsillos. Es por eso que esta medida fue muy bien recibida por el FMI, que felicitó al gobierno de Chávez por la devaluación, y también por voceros periodísticos del imperialismo como la revista Financial Times que habló de una medida “inevitable y necesaria”.

Presentamos a continuación extractos de un artículo de la Liga de Trabajadores por el Socialismo, organización hermana del PTS en Venezuela. La versión completa puede leerse en www.lts.org.ve
En principio, lo que obliga al gobierno a tomar la medida en un año electoral es el mantenimiento del equilibrio en las cuentas externas, así como la reducción del gasto público, lo que le ayuda a presentar las medidas como “inevitables”. Una “inevitabilidad” que representará el fin de la “bonanza petrolera”, traducida en mayores sacrificios para los de abajo, y que completa las medidas anticrisis que el gobierno implementó a finales del primer trimestre de 2009, en la que hubo una reducción significativa de lo presupuestado por el gobierno para ese año (...)

¿Por qué la medida beneficia más a los sectores exportadores?

La clave del esquema devaluatorio consiste en mantener el dólar alto y los precios internos bajos (tanto de los salarios como de los costos en general). Esta relación permite una ventaja comparativa, tanto para los exportadores que reciben dólares por su producción y pagan “costos” bajos en bolívares como para quienes producen para el mercado interno, ya que el dólar alto los protege de la entrada de productos importados y sus costos en bolívares se mantienen devaluados. Si tomamos en cuenta que el Estado es un exportador, al tener en sus manos la producción petrolera y en sociedad con transnacionales importantes vía las empresas mixtas, un gran beneficiario es el propio Estado, que antes recibía por cada dólar que ingresaba por exportación 2,15 bolívares y ahora podrá recibir 4,30 bolívares, lo que ayuda a aliviar las presiones financieras de la propia petrolera estatal PDVSA, y por tanto al propio fisco. Pero el mismo beneficio es también para las transnacionales petroleras: no olvidemos que en el esquema de las empresas mixtas, las transnacionales son dueñas del 40% de cada sociedad, y por tanto conservan el mismo porcentaje del petróleo que exportan.

Pero el negocio es aún más redondo pues no olvidemos que las transnacionales petroleras tienen el derecho a repatriar netamente sus ganancias pero ahora, producto de la devaluación pagando a un 50% menos la mano de obra y todos los costos de producción local. Por eso no se debe pasar por alto que ahora los sectores exportadores, según el nuevo Convenio Cambiario N° 14, “podrán retener y administrar hasta el treinta por ciento (30%) del ingreso que perciban en divisas, en razón de las exportaciones realizadas”, cuando según el convenio cambiario anterior autorizaba solamente retener el 10% de las divisas.

¿Por qué esta medida recae sobre los trabajadores?

Sabemos que toda devaluación produce una disparada inmediata de los precios, es decir, es inflacionaria. Sumado a esto viene una gran ventaja adicional para los empresarios y contra las masas laboriosas, que es en realidad la clave de este “juego”. Hay un “precio” fundamental que se abarata y que beneficia altamente al capitalista. Ese “precio” es el salario de los trabajadores y las trabajadoras, que muy lejos está de elevarse automáticamente según los aumentos de precios. Ese “precio” tan particular siempre pierde una enorme tajada en todos los procesos devaluatorios convirtiéndose en un factor fundamental de la ventaja capitalista de la devaluación (...). Así tenemos que tanto los sectores exportadores como aquellos que producen para el mercado interno, son altamente beneficiados no sólo por el tipo de cambio, sino también por políticas de contención salarial que el gobierno ya ha venido imponiendo durante el último período.

Y el gobierno continúa con la política de contención salarial

En los días posteriores al anuncio de la medida fue portada de una gran mayoría de los periódicos nacionales e internacionales cómo el gobierno salió a hacerle “frente” a los especuladores por la fuerte remarcación de precios. Evidentemente al gobierno no le conviene una escalada de aumentos de productos –a ningún gobierno le conviene por lo impopular del impacto-, pero la verdad es que el gobierno ha desregulado una amplia mayoría de los productos básicos, prácticamente abandonando su política de control de precios, en respuesta a las exigencias de los empresarios y en detrimento del pueblo Pero de las políticas contra los aumentos de precios tienen por objeto evitar una escalada de demandas salariales Chávez viene enfrentando una oleada de luchas por salario y mejores convenios colectivos, con una clara política de contención salarial y una escalada de precios, en esta situación, incrementará automáticamente las demandas salariales.

En esto se enmarca la reciente medida del gobierno de Chávez de “expropiar”, es decir, “adquisición forzosa” (compra), de la cadena de Hipermercados Éxito, con un claro mensaje a otras cadenas importantes si continúan con la remarcación como el caso de amenaza de “expropiar” automercados CADA. No se trata de ninguna medida “radical” del gobierno contra los empresarios, sino más bien es una medida preventiva, tanto para contener el impacto inflacionario como una aceleración de las demandas salariales que ya comienzan a extenderse en algunos sectores sindicales.

El aumento salarial de un pírrico 25%, sólo a quienes cobran el mínimo, dividido en dos partes, una en marzo y otra en septiembre, no es más que una burla del gobierno, aún más si consideramos que “...tan sólo un 15% de la población tiene poder adquisitivo pleno para la compra de la canasta básica de alimentos, bienes y servicios”.

Hay que hacerle frente a las medidas antiobreras y antipopulares del gobierno

En este contexto, la coordinación por la base entre los sectores que salen a pelear, la unidad en la lucha para plantear una salida de fondo desde el punto de vista de los trabajadores y la necesidad de una respuesta obrera para que no descarguen la crisis sobre los trabajadores es clave. Cuando la crisis golpea es indispensable luchar por trabajo para todos en condiciones dignas y con salarios decentes, al mismo tiempo luchar por la más plena democracia sindical y por la irrestricta independencia de los sindicatos con respecto al Estado, que defiende las relaciones de propiedad y explotación.

Ante la devaluación, el incremento en los precios y la inflación, es necesario luchar por la escala móvil de salarios, es decir, que el salario aumente igual o en mayor proporción que la inflación. Contra la desocupación, tanto “estructural” como “coyuntural”, es preciso lanzar la consigna de la escala móvil de las horas de trabajo. El trabajo existente repartido entre todas las manos obreras existentes y es así como se determina la duración de la semana de trabajo.

La medida más efectiva para controlar los precios sólo puede ser llevada adelante por los trabajadores de las empresas que los fijan, exigiendo que se abran sus libros de contabilidad para ponerlos bajo la lupa de todo el pueblo. Frente al desabastecimiento y la especulación, que justamente se hace con los productos básicos y más sensibles para la población, es necesario que los sectores populares tomen en sus manos la distribución de alimentos y bienes básicos que están en los almacenes de los acaparadores, intermediarios y grandes comerciantes. Para esto, es necesario construir los órganos para imponer este control, luchando por la creación de “Comités de control de precios”, formados por delegados de las fábricas, los sindicatos, las cooperativas, las organizaciones de campesinos, el pueblo pobre de las comunidades, de los trabajadores y trabajadoras del servicio doméstico, etc. Contra la escasez de alimentos y productos de primera necesidad, impongamos “Comités de vigilancia contra el desabastecimiento” por barrio, tarea que puede ser llevada por los trabajadores, los campesinos, junto a los pequeños comerciantes, también víctimas de los capitalistas formadores de precios.

Los compañeros de la corriente sindical CCURA hacen un llamado a la constitución de una “Coordinadora Nacional” para que “nos unamos y conformemos un gran frente de lucha”. Manos a la obra, convoquemos ya un Encuentro Nacional de las organizaciones obreras, sindicales y políticas de la clase, para coordinar y discutir un plan de lucha y una gran movilización nacional.

 

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