La pobreza y la miseria son la consecuencia inevitable de la explotación capitalista.

En nuestro país tenemos 15 millones de pobres, 8 millones de indigentes, de los cuales 3 millones pasan hambre.

El dengue, la tuberculosis, el cólera y el mal de Chagas, entre otras enfermedades, se desarrollan bajo estas terribles condiciones de desigualdad social.

La gripe A ya no es más una enfermedad de los que viajaron a Disney, es una enfermedad extendida en nuestro país. No sólo las personas con diabetes, o enfermedades respiratorias, o con insuficiencia cardíaca (entre otras) son poblaciones con riesgo de morir, sino que los vulnerables son también los pobres y los mal alimentados. Además, se puso de manifiesto la situación del hospital público y del sistema sanitario del país.

Políticas de prevención: ninguna

Desde 1997 estudios epidemiológicos detectaron Aedes Aegypti en 17 de las 24 provincias. Teniendo en cuenta que la Argentina se encuentra limítrofe a 3 países endémicos, no se llevó adelante ningún tipo de prevención. Lo mismo ocurrió con la gripe A, el 29/04 la OMS cambia de fase 4 a 5 lo que indicaba que había propagación en 2 países de la región y que se debía comenzar con políticas para prevenir la pandemia. Tampoco se llevó adelante ningún programa de prevención y prácticamente el gobierno ocultó hasta las elecciones la gravedad del cuadro.

Un sistema sanitario en crisis

En la provincia de Buenos Aires, los hospitales le hacen honor al nombre del Ministro de Salud… Tenemos Hospitales Zin.

Hospitales sin personal: En Charata los médicos denunciaban, “somos 7 para atender 10.000 consultas de los cuales 5 estamos en negro“. Lo mismo ocurre con la gripe, donde la cantidad de consultas se han triplicado y el personal que ya era insuficiente sigue siendo prácticamente el mismo, con el agravante que muchos compañeros se han enfermado y se encuentran con licencias. El 40% del personal de los hospitales está precarizado.

Hospitales sin camas. Los hospitales llevan años de achicamiento progresivo.

Por ejemplo, el San Martín de la Plata, centro de referencia provincial, contaba hace 20 años con más de 220 camas de clínica médica. Hoy sólo quedan 90. En la mayoría de los hospitales faltan camas para internar pacientes con complicaciones respiratorias.

Hospitales sin insumos. Escasos barbijos para el personal. No hay barbijos para entregarles a los pacientes enfermos que deben aislarse. No hay antibióticos, broncodilatadores, ni corticoides para el tratamiento ambulatorio de las complicaciones respiratorias.

Sin embargo, a pesar de la situación adversa, fuimos y somos los trabajadores de la salud los que le pusimos el cuerpo a la crisis, generando una gran respuesta, triplicando los esfuerzos en todos los hospitales.

No todos pierden con la epidemia

Hay quienes lucran en los dos extremos de la gripe A.
La forma de producción de las granjas industriales, que ha generado grandes conglomerados de aves y cerdos se señala como el origen probable de la mutación del virus H1N1 (cría por feedlot con alimentos balanceados y soja del Tercer Mundo).

Estos conglomerados industriales, gracias al hacinamiento y la mezcla de animales de distintas regiones favorecerían el intercambio genético entre virus que de otro modo jamás se hubiesen encontrado.

Smithfields foods, una de las mayores productoras de carne porcina de EE.UU. y del mundo, es dueña de Granjas Carrol. Esta empresa se asentó en la comunidad de la Gloria en el Dto de Veracrúz , Mexico, sitio donde se inició la actual pandemia.

Una vez más esta forma de producción pecuaria (ya ocurrió con la industria avícola y la gripe aviar), ecológicamente desquiciada, se presenta como el origen de las posibles rutas pandémicas.

Claramente en el capitalismo lo único que importa es hacer ganancias aún a costa de la vida misma de las personas. En los marcos del sistema prevenir no es mejor que curar, porque curar es más caro y en eso se basa la posibilidad del lucro; mucho más si lo asociamos a una adecuada desinformación que genere el pánico suficiente como para que la demanda aumente en forma exponencial.

En el otro extremo los laboratorios productores de los antigripales han hecho negocios millonarios.

La industria farmacéutica es uno de los lobbistas económicos más influyentes. Laboratorios Roche aumentó sus acciones en bolsa un 6% en medio de la crisis económica internacional, y logró colocar el stock mundial de oseltamivir (Tamiflu) que vencía en el 2009 y que hace una década que existe pero que se utilizaba relativamente poco para la gripe estacional.

La epidemia de gripe A, así como el Dengue ponen de manifiesto que en la sociedad capitalista, la enfermedad tiene un condicionamiento de clase y la realidad es que deberíamos vivir en un estado de emergencia social, hasta que los trabajadores terminemos con este sistema capitalista de producción, que enferma y mata a los trabajadores y el pueblo.